Traducido del inglés por Sinfo Fernández
En 1966, los palestinos votaron masivamente a Fatah, manifestando así su esperanza en lograr una paz justa con Israel. Sin embargo, esa esperanza se ha visto frustrada por la sistemática violación por parte de Israel de los Acuerdos de Oslo, Acuerdos que estipulaban que Israel retiraría sus tropas y desmantelaría sus asentamientos en el 90% de los Territorios Ocupados.
Sharon, al asumir el poder tras su provocativa irrupción en la Explanada de la Mezquita de Al Aqsa, interrumpió la retirada de su ejército e incrementó aún más el ritmo de la construcción de asentamientos, exacerbando una tendencia predominante desde el principio mismo de los acuerdos. Palestina se convirtió en un país completamente segregado, donde colonos armados hasta los dientes actúan como milicias auxiliares del ejército israelí. No satisfecho aún, Sharon empezó la construcción del Muro del Apartheid, provocando la anexión de un 7% más de la tierra palestina.
Con el objetivo de aplastar la segunda intifada, hizo caso omiso de la Autoridad Palestina y atacó los Territorios Ocupados a sangre y fuego. Miles de palestinos fueron asesinados o heridos, decenas de miles arrestados y retenidos en prisión sin juicio. Miles de casas fueron arrasadas hasta los cimientos. Docenas de dirigentes asesinados a través de los denominados «asesinatos selectivos». Incluso el presidente Arafat, tras ser declarado «terrorista» una vez más, se encontró atrapado en su palacio presidencial, la Mukata, que fue bombardeada y reducida a cenizas.
Así pues, las razones de la arrolladora victoria electoral de Hamas en 2006 (a la que, mientras tanto, Estados Unidos y la Unión Europea habían incluido en su famosa lista negra de organizaciones terroristas) son evidentes. Más que una protesta contra una corrupción endémica en las filas de Fatah, los palestinos le gritaron al mundo que no se les podía exigir una «paz» humillante impuesta a base de plomo y sellada con su propia sangre.
En lugar de escuchar los gritos pidiendo ayuda del pueblo palestino, las potencias occidentales decidieron castigarle imponiendo un embargo total contra Cisjordania y Gaza. Siguiendo una vez más las indicaciones de Israel (que, tras la victoria de Hamas, bloqueó inmediata y unilateralmente la transferencia de las recaudaciones de tasas e impuestos cuyo único titular es la Autoridad Palestina), los EEUU y la UE congelaron la ayuda financiera, provocando un auténtico desastre humanitario con tal de obligar a todo un pueblo a doblar las rodillas y abandonar su resistencia.
Esta política ha causado, como sus arquitectos pretendían, la más amarga de las consecuencias: una lucha fratricida dentro del campo palestino. Aquellos que habían perdido las elecciones derrocaron al gobierno democráticamente elegido y lo reemplazaron por otro ilegítimo, con el descarado apoyo de Israel y sus aliados occidentales.
Junto a los sionistas, desencadenaron una caza contra sus adversarios anunciando la ilegalización de Hamas bajo el pretexto de una nueva ley según la cual sólo aquellos que reconozcan a Israel pueden presentarse a las elecciones. EEUU y la UE han justificado esa intentona y han corrido en ayuda de ese gobierno ilegítimo, levantando las sanciones en las zonas que estaban bajo su control, manteniendo en cambio a Gaza con la soga al cuello.
De esta forma, un millón y medio de seres humanos permanecen bajo estado de sitio, rodeados de alambradas de espino, sin poder salir ni entrar. Encerrados en un campo de concentración, sin poder apenas sobrevivir sin alimentos y sin agua, privados de electricidad y de los servicios sanitarios más básicos. Como si todo esto fuera poco, el ejército israelí continúa machacando Gaza con ataques, incursiones y bombardeos casi diarios, con el resultado de innumerables víctimas civiles inocentes.
Sólo una palabra puede describir esta carnicería: ¡genocidio!
Es necesaria una movilización inmediata que ponga fin a esta tragedia.
¡POR EL LEVANTAMIENTO DEL DEVASTADOR EMBARGO CONTRA EL GHETTO DE GAZA!
¡POR EL RECONOCIMENTO DE LAS ELECCIONES DEMOCRATICAS DEL PUEBLO PALESTINO!
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