No hizo falta empapelar la ciudad con posters de su foto, anunciando sus presentaciones. Tampoco armar una movida de marketing para promocionar sus recitales por los poderosos medios masivos de comunicación. Labor que en una plaza como Buenos Aires se hace casi imprescindible hasta para las megas estrellas de la música de moda o famosas […]
No hizo falta empapelar la ciudad con posters de su foto, anunciando sus presentaciones. Tampoco armar una movida de marketing para promocionar sus recitales por los poderosos medios masivos de comunicación. Labor que en una plaza como Buenos Aires se hace casi imprescindible hasta para las megas estrellas de la música de moda o famosas bandas extranjeras. Aun así, desde hace varios días, se agotaron las entradas habilitadas para los dos recitales que ofreció Silvio Rodríguez el viernes y sábado pasados en el Luna Park.
Con leves cambios, el programa de la gira que, además tendrá escalas en la ciudad de Santa Fe y en las capitales de Uruguay y Chile, es diferente al de su anterior visita al cono sur.
«Me he propuesto, hasta donde cabe, diferenciarlos bien de los del año pasado. Sobre todo la primera parte, en que vamos a tocar más temas de Segunda cita (2010), un disco que he trabajado poco», señaló el autor de «Ojalá» en una entrevista concedida a la agencia de noticias Télam.
Ante ocho mil personas, los encargados de abrir la escena los dos días fueron el Dúo Karma, integrado por Xochitl Galán y Fito Hernández. Con sus canciones y por casi media hora, la pareja de jóvenes cubanos sorprendió gratamente al público argentino reciprocando así, la invitación y la confianza depositada por Silvio en ellos.
Luego se apagaban las luces y estallaba la algarabía. Minutos después entraban los virtuosos músicos que desde hace unos años acompañan a Silvio. El trío Trovarroco (Rachid López Gómez en guitarra, Maykel Elizarde Ruano en tres y César Bacaro Laine en bajo), la flautista y clarinetista Niurka González Núñez y el baterista Oliver Valdés Rey. Comenzaban tocando unos segundos de música instrumental y hacia su aparición el protagonista de la noche.
El recinto, colmado en las dos ocasiones por generaciones diversas, donde primaban caras jóvenes, estallaba en aplausos y coreaban: «¡Cuba, Cuba, el pueblo te saluda!»
Sonaban entonces los acordes del tema «Mujeres», para dar inició al recorrido que tuvo, en su primera parte, canciones del disco Segunda Cita como «Toma», «Tonada del albedrío», «Carta a Violeta», el tema que da título al CD y «San Petersburgo». Luego vinieron algunos clásicos como «Rabo de nube», «La gota de rocío» y «Me acosa el carapálida», con nuevos arreglos.
Solos sobre escena quedaron entonces Trovarroco, que interpretaron una versión libre de «Chan Chan», de Compay Segundo. Ambas noches terminaron ovacionados por los miles de asistentes que, en su mayoría, quedaban de pie aplaudiendo e impresionados por el virtuosismo del trío santaclareño.
El regreso fue con «El Necio». El estallido penetrante de los aplausos y los gritos de «Ídolo» no se hacían esperar tras cantar versos como: «Yo quiero ser a la zurda/ más que diestro» o «Yo me muero como viví». También las exclamaciones de ¡nunca! en la parte: «Dicen que me arrastrarán por sobre rocas/ cuando la Revolución se venga abajo».
Con los temas «El papalote», «Judith», «Sinuhé», «El escaramujo», «La era» y «Ángel para un final» el concierto transitó su parte final. Silvio se despidió. Pero no por mucho tiempo.
En sala se escuchaba «Ole, ole, ole, Silvio, Silvio». El viernes reapareció con una cámara fotográfica para retratar al público. También con un nuevo manojo de temas entre los que estuvieron «Historia de la silla», «Óleo de una mujer con sombrero», «Balada de Elpidio Valdés» y, para cerrar, «Ojalá».
Los dos días tuvo que volver a escena ante los reclamos del público. Entonces regaló «El reparador de sueños» para el adiós definitivo. Por su parte, el sábado, prefirió cerrar con «El mayor».
«Es un amor a primera vista que ocurrió desde la primera vez», declaró Silvio sobre su relación con el público argentino. «Siempre he sentido como un privilegio que un público tan exigente y bien preparado aprecie mi trabajo», dijo en la ya citada entrevista a Télam. Y ese inmenso amor fue inmensamente correspondido. Prueba de una fidelidad y un amor que no envejecen.
Fuente: http://www.lajiribilla.cu/articulo/fidelidad-amor-no-envejecen