Buena parte del mundo está indignada por el genocidio que realiza el gobierno israelí en Gaza, y otra parte es cómplice de éste y se muestra indiferente, debido a la propaganda canalla de los grandes medios de prensa occidentales que durante muchos años han persistido en hacer ver a los palestinos como terroristas y a […]
Buena parte del mundo está indignada por el genocidio que realiza el gobierno israelí en Gaza, y otra parte es cómplice de éste y se muestra indiferente, debido a la propaganda canalla de los grandes medios de prensa occidentales que durante muchos años han persistido en hacer ver a los palestinos como terroristas y a los judíos como víctimas. La esencia del conflicto, según se plantea, reside en torno al derecho a la tierra, que los sionistas se atribuyen basados en tres básicas mentiras:
–Textos del Antiguo Testamento de la Biblia. El supuesto otorgamiento de ésta por Jhwh, devenido posteriormente en Yahvé o Jehová, una deidad poco importante del panteón cananeo y equivalente a dios, cuando mucho después, posiblemente siglos, escribas encargados por diferentes reyezuelos, redactaron los libros del Antiguo Testamento de la Biblia, según versiones interesadas y trasmitidas verbalmente. Según ellos, Jehová les encomendó ocupar la tierra de Canaán y expulsar de ella a sus habitantes. En algunos de estos textos, se puede leer: «Subió Josué y todo Israel con él, de Eglón a Hebrón y combatiéronla (…) todo lo que tenía vida mató, al modo que Jehová, Dios de Israel, lo había mandado». (Josué, Capítulo 10, Versículo 30-40). «Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Él te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra».(Deuteronomio, Cap. 7, Versículo 6). Y así, hay varias citas en el Antiguo Testamento, donde se otorga esa condición especial al pueblo judío y se le ordena la expulsión y matanza, sin compasión, de los habitantes de Palestina, entonces Canaán.
–La Declaración Balfour, emitida por el Ministro de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña en 1917, otorgándole el derecho a los judíos a constituir un «Hogar Nacional» en Palestina, acción completamente ilegal, pues el gobierno británico no podía ceder una tierra que no le pertenecía y sobre lo cual tampoco se había consultado a sus históricos habitantes.
–La resolución 181 de la Asamblea General de la ONU, aprobada en 1947, que dividió a Palestina en dos estados, uno judío y otro palestino, tomando como antecedente «legal», la anteriormente mencionada Declaración Balfour. Los palestinos, que se habían mantenido viviendo en su tierra de forma permanente durante siglos, nunca fueron consultados. Sin embargo, judíos de cualquier rincón del mundo, que solo tenían en común la práctica de una religión, obtuvieron el derecho de emigrar a Palestina y ocupar sus tierras, prácticamente de la misma forma terrorista, que se narra en el libro de Josué.
Esta última ocupación, ocurrida fundamentalmente a partir de los años 30 del pasado siglo y que dura hasta nuestros días, se ha ejecutado según consta en diferentes documentos, por intereses colonialistas británicos y estadounidenses, quienes convinieron en implantar en el corazón del mundo árabe y musulmán, un enclave que promoviera la división y sirviera de base a sus objetivos expansionistas y hegemónicos.
No puedo menos que recordar las citas bíblicas mencionadas anteriormente, para tratar de comprender, sin lograrlo, la actitud de los que llevan ahora la muerte indiscriminada a los habitantes de Gaza; para tratar de entender el pensamiento de la diputada israelita que llamó a matar a las madres palestinas para que no engendren más niños; para comprender, sin lograrlo, el pensamiento de un piloto que dispara sus cohetes contra un grupo de niños que jugaban futbol en una playa de Gaza, o el de aquellos que bombardean sin piedad, refugios, escuelas u hospitales. ¿Qué habrá en la mente de aquel grupo de sionistas que mostró la televisión, quienes desde una colina aplaudían y alentaban a los artilleros y tanquistas, cuando disparaban para masacrar a la población de Gaza? Se afirma que más del 90% de la población israelí apoya la criminal aventura.
Pero no es un problema religioso, aunque algunos fanáticos se empeñen en justificarse tras ello. Es el interés político del colonialismo británico quien creó este engendro diabólico por intereses colonialistas primero, y el empeño imperialista de los círculos de poder en Estados Unidos que ofrece su apoyo incondicional a esta acción genocida. Los sionistas forman parte del poder en el imperio, de ello no debe quedar dudas.
En la última votación de una resolución de condena a Israel en la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra, EEUU aparecía en rojo como único país en oponerse a tal resolución. No es la primera vez, ha protegido a Israel decenas de veces con su veto en el Consejo de Seguridad para evitar las sanciones, y la gran paradoja, es que este es el único estado creado por una Resolución de la ONU y quien lo admitió como miembro, el 11 de mayo de1949 con la aprobación de otra resolución, la 273, que en sus párrafos finales afirma: «Decide que Israel es un Estado amante de la paz que acepta las obligaciones consignadas en la Carta, está capacitado para cumplir dichas obligaciones y se halla dispuesto a hacerlo; Decide admitir a Israel como Miembro de las Naciones Unidas.»
En este mundo vivimos… !Hasta cuándo! Pero no perdamos la esperanza, como dijo Fidel Castro: «Un mundo mejor es posible» y hay que continuar luchando hasta alcanzarlo. El fascismo, el sionismo y el imperialismo tienen fuerza, pero no tienen futuro.
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