Fidel Castro puede hablar con propiedad de que el mundo vive entre dos tragedias, la de la guerra y la del Medio Ambiente. De la primera, creada por la dañina práctica imperialista de subjuzgar y explotar a los pueblos, y de la segunda, provocada, entre otras razones, por el desmedido e irracional consumismo, engendrado por […]
Fidel Castro puede hablar con propiedad de que el mundo vive entre dos tragedias, la de la guerra y la del Medio Ambiente. De la primera, creada por la dañina práctica imperialista de subjuzgar y explotar a los pueblos, y de la segunda, provocada, entre otras razones, por el desmedido e irracional consumismo, engendrado por el capitalismo.
De ambas tragedias no dejó de pensar y de expresar sus sabios criterios durante la visita al mediodía de ayer jueves al Acuario Nacional, donde presenció un espectáculo marino de delfines, único de su tipo en el mundo.
Si para Fidel fue una jornada de sosiego, de recuerdos como submarinista y de agradables impresiones, a la vez que compartir con los trabajadores y visitantes del centro, para los anfitriones fue una sorpresa, un estímulo y una manera de oxigenar sus corazones.
Sin estar allí presente en esa inolvidable visita, con sólo apreciar las fotos es posible valorar la carga emocional que acompañó el recorrido y estancia del Líder Histórico de la Revolución por ese acogedor y hermoso paraje habanero.
El Acuario Nacional es un centro recreativo, a la vez que investigativo y socialmente útil, adonde la gente acude para mantener ese contacto con la naturaleza y a aprender de ella en complicidad con sus secretos.
Es, al mismo tiempo, un escenario de puro humanismo del colectivo, palpable en los show que escenifican de madrugada para divertir a los niños portadores de xeromatosis pigmentosa, padecimiento que le cohíbe acceder en otro horario porque el sol lo exacerba.
Los delfines son enigmáticos animales que sufren -menos en Cuba-los daños del ecosistema, originado por el vertimiento de sustancias contaminantes en los mares que los afectan, así como a otras especies acuáticas.
Aún están por cuantificar las consecuencias del derrame de petróleo en el Golfo de México de la empresa británica BP, vertimiento entre 58 y 112 veces más grave que el naufragio del buque de petróleo Exxen Valdez frente a Alaska hace 21 años.
El desastre ecológico de la BP, según reportes informados a Fidel por Guillermo García, director del acuario registra la muerte de más de 200 delfines y cerca de 500 tortugas.
La opinión pública nacional y la internacional seguramente esperan la nueva Reflexión anunciada por Fidel en el acuario, en la que abordará el tema de la guerra y el medio ambiente, previniendo al mundo de las dos tragedias, nada silenciosas y sí peligrosísimas.
Cuba es un modelo -perfectible aún- en materia de protección del medio ambiente. No olvidemos que desde 1997 se elaboró y aprobó la Estrategia Ambiental Nacional.
En ella están definidos los principales problemas ambientales, se identifican las acciones para su solución o mitigación, la explicación sobre la integración de las variables económicas, sociales y ambientales y las instancias y actores fundamentales para su implementación.
Demos por sentada la Ley del Medio Ambiente, del 11 de julio de ese propio año, y los Decretos Leyes que la acompañan sobre Seguridad Biológica, Gestión de la Zona Costera y Sistema Nacional de Áreas Protegidas que han desempeñado un importante rol en reducir las cargas contaminantes al medio ambiente.