Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Arafat Hamdona, de veinte años de edad, está confinado en la unidad de oncología de As-Shifa, el principal hospital de Gaza, desde que en junio de 2008 se le diagnosticó un tumor de piel en el maxilar. En su cara sobresalen rojas lesiones, sus rasgos están deformados y los ojos cerrados por la hinchazón.
En abril, a Arafat se le permitió viajar al Hospital Augusta Victoria de Jerusalén Este, donde recibió tres sesiones de tratamiento con quimioterapia y radioterapia. Se le fijó fecha para volver y recibir nuevas sesiones, pero las autoridades israelíes no le permiten ahora salir de Gaza.
El padre de Arafat, Faraj Hamdona, explica que todo lo que puede ofrecer el hospital de As-Shifa son analgésicos.
Según un informe de julio de 2009 publicado por la Organización Mundial de la Salud en Jerusalén, los doctores y enfermeros de Gaza no tienen dotación médica para poder atender las necesidades sanitarias del millón y medio de personas que viven en la Franja.
El equipamiento médico está roto o carece de repuestos o está desfasado.
La OMS atribuye el desastroso estado del sistema sanitario de Gaza al bloqueo israelí del territorio, asfixiado a partir de junio de 2007 cuando Hamas, considerada una organización terrorista por los gobiernos de Occidente, se hiciera con el control allí. Según informa la OMS, la pobre organización de los servicios de mantenimiento en Gaza agrava el problema.
Equipamiento sanitario retenido
Unas 500 toneladas de donaciones del equipo médico que fluyó hacia la Gaza cuando terminó la ofensiva militar de Israel el 18 de enero, está retenido en los almacenes. Pocos donantes consultaron con el ministerio de sanidad o con las agencias humanitarias que trabajan en Gaza para averiguar qué era lo que necesitaban. Según el ministerio de sanidad, el 20% de los medicamentos donados habían caducado. La OMS dijo que gran parte del equipamiento enviado era obsoleto e inutilizable debido a la carencia de piezas de repuesto.
La OMS declaró también que los proveedores no podían acceder al equipamiento médico para labores de reparación y mantenimiento y que «desde el año 2000, el equipo de mantenimiento y los trabajadores clínicos no habían podido salir de la Franja para poder seguir cursos de formación en el uso de los aparatos sanitarios».
El ministerio de defensa israelí dice «que no está obligado a permitir que entren en Gaza más que los suministros humanitarios básicos para la supervivencia, y que le preocupa que determinada tecnología sanitaria pueda ser utilizada para otros fines más siniestros». La única conexión de Gaza con el mundo exterior es el cruce de frontera con Egipto, que se mantiene cerrado la mayor parte del tiempo.
La falta de adecuada atención sanitaria en Gaza está teniendo consecuencias desastrosas.
«Debido al bloqueo, el mayor número de muertes se da entre los pacientes de cáncer», dijo Hassan Halifa, viceministro de sanidad en Gaza. «No disponemos de radioterapia para los enfermos debido a la carencia de equipamiento y apenas podemos aplicar la quimioterapia debido a la falta de medicinas».
Carencia de medicinas y suministros sanitarios
Según la OMS, el pasado mes de julio, 77 de 480 medicinas esenciales y 140 de 700 suministros sanitarios básicos estaban agotados en los almacenes del ministerio de sanidad en Gaza.
Ismail Ahmed, de 66 años, vecino de Shujayah, se encuentra también en la unidad oncológica de As-Shifa, con un catéter para la orina que va a parar a una papelera.
«Carecemos del necesario equipamiento para los pacientes», dice Abdullah Farajullah, enfermero de la unidad.
Como Ismal padece cáncer en la vejiga necesita transfusiones sanguíneas.
«No hay suficientes bolsas intravenosas. Los enfermeros ponen la sangre en botellas de agua de plástico para transferirla a mi bolsa intravenosa», dijo Ismail.
Debido a la carencia de equipamiento, ha estado durante un mes en una lista de espera para que pudieran hacerle un escáner de tomografía computarizada, y necesita una imagen de resonancia magnética, pero, según la OMS, Gaza no tiene ni un solo escáner en funcionamiento para poder hacerla.
As-Shifa carece también de equipamiento para realizar pruebas sanguíneas básicas. Los pacientes tienen que acudir a sus familiares para que lleven su sangre a ciertas clínicas para que se hagan allí las pruebas.
Mohamed Daher, ingresado en el hospital de As-shifa por problemas sanguíneos, y su mujer Hyam, que tiene que llevar las muestras de sangre a una clínica privada debido a la carencia de equipamiento del hospital para poder realizar las pruebas.
Electricidad limitada
Otro problema a que se enfrenta el personal sanitario de Gaza es a los irregulares suministros eléctricos, que afectan especialmente al equipamiento médico muy sensible como son las incubadores y las máquinas de diálisis renal.
Los hospitales en Gaza utilizan sistemas de suministro ininterrumpido como apoyo, pero ese material necesita baterías, de las que a menudo no se dispone debido al cierre de fronteras con Israel y Egipto, según la OMS.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) está financiando y aportando el 30% de los medicamentos y suministros en Gaza, dijo en Gaza el oficial de comunicaciones Mustafa Abu-Hassanain.
«La mayor parte del 70% restante viene del ministerio de sanidad en Ramala, a cuenta del presupuesto de la Autoridad Palestina», dijo Tony Laurance, director de la oficina de la OMS para Gaza y Cisjordania, que tiene su sede en Jerusalén.
Hay un diálogo entre el ministerio de sanidad en Gaza y el de Ramala (bajo control de Fatah). Las aportaciones tienen que ser aprobadas por el Coordinador de las Actividades Gubernamentales en los Territorios (COGAT, por sus siglas en inglés), que es una unidad integrada en el Ministerio de Defensa israelí, para que se permita que entren en Gaza, explicó Laurance.
Esta cadena de suministros funciona de modo impredecible, agravada por el conflicto entre Fatah y Hamas.
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