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Gaza sin día después, un manual inhumano

Fuentes: El tábano economista

¿Es esto a lo que hemos llegado? ¿Rezando para que muramos de una sola pieza? (Zaid)

Toda Europa, desde la Puerta de Brandenburgo en Berlín hasta la Torre Eiffel en París, incluido el Parlamento búlgaro, mostró edificios oficiales iluminados con la bandera israelí. La máxima funcionaria europea, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, celebró que esa bandera israelí asfixiara al Parlamento Europeo. Desde Latinoamérica puede resultar una imagen grotesca, pero para los europeos que tuvieron dos guerras y un holocausto, y una culpa infinita, no debería resultarles incomprensible que un conjunto básico de leyes que se formalizaron después de la Segunda Guerra Mundial sea aplicable en Gaza, pero no es así.

El objetivo de quienes redactaron el derecho internacional descansaba en hacer inadmisible que se repitieran las atrocidades nazis en Europa, así como otros crímenes, el bombardeo británico de ciudades alemanas como Dresde o el lanzamiento de bombas atómicas por parte de Estados Unidos sobre Hiroshima y Nagasaki. Uno de los fundamentos del derecho internacional –en el corazón de los Convenios de Ginebra– es la prohibición del castigo colectivo: es decir, tomar represalias contra la población civil del enemigo, haciéndola pagar el precio por los actos de sus líderes y ejércitos.

Es muy evidente que Gaza constituye la violación más flagrante de esta prohibición que se pueda encontrar. Lo que Israel le está haciendo a Gaza es la definición misma de castigo colectivo. Es un crimen de guerra: 24 horas al día, 7 días a la semana, 52 semanas de cada año, durante 19 años, como muestra el cuadro, con un bloqueo de 16 años. El Sur Global pueden ver claramente los dobles criterios: desde la guerra encabezada por Estados Unidos en Irak hasta el uso desproporcionado de la fuerza por parte de Israel en Gaza. Deberían de pensar que lo que se utiliza sobre Ucrania tiene que aplicarse a Gaza, de lo contrario, como está sucediendo, Occidente pierde credibilidad, ser atacado por Hamás no habilita una kriptonita geopolítica.

Incluso en tiempos de “calma”, a sus habitantes –un millón de ellos niños– se les niegan las libertades más básicas, derecho a circular, atención sanitaria, acceso al agua potable y a la electricidad. Como en el mundo, los medios se encargan de modificar el relato y deformar las palabras o las frases, lo que era “asedio completo” de Gaza, un crimen contra la humanidad, se reformateó en el “derecho de Israel a defenderse”. O la introducción del concepto de “aviso previo”, que a veces avisa con solo unos minutos de antelación sobre la destrucción de un edificio o barrios. Los civiles vulnerables que aún se encuentran en la zona, como los ancianos, niños o discapacitados, son entonces considerados objetivos legítimos por no haber salido a tiempo. En síntesis, parece estar bien que los civiles de Gaza sean tratados como “animales humanos”.

La Corte Penal Internacional emitió una orden de arresto contra el presidente ruso Vladimir Putin. El organismo alega, con la anuencia de Occidente, que Putin es responsable de crímenes de guerra por la deportación ilegal de niños de Ucrania a Rusia. Bien, al parecer la intencionalidad tiene que ver, si yo mato niños, mujeres y ancianos para defenderme está permitido, como en el caso de Gaza. Esta corte es la encargada de juzgar a los individuos responsables de ciertos delitos muy graves: genocidio, crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra y el delito de agresión entre Estados, pero todos aquellos países que pueden cometer estos crímenes, no la reconocen, como es el caso de EE.UU., China, Rusia, Israel, India, entre otros. ¿Los niños ucranianos tienen más estatus que un niño palestino?

La Unión Europea aplaudiendo fervorosa, la Corte Penal no reconocida por las potencias y un Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas descarado y absurdo quieren fantasear una solución, pero vetan un breve proyecto de resolución propuesto por Brasil, que condenaba los ataques del grupo extremista palestino Hamás, pidiendo a su vez que todas las partes respeten el derecho internacional y protejan la vida de los civiles en Gaza, en medio de las feroces represalias por aire lanzadas por Israel.

