La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina ha comenzado a recibir ataques sobre su propia existencia, que anteceden al encuentro que se realizará el 25 de este mes con los donantes, para discutir sobre los fondos que requiere para desarrollar su labor. El Organismo de Obras Públicas y Socorro de las […]
La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina ha comenzado a recibir ataques sobre su propia existencia, que anteceden al encuentro que se realizará el 25 de este mes con los donantes, para discutir sobre los fondos que requiere para desarrollar su labor.
El Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (UNRWA, en inglés), el nombre histórico de la agencia creada en 1949, fue directamente atacado por Jason Greenblatt, el enviado especial de Estados Unidos para las negociaciones internacionales, en una reunión del Consejo de Seguridad a fines de mayo.
Greenblatt confirmó entonces que el gobierno de Donald Trump mantiene el congelamiento a la realización de aportes a la Agencia, que estableció en 2018 y que es algo que ahonda su ya precaria situación financiera.
Para intentar controlar los daños provocados por las críticas y pronunciamientos de Greenblatt, la UNRWA alertó en a comienzos de este mes sobre los impactos que tendrían para la conflictiva región mediooriental los dramáticos recortes planteados por Estados Unidos.
La organización apoya a alrededor de 74 por ciento de la población de Gaza y también tiene operaciones importantes en Cisjordania y Jordania, donde residen millones de refugiados palestinos. La Agencia proporciona ayuda alimentaria, servicios sociales, educación e infraestructura.
La UNRWA requiere 1.200 millones de dólares para financiar todas sus operaciones en el próximo año y de no recibir nuevas contribuciones de inmediato, no podría mantener sus actividades en el terreno más allá de este mes, plantean en la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La Agencia requiere obtener al menos 60 millones de dólares para fines de este mes, para poder mantener su ayuda alimentaria a más de un millón de refugiados palestinos, lo que parece muy incierto, tras la amenaza de Greenblatt de retirar el aporte estadounidense.
La Agencia se financia principalmente con fondos de los Estados miembros de la ONU, la Unión Europea y los gobiernos regionales, que aportan 93 por ciento del total. Además, están los aportes de fuentes privadas y no gubernamentales, que en 2018 contribuyeron con 17 millones de dólares.
Matthias Schmale, director de Operaciones de UNRWA en Gaza, señaló durante la conferencia de prensa del 4 de junio que «en este momento, estrictamente financieramente hablando, no tenemos el dinero para garantizar la apertura de escuelas en el otoño (boreal)».
Estas preocupaciones financieras han surgido por la negativa de los Estados Unidos a continuar financiando a la organización, que Greenblatt justificó con que a juicio de Washington «el modelo de UNRWA le ha fallado al pueblo palestino».
La Agencia, describió, representa una «operación irremisiblemente defectuosa» y una solución de «curita (bandita)».
La alternativa estadounidense es que los servicios de la UNRWA se integren a las estructuras de las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales que cumplen tareas de apoyo a los refugiados palestinos.
Una razón que Greenblatt incluyó en sus argumentos contra la UNRWA es el apoyo de su país a Israel. «Estados Unidos siempre estará con Israel», subrayó el representante estadounidense.
Para los críticos de la posición estadounidense, ese planteamiento confirma que detrás de su decisión de dejar de financiar a la Agencia hay razones políticas sectarias y las alegadas críticas a su funcionamiento son solo una disculpa.
Peter Mulrean, director de la Oficina de Representación de la Agencia en Nueva York, dijo en una entrevista con IPS que «UNRWA lamenta la decisión de Estados Unidos de dejar de financiar a UNRWA después de décadas de ser el mayor donante y socio fuerte de la Agencia».
Pero el funcionario se negó a especular sobre los motivos detrás de esa decisión.
Greenblatt sostuvo que la UNRWA se ha politizado, pese a que mantenga que actúa con una «una pretendida neutralidad».
«Año tras año, los palestinos en campos de refugiados no han tenido la oportunidad de construir ningún futuro; fueron engañados y utilizados como peones políticos y productos básicos en lugar de ser tratados como seres humanos», aseguró el representante estadounidense.
