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Respuesta al artículo “EUIA aquí y ahora” de Albert Miralles

Federalismo y «dret a decidir» como falso antagonismo

Fuentes: Rebelión

Las líneas que siguen a continuación no tienen más pretensión que explicar y hacer públicas nuestras opiniones acerca de algunos comentarios del camarada Albert Miralles aparecidos en la web del PSUC Viu en su artículo «EUIA aquí y ahora«. A la vez, quedaríamos satisfechos si éste pequeño escrito pudiera ser útil en la tarea colectiva […]

Las líneas que siguen a continuación no tienen más pretensión que explicar y hacer públicas nuestras opiniones acerca de algunos comentarios del camarada Albert Miralles aparecidos en la web del PSUC Viu en su artículo «EUIA aquí y ahora«.

A la vez, quedaríamos satisfechos si éste pequeño escrito pudiera ser útil en la tarea colectiva de elaborar un análisis y una propuesta política que fuera un poco más allá de la mera consigna sin o con escaso contenido político relativo al derecho a decidir y al federalismo, derecho y propuesta, respectivamente, que inequívocamente nosotros defendemos.

Nos guste más o nos gusten menos, y aún considerando la el papel de los grandes medios de comunicación, es un hecho que durante el pasado 11 de septiembre salieron a manifestar sus reivindicaciones más de 1,5 millón de personas en todo el territorio catalán en la conocida como «Vía Catalana» o «Cadena». Cierto es que fue una manifestación que expresaba bien claramente su apoyo a la independencia. Proyecto que no defendemos, pues somos federalistas. Cierto es que también, según nos cuentan, y otros vieron, hubo gente que además se manifestó reivindicando y defendiendo derechos sociales. Más acorde con los que pensamos y defendemos nosotros. Dejando de lado su contenido. Lo que nos interesa es resaltar que nadie puede estar en contra de un hecho constatable: fue una de las manifestaciones de masas más multitudinarias vistas en Europa desde hace tiempo.

Consideramos que este solo hecho es razón suficiente para realizar un análisi más matizado y de mayor profundidad política. Sostenemos más firmemente esta opinión, si consideramos -y sólo lo dejamos apuntado- algunos elementos que podemos asociar a esta manifestación. Así, creemos que el pasado 11 de septiembre es reflejo de una transición falsamente cerrada y que dejó el encaje nacional no resuelto. Que es reflejo de una pérdida de hegemonía sobre el eje nacional del proyecto que representaba el PSUC: «es catalán quien vive y trabaja en Catalunya». Que en el actual contexto, el «eje» de clase ha quedado eclipsado por el «eje» nacional. Estos son, a nuestro parecer, algunos elementos, entre muchos otros, a considerar, que deben hacernos reflexionar e incluso, a muchos, realizar una seria y profunda autocrítica colectiva.

Es más, nosotros somos de la opinión, tal y como expresó en el Consell Nacional de EUIA del pasado sábado algún compañero nuestro, que no son momentos de «cuadrar» o de «cerrarse en banda», sino todo lo contrario. Consideramos que son momentos de analizar, de absorber, escuchar y, progresivamente, actualizar y poner a la ofensiva nuestro proyecto federal. No se trata ni de deslealtades, ni de traiciones sostener esta opinión, creemos. Otra cosa es que estemos más o menos de acuerdo en la forma de proceder, en los tempos utilizados y en la mayor o menor organicidad de la propuesta lanzada por Joan Josep Nuet en la Conferencia en el Col·legi de Periodistes el viernes pasado, previo Consell Nacional. Pero insistimos, y sin querer sacarle valor a lo anterior: consideramos que el debate político de fondo es otro.

Es por eso que sostenemos que la intervención del Coordinador de EUIA en el Col·legi de Periodistes, así como el rico y extenso debate celebrado en el mismo Consell Nacional, son propios del contexto de excepcionalidad política que se vive en Catalunya y de la necesidad de reflexionar y re-elaborar o actualizar nuestra propuesta federal para situarla mejor y darle mayor impulso político.

