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Ganadería, oportunidad y amenaza para una América Latina sostenible

Fuentes: IPS

América Latina produce 23 por ciento por ciento de la carne bovina del mundo, que es el puntal del boyante sector ganadero regional, aunque la actividad amenaza su sostenibilidad. En la imagen, un pequeño rebaño busca cobijo en torno al único árbol del pastizal, en la pampa argentina. Crédito: Fabiana Frayssinet/IPS SANTIAGO, 30 ago 2016 […]

América Latina produce 23 por ciento por ciento de la carne bovina del mundo, que es el puntal del boyante sector ganadero regional, aunque la actividad amenaza su sostenibilidad. En la imagen, un pequeño rebaño busca cobijo en torno al único árbol del pastizal, en la pampa argentina. Crédito: Fabiana Frayssinet/IPS

SANTIAGO, 30 ago 2016 (IPS) – La ganadería genera multimillonarios dividendos a América Latina, pero también un amplio y variado impacto ambiental que hace urgente su trasformación en una actividad sostenible que sea ecológicamente amigable, socialmente aceptada y económicamente rentable.

«América Latina no puede continuar ignorando, desde el punto de vista de sus políticas públicas, los desafíos que implica tener una ganadería que sea sustentable», afirmó a IPS el biólogo Javier Simonetti, académico del Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Chile.

Añadió que la ganadería tiene varios costos en la región «pero son subsanables, reducibles en la jerarquía de mitigación». «Soy razonablemente optimista», señaló.

La ganadería latinoamericana es un sector estratégico para la seguridad alimentaria de la región y del mundo. Según cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), 25 por ciento de las calorías y 15 por ciento de las proteínas que consumen los latinoamericanos son de origen animal.

El sector pecuario regional contribuye con 46 por ciento del producto interno bruto (PIB) agrícola de la región, aunque se trata de una actividad que concentran cinco países, con 75 por ciento de la producción. Ellos son Brasil, Uruguay, Paraguay, México y Argentina, por ese orden.

Aproximadamente 80 por ciento de los productores ganaderos de la región son pequeños agricultores familiares, quienes desarrollan una tradición ganadera extensiva y rural.

Sin embargo, el aumento creciente de la demanda mundial de productos de origen animal generó un importante impacto ambiental, que podría agravarse si se cumplen los pronósticos que advierten que, para el año 2050, la demanda mundial aumentará en hasta 70 por ciento.

«El proceso de expansión de la ganadería que están viviendo los países de América Latina representa tanto una oportunidad como una amenaza para el desarrollo sustentable de la región», afirmó a IPS la oficial de Salud y Protección Animal de la FAO, Deyanira Barrero.

Integrantes de una pequeña cooperativa avícola en El Salvador, que genera ingresos para el grupo de mujeres que promovió la iniciativa y para sus familias. América Latina es el mayor exportador mundial de carne de ave. Crédito: Edgardo Ayala/IPS

«Por un lado, es una oportunidad para generar riqueza y mitigar la pobreza si se toman las decisiones políticas adecuadas y se promueven sistemas de producción ganaderos sustentables y amigables con el ambiente. Por el otro, es una amenaza si la expansión de la actividad continúa sin considerar los costos ambientales y los potenciales efectos de marginalización de los pequeños productores», advirtió.

América Latina, con solo 13,5 por ciento de la población del planeta, produce algo más de 23 por ciento de la carne bovina y de búfalo y 21,4 por ciento de la de ave del mundo y es el mayor exportador de esos rubros, mientras se mantiene con importante productor y exportador de carne de cerdo y lácteos.

Pero la cara negativa de esta expansión es que 70 por ciento de las pasturas de la región presentan un nivel moderado o severo de degradación.

Barrero precisó, en la sede regional de la FAO en Santiago, que los principales costos ambientales asociados a la ganadería en América Latina están relacionados con los niveles de deforestación, la degradación de los suelos y praderas, la pérdida de biodiversidad, la disminución del recurso hídrico y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

De acuerdo a cifras de la FAO el sector ganadero incide de manera importante en el cambio climático, con emisiones estimadas en 7,1 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente por año, que representan 14,5 por ciento de las emisiones de GEI inducidas por el ser humano.

La producción de carne y leche de vacuno es responsable de la mayoría de las emisiones, pues contribuye con 41 y 29 por cient