La comunidad internacional debe crear «pausas humanitarias» en los combates para permitir la entrega de ayuda, indicaba el documento. El texto fue apoyado por 12 de los 15 miembros del consejo de seguridad. El Consejo de Seguridad que está formado por 15 miembros: cinco miembros permanentes con poder de veto: China, Francia, Federación de Rusia, Reino Unido y Estados Unidos, más 10 miembros no permanentes, cinco de los cuales son elegidos cada año por la Asamblea General para cubrir un período de dos años. Estados Unidos enarboló su veto a la “pausa humanitaria”. ¿Las causas esgrimidas para hacerlo?, ninguna que no concertara desconcierto. Amnistía Internacional, por su parte, tiene pruebas irrefutables de crímenes de guerra mientras ataques israelíes aniquilan a familias enteras en Gaza. Pero aquí, en Occidente esas pruebas no corren.

Tampoco en Oriente Medio. La cumbre de la Liga Árabe y la Organización de Cooperación Islámica, convocada por Arabia Saudita en Riad, sobre Gaza, no tuvo consenso. A pesar del gran avance que significó que el presidente iraní, Ebrahim Raisi, realizara su primer viaje a Arabia Saudita desde que los dos países reanudaron las relaciones, no hubo acuerdo. Raisi propuso declarar al ejército israelí como una “organización terrorista” y planteó las mismas sanciones que Occidente ejecuta contra China, Rusia o el propio Irán, en este caso vetar las exportaciones de petróleo a Israel y no comercial con el país. Pero negocios son negocios y al menos tres países, incluidos Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, que normalizaron las relaciones con Israel en 2020, rechazaron la propuesta. 

La idea central de artículo es determinar si existe capacidad de reconstruir Gaza después de los bombardeos, o de los múltiples bombardeos a lo largo de los años, como muestra el cuadro. Gaza está experimentando niveles de destrucción «inimaginables”, esta guerra es «devastadora» para la economía palestina, según la ONU en su análisis Guerra de Gaza: Impactos socioeconómicos esperados en el Estado de Palestina, y quizás una parte de la explicación de la matanza de niños y mujeres se encuentre aquí.

Entre el informe de la ONU y nuestro artículo de octubre Incierto clima de negocios en la franja de Gaza, trataremos de moldear si existe un futuro para Gaza. En principio, el cuadro anterior muestra los ataques actuales son 2.5 veces más mortales que la suma de todos los ataques perpetrados desde 2004. Casi un 70% de las muertes son de niños y mujeres, lo cual deja afuera cualquier idea de militantes de Hamás. Casi la mitad (47,3%) de la población de Gaza es menor de 18 años. La Franja de Gaza tiene 2,3 millones de habitantes, y es uno de los lugares más densamente poblados del planeta, 6.300 personas por km2.

Los jóvenes de Gaza tienden a casarse cuando tienen poco más de veinte años, según datos de 2021 de la Oficina Central Palestina de Estadísticas. Y la tasa de fertilidad (nacimientos por mujer) es de 3,5, según una estimación de la Oficina del Censo de EE.UU. Algunas investigaciones han demostrado en poblaciones palestinas, y otras bajo amenaza, que ven tener hijos como una forma de resistencia, en cierto modo, esto se ve como una continuación de la ascendencia que ha estado amenazado de diversas maneras durante 100 años. Por eso es tan importante que la limpieza étnica ocupe a niños y a futuras madres que podrán generar brazos para la reconstrucción o la resistencia; sin ellos, todo sería imposible.

En enero del 2023, Gaza ya estaba envuelto en un desempleo demencial, alrededor del 46%, tres veces y media más que el 13% de Cisjordania. En sólo cuatro semanas de guerra han destruido unos 390.000 puestos de trabajo, es decir, el 61% del empleo actual. Las autoridades israelíes ordenaron la evacuación del norte de Gaza y de la ciudad de Gaza que representan el 56.2% del empleo. Respecto a los puestos de trabajo, los servicios son los que generan mayor número de trabajadores, pero a la vez son los más vulnerables (hoteles, restaurantes, turismo, etc.), además de tener un alto grado de informalidad, 56%, gran parte de estos empleos desaparecieron con la devastación de la infraestructura, como veremos. Alrededor del 14% de la fuerza laboral palestina trabaja en Israel o en asentamientos israelíes, unos 20.000 son de Gaza, según la OIT, y desde el inicio de las hostilidades, los trabajadores palestinos se quedaron sin permiso de trabajo, incluidos unos 70.000 de Cisjordania.