Ante ese argumento, Mulrean replicó que «UNRWA es una agencia humanitaria de las Naciones Unidas que no tiene ningún rol político en Palestina ni en ningún otro lugar».
Durante la conferencia de prensa, UNRWA ya escuchó preguntas sobre si algunos de sus funcionarios estaban vinculados con el movimiento islamista palestino Hamás, debido a que se encontraron armas almacenadas en una escuela que la Agencia regenta, al igual que la existencia de túneles debajo de edificios de sus centros educativos.
La Agencia recordó que sus funcionarios fueron los que informaron de todos los incidentes de ese tipo y quienes tomaron medidas inmediatas para retirar las armas y cerrar los túneles.
Las críticas a la UNRWA por parte de Washington, no son secundadas, de hecho, por otros miembros del Consejo de Seguridad, aparte de Israel.
Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general, António Guterres, recordó este mes que el máximo funcionario de la ONU ha recibido amplio apoyo sobre la actividad que cumple la UNRWA y que esa posición «no ha cambiado».
La percepción mayoritaria recogida por Guterres, puntualizó Dujarric, es que UNRWA «es una fuerza estabilizadora en la región a través de los servicios educativos que proporciona, a través de los servicios de salud y a través de los servicios de apoyo «.
En la reunión del Consejo de Seguridad donde se trató la situación de UNRWA, Estados Unidos se quedó solo en sus críticas, porque los otros 14 miembros, permanentes y no permanentes, apoyaron a la Agencia y su papel con los refugiados palestinos.
«Eso es un reflejo del amplio apoyo que UNRWA tiene en la comunidad internacional», analizó Mulrean a IPS.
A pesar de esto, la UNRWA ha luchado durante años para lograr un presupuesto que le permita cumplir con sus compromisos. El año pasado, alrededor de 42 países e instituciones aumentaron sus contribuciones para enjugar un déficit sin precedentes, de 446 millones de dólares.
Greenblatt señaló que a Estados Unidos se les pedía con frecuencia que llenase vacíos presupuestarios de la Agencia. Pero después de haber hecho contribuciones de unos 6.000 millones de dólares a lo largo de la existencia de UNRWA, reafirmó que Washington no seguirá haciendo estos aportes.
En contrapartida, Estados Unidos ha organizado una conferencia en Bahréin, el 25 y el 26 de junio, para un posible plan para discutir posibles soluciones a la crisis de refugiados palestinos, en lo que observadores internacionales se dividen entre los que ven como una compensación de Washington al retiro de fondos para la UNRWA y los que consideran que busca establecer una iniciativa paralela a la Agencia.
Mulrean se negó a pronunciarse sobre las intenciones de la próxima conferencia en Bahréin, pero sí afirmó que la UNRWA no ve esto como una competencia con su trabajo y funciones.
Mientras tanto, UNRWA lucha por contrarrestar las críticas de Greenblatt en distintos ámbitos, incluidos los medios de comunicación, en un contexto de una escalada de la violencia en Gaza, que algunos observadores sitúan como la peor desde 2014, y de un número cada vez mayor de refugiados palestinos.
Ello sin dejar de buscar financiamiento para solventar sus urgencias inmediatas y para poder mantener sus operaciones el año próximo.
«Esta es nuestra realidad», resumió Mulrean, «tenemos escuelas para dirigir, clínicas para administrar, personas para alimentar y esas son nuestras prioridades», de una agencia que se centra en aportar alimentos, educación, salud, saneamiento y servicios sociales a la población palestina.
El oxígeno con que la UNRWA contará o no para su sobrevivencia se conocerá tras la reunión de donantes del 25 de junio en las Naciones Unidas en Nueva York.
A esa cita, Estados Unidos ha superpuesto la conferencia en Manama, la capital de Bahréin, que se celebrará los días 25 y 26, con el objetivo de implementar su polémico plan de paz para Gaza y Cisjordania, que requeriría miles de millones de dólares, y que tiene el boicot de las autoridades palestinas.
Fuente original: http://www.ipsnoticias.net/2019/06/futuro-incierto-refugiados-palestinos-agencia-la-onu/