Queremos señalar a continuación algunos elementos que deberían, como mínimo, considerarse en el debate acerca del derecho a decidir, el proyecto federal y, en términos generales, sobre el futuro de Catalunya.

El fet nacional català o el problema nacional català, es un debate histórico para la izquierda, y que aún -y todo apunta a que es así- no hemos resuelto. Además, en el actual contexto, el análisis y el debate entorno a este tema aún es más complejo, pues está ligado a la crisis de la Segunda Restauración Borbónica.

Esta crisi de Régimen, tiene distintas dimensiones: la Democrática y de Derecho; la Social y; también la nacional. Sobre su dimensión nacional: relativa a lo que supuso la supuesta Transición (que ignoró por completo el derecho a la autodeterminación, entre otras cosas), pero también al agotamiento del «encaje» autonómico como pieza fundamental del modo de acumulación del régimen salido del 78. Por lo tanto, el análisi del contexto catalán debe enmarcarse en esta crisi de Régimen. Nuestra tarea sería profundizar en él, precisamente.

Ligado a lo anterior. Sostenemos que es hacerle un flaco favor a la propuesta federal no dotarla de contenido ni de realización práctica. La izquierda que se ha mostrado a favor de un proyecto federal, lo ha hecho, mayoritariamente, desde una perspectiva «estática». Nos explicamos. Pareciera para las personas que sostienen este punto de vista que es suficiente con anunciar y explicitar que están a favor del federalismo, reiterando una y otra vez que es ese el modelo de Estado que se defiende. Además, parece que muchas de estas mismas personas, proponen que la consecución de un Estado Federal sólo será posible si «nos ponemos de acuerdo con el resto de pueblos de España». O dicho de otra forma: que«hasta que las condiciones no sean lo suficientemente maduras», el Estado Federal no se podrá dar.

A esta visión, nosotros oponemos la nuestras. Pues creemos que el actual contexto político caracterizado por la crisis de Régimen es propicio para impulsar una propuesta más concreta y dotada de un mayor contenido que el que hasta ahora le hemos dado a nuestro proyecto de modelo de Estado. Es más que evidente, que el eje nacional se está convirtiendo en un elemento que profundiza el resquebrajamiento del Régimen. Añadir a nuestra propuesta federal una hoja de ruta (más o menos plausible), o dotarle de una estrategia factible y viable (ya veremos si deseable por todo el mundo), es parte de nuestra tarea. Oponerse al derecho a decidir por motivos de «correlación de fuerzas» o «condiciones maduras», parece empezar a ser estéril para nuestra práctica política. Si sólo atendiéramos a la correlación de fuerzas, nos preguntamos: ¿Qué debemos hacer en Catalunya? ¿Esperar a que las condiciones sean igual de maduras en el resto del Estado español? ¿Cómo explicamos esto a la gente? ¿Y mientras tanto, qué hacemos? ¿No aprovechamos las condiciones que se dan en Catalunya para poner en valor el proyecto que defendemos?

Y es que empieza a ser ya muy difícil «guardarnos» ciertas reivindicaciones – algunas fundamentales como el derecho decidir- por qué el viento «sopla a nuestra contra», o al menos así lo pareciera. Proseguir con esta lógica, tendrá cierta sentido «interno», pero parece difícil de defender públicamente, ya no digamos crear hegemonía entre los sectores populares de la población.

¿Que este debate deba hacerse al margen de los compañeros y compañeras de IU? De ninguna forma. Debe hacerse de forma coordinada, fraternal y dentro de la corresponsabilidad política que nos une. Pero también emplazándoles, de forma sincera y honesta a que colectivamente desarrollemos nuestro proyecto federal y le dotemos de una concreción práctica, acorde con el actual contexto político, considerando también las peculiaridades del caso catalán.

Por último, creemos oportuno hacer tres precisiones sobre el contenido del artículo publicado por el camarada Albert Miralles.