Las estimaciones del PBI son totalmente descabelladas mientras no se termine el conflicto y dependiendo qué cantidad de personas queden, si quedan, en Gaza. Las estimaciones actuales dan una caída de, al menos, el 5% para el 2023 y un 13% para el 2024, lo cual suena a poco y absurdo. ¿Por qué? Básicamente porque ya no hay nada, como muestra la imagen satelital nocturna de Gaza. Palestina se está convirtiendo en una enorme montaña de escombros y cadáveres. Para el 5 de noviembre, 40.000 viviendas habían sido completamente destruidas y unas 220.000 habían sufrido daños de importancia, o sea, se convirtió en despojo el 45% de las viviendas que estaban en pie en Gaza y el 40% de las instalaciones educativas.

¿Por qué decimos de las viviendas que quedan en pie? Porque esta reconstrucción y devastación es una rueda sin fin. El Centro Brooklings Doha, llamado ahora Middle East Council on Global Affairs, realizó un relevamiento de las consecuencias del último ataque a Gaza (2021) y llego a la conclusión que la mayoría de la infraestructura todavía está en ruinas, sin vivienda, sin servicios ni atención médica, a lo que hay que sumarle la complejidad para conseguir empleo. Y el problema y la dificultad de la reconstrucción es que se derrumba más rápido que lo que se construye, con cada ataque se exacerban los problemas, se acumulan, sin contar con que este es el peor. Existe un Mecanismo de Reconstrucción de Gaza (MRG), un acuerdo entre la Autoridad de Palestina, Israel y las Naciones Unidas, que es una entidad completamente absurda, por el simple hecho que no entra nada a Gaza por el bloqueo israelí, por lo tanto, muy poco se reconstruye. 

Ante este teatro, las opciones de escenarios de reconstrucción de la infraestructura básica son imposibles, en el caso que existiera una Gaza. El primer escenario de Gaza sería seguramente más restringida, comprimida y más vigilada, con un nivel de ocupación y bloqueo mayores, sin ninguna probabilidad de generación de empleo o de movilidad para conseguirlo. El segundo sería uno aún más sombrío, que implicaría la expulsión permanente de cientos de miles, o incluso millones, de la Franja de Gaza. Los palestinos temen una nueva Nakba (catástrofe en árabe), como se llama la huida y el desplazamiento de la población civil palestina en relación con el establecimiento de Israel y la guerra árabe-israelí de 1948.

Los Estados árabes han dejado claro que no están dispuestos a acoger a refugiados palestinos, ya que esto podría provocar una vez más su desplazamiento permanente. Sin embargo, un mayor deterioro de la situación humanitaria en Gaza podría provocar una avalancha masiva hacia el cruce fronterizo de Rafah con Egipto, que este último tendría dificultades para contener, incluso mediante la fuerza. Entonces surgirían campos de refugiados en el Sinaí y rápidamente nuevas rutas migratorias hacia Europa. La Franja de Gaza quedaría a merced de los colonos israelíes que la irían ocupando de a poco. Quizás la mejor salida para EE.UU. e Israel dependerá mucho de lo que se le dé a Egipto.

El tercer y último escenario implicaría el despliegue de una fuerza internacional sólida para garantizar el desarme y la seguridad integrales, con la Franja de Gaza bajo una administración internacional provisional. Esto requeriría una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas bajo el Capítulo 7, lo que parece bastante improbable dado el punto muerto entre los poderes de veto del consejo: Estados Unidos, por un lado y Rusia y China, por el otro. No habrá dos estados al parecer, y dado el desinterés del mundo y la fuerza del lobby israelí, acompañado por el apoyo americano, la reconstrucción y la normalización palestina parecen arrojadas al vacío.   

Fuente: https://eltabanoeconomista.wordpress.com/2023/11/19/gaza-sin-dia-despues-un-manual-inhumano/