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Gracias, Maestro

Fuentes: Rebelión

«Nombre: Francisco González Calderín. Edad: 26 años. Profesión: Estudiante. Vecino: Marianao, La Habana»   El muchacho fue hecho prisionero después del fracasado asalto al cuartel Moncada, en 1953. La patrulla que lo hizo preso estaba dirigida por Pedro Sarria, teniente del ejército del dictador Batista. El teniente Pedro Sarria respeta la vida del prisionero bajo […]

«Nombre: Francisco González Calderín.

Edad: 26 años.

Profesión: Estudiante.

Vecino: Marianao, La Habana»

 

El muchacho fue hecho prisionero después del fracasado asalto al cuartel Moncada, en 1953. La patrulla que lo hizo preso estaba dirigida por Pedro Sarria, teniente del ejército del dictador Batista. El teniente Pedro Sarria respeta la vida del prisionero bajo el principio personal que dice «las ideas no se matan». Ante esa actitud ética nada común en aquel ejército, Francisco González Calderín, capturado con otros dos compañeros, le declara que él es Fidel Castro.

Si la sorpresa del teniente Sarria fue mayúscula, la situación en que entonces se encuentra le hace ser aun más cauto y respetuoso, y para evitar el asesinato inmediato del prisionero no delega ante ningún superior la tarea de entregar a los rebeldes, cometido que cumple en el cuartel que le corresponde.

Francisco González Calderín, Fidel Castro, será sometido a juicio, y de su propia defensa se conocen sus últimas palabras: «Hagan lo que quieran, la Historia me absolverá.» Su firmeza ante la tiranía fue la lección rebelde que impartió desde el principio de su militancia revolucionaria, y la conocida frase con que terminó su discurso ante los jueces de Batista es hoy la síntesis de esa lección.

La seguridad en sus principios humanistas revolucionarios y en quienes como él se enfrentaban a la dictadura protegida por el imperio, esa seguridad resultó un factor fundamental para la organización que dió el combate hasta el triunfo de la Cuba soberana, independiente y socialista.

De aquellos años hasta ahora las multiples vicisitudes por las que ha pasado el pueblo cubano se han visto superadas con sacrificios gigantescos, debido a que la lección primera y principal había adquirido el mayor valor en la victoria de la Revolución y en profundización.

El imperio perdió y no ha admitido que una Revolución Socialista, que un ejemplo de cómo se transforma el mundo injusto en mundo justo y solidario, perviva e infunda respeto y esperanza a los pueblos. El imperio no quiere aprender la lección. Ahí quedan las palabras, aproximadas, de uno de los entrevistados por el Doctor Salim Lamrani en su último libro titulado «Palabra a la defensa», editado por Hiru: «El gobierno de EEUU odia a Fidel Castro porque es un triunfador, y es que el gobierno de EEUU está acostumbrado a tratar con perdedores».

Y como la agresión estadounidense a Cuba no cesa, en el mandato de Obama. El presidente negro que cumple como asimilado con todos los esterotipos de la dominación imperial, el gobierno de la Casa Blanca ahora se emplea a fondo en la guerra cultural modificando su lenguaje, mientras sostiene la guerra con el bloqueo comercial y las leyes anticubanas para absorver a profesionales e intelectuales de todos los campos, financia a grupos mercenarios, impide cuanto puede las conexiones satelitales, invade los espacios radiofónicos y televisivos, multa a paises y empresas que comercian con Cuba, se niega a llevar ante la justicia y a entregar a terroristas que hasta han reconocido sus actos criminales, y se niega de devolver Guantánamo. Y si la agresión se forma desde la incultura, ¡tanto esfuerzo para encanallar!, Fidel, o Francisco González Calderín, ha tenido siempre claro que la defensa de la Revolución Socialista ha sido, es hoy, y será el fomento de la cultura, y así lo ha repetido en todo momento, cuánto más en las etapas extremadamente difíciles, como fue el «período especial», entonces Cuba se quedó sola y sin ninguna ayuda. Debido a esa claridad de la lección fundamental y a ese deseo de conseguir un mundo más justo y solidario, Cuba ha permanecido Socialista.

Hoy por hoy la lucha en el campo de las ideas y la cultura nos tiene que hacer pensar en las diferentes formas que emplea el imperio y las que llevan a cabo los revolucionarios. Por ejemplo para los republicanos españoles en su lucha contra el fascismo un objetivo fundamental fue la educación del pueblo, se merecen el mejor recuerdo las Misiones Pedagógicas. Hay, desde mi humilde opinión, algún parentesco con el tiempo de la «guerra fría», tiempo en que las ideas socialistas se extendían por Europa, entonces el gobierno de EEUU se empleó a fondo en el desprestigio del Socialismo, para lo que invirtió millones y millones en la compra de intelectuales y gentes corruptas que habían pasado por la izquierda. El plan era que los fabricantes de lenguaje e ideas, desde la relatividad, sabiendo en qué se empleaban o engañados, dispusiesen de medios para hacer carrera atacando la ideología que se opone a la explotación humana, la que promueve la cultura, la crítica política, la defensora de la igualdad y la justicia social: «Sin sentirse amenazado por nadie y sin ser detectado durante más de veinte años, el espionaje estadounidense creó un frente cultural complejo y extraordinariamente dotado económicamente en Occidente para Occidente, en nombre de la libertad de expresión. A la vez que definía la guerra fría como «batalla por la conquista de las mentes humanas» fue acumulando un inmenso arsenal de armas culturales: periódicos, libros, conferencias, seminarios, exposiciones, conciertos, premios». (La CIA y la guerra fría cultural. Autor: Frances Stonor Saunders. Editorial Debate).

El gobierno de EEUU no dejó ni deja de agredir, corrompió y corrompe la cultura de la igualdad y todo lo que ello conlleva. Fidel ha advertido en numerosísimas ocasiones sobre esa tarea que implementa el imperio. La lección de Fidel se encuentra entre los pueblos: cuidado con los regalos del imperio, ante el imperio la cultura socialista nos protege de convertirnos en sus esclavos, la cultura que nos identifica, la que nos forma en la ética política, en la justicia igualitaria, en la antiopresión, la formación que nos saca de la ignorancia, que nos salva de la idea explotadora, que nos hace críticos responsables, conocedores de tácticas, estrategias y geoestratégias sobre lo común, esa lección es la que corresponde a los pueblos libres y a los que aspiran a su independencia. Cuba es el ejemplo de esa gran lección.

Por eso las noticias que no se comentan, se tergiversan, o se relativizan en el Occidente imperial con el fin de ensuciar la esperanza que contiene el Socialismo, esas noticias sobre la enseñanza cubana, la cultura como parte fundamental de la Revolución que tanto ha mencionado el maestro Fidel, aquel Francisco González Calderín, son noticias que engalanan el Socialismo, como por ejemplo la siguiente: «La UNESCO ha declarado que Cuba es el único país de América Latina que ha cuplido los objetivos del Programa Educativo «Educación para todos 2000-2015» ( www.UNESCO.org/new/es-media-services/single-view/news/en-america-latina-y-el-caribe-solo-Cuba-alcanzó-los-objetivos-globales-de-la-educación-para-todos-en-el-periodo-2000-2015/#.V3Evd_mLTIW )

La cultura difundida por Fidel es una muy buena defensa. Gracias, Maestro.

Ramón Pedregal Casanova es autor de «Gaza 51 días», «Dietario de crisis», «Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios».

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.