En primer lugar, el marco jurídico-político actual impide el ejercicio del derecho de autodeterminación por la vía de la reforma constitucional, ya que el procedimiento que regula esta figura requiere mayorías amplísimas [1]. Por otra parte, esta rigidez también impide modificar la forma de gobierno y proclamar la tercera república mediante la legalidad vigente. En definitiva, si aspiramos poner fin al régimen borbónico, nuestra estrategia no debe consistir en modificar la norma suprema actual, sino en articular un movimiento político que rompa la legalidad vigente y genere un nuevo marco normativo más acorde con los intereses de las clases populares. Ante la excepcionalidad del momento histórico que vivimos, hay que anteponer la legitimidad a la legalidad.

Es preciso matizar que esta tesis se recoge en el documento de conclusiones de las jornadas sobre proceso constituyente y nuevo proyecto de país organizadas por Izquierda Unida. En este, se insta a abrir un proceso constituyente sin hacer alusión alguna a la reforma constitucional [2]:

«La razón de este proceso(constituyente) debe ser provocar una ruptura con el sistema político-económico que está estrangulado los derechos de la mayoría social / clase trabajadora […] Aspiramos a generar otras reglas de juego basadas en la democracia participativa […] El proceso tiene que ser anticapitalista, republicano, que recupere la soberanía popular, anti-imperialista y feminista […] El proceso debe partir del reconocimiento de la superación de la Constitución de 1978, que ha quedado obsoleta» (Jornadas sobre Proceso constituyente y Nuevo Proyecto de País, Izquierda Unida, pag 1)

En segundo lugar, consideramos que no se puede culpar de desleal al Coordinador Nacional de EUiA, puesto que la propuesta que lanzó en su conferencia «Catalunya: Llibertat i Drets Socials» no vulneraba en absoluto el contenido de la declaración aprobada por IU, ICV y EUiA. Es más, en dicha declaración, las tres organizaciones se comprometen a «apoyar el ejercicio del derecho a decidir del pueblo de Catalunya». Por lo tanto, cabe considerar que la propuesta de Nuet es una concreción práctica de lo establecido en el acuerdo que no se contrapone a la necesidad de avanzar hacia una ruptura democrática de ámbito estatal.

En tercer y último lugar, consideramos falaz sugerir que el estancamiento electoral de la coalición ICV-EUiA se debe atribuir a una hipotética deriva nacionalista de su dirección. Si bien es cierto que un sector nada despreciable de su electorado se muestra escéptico con esta cuestión, atribuir el estancamiento electoral de la coalición a un solo factor es poco apropiado. Quizás y por ejemplo, la participación en los gobiernos tripartitos haya provocado que una parte del electorado de izquierdas perciba a ICV-EUiA como parte de esa clase política que ha sido incapaz de dar respuesta a los anhelos sociales del pueblo trabajador.

Quede claro que no tenemos como objetivo el mostrarnos más leales con la política de EUIA i IU que cualquier otro compañero o compañera de militancia. Tampoco, para que también quede claro, no es nuestra voluntad la defensa del Coordinador de EUIA. Por contra, este breve escrito quiere potenciar el debate entorno a la propuesta federal que defendemos. En este aspecto, coincidimos plenamente con el compañero Albert Miralles. Sin embargo, consideramos que la lucha por la tercera república y la lucha por hacer efectivo el derecho de autodeterminación (eufemísticamente llamado «dret a decidir») no son opciones mutuamente excluyentes. Es más, si queremos romper con el régimen de la segunda restauración borbónica, es necesario dotar al federalismo de un contenido programático concreto y de una estrategia para su realización práctica. Si nos limitamos a enunciarlo en términos abstractos, fracasaremos en nuestro empeño.

Notas:

[1] El artículo 168 de carta magna indica que, para modificar el título primero de la constitución, se requiere una mayoría de dos tercios en cada una de las cámaras, la convocatoria de elecciones, la aprobación por dos tercios de las nuevas cortes y la ratificación en referéndum.

[2] http://www.izquierda-unida.es/sites/default/files/doc/Conclusiones%20talleres%20%27Jornadas%20Proceso%20Constituyente%20y%20Nuevo%20Proyecto%20de%20Pa%C3%ADs%27_17_06_2012.pdf

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