Entrevista realizada en la «X Semana del Aula Popular José Luis García Rúa: La deriva de los fundamentalismos», Gijón, del 2 al 10 de febrero de 2007. Revisada por Caty R.
¿Hay una guerra civil en Palestina?
No, aunque esta pregunta y una respuesta afirmativa a la misma es precisamente lo que los medios pro-israelíes están intentando extender entre la gente. Eso es lo que dicen los titulares de gran parte de la prensa y, lógicamente, los lectores lo asumen como algo que no se discute.
Pero, ¿no estamos viendo que los palestinos se enfrentan a tiros en las calles de Gaza?
Lo que estamos viendo es que desde que Hamás ganó las elecciones, -limpia y democráticamente, con miles de observadores occidentales, Jimmy Carter entre ellos, cuyos países no obstante hicieron todo lo posible para que ganase el otro candidato fuerte, Fatah- la comunidad internacional ha conspirado contra el gobierno legítimo de Palestina con ayuda de los perdedores, Abu Mazen y compañía, para derribarlo.
Sin embargo no es como en Iraq, no hay ejércitos occidentales en Gaza ¿no se trata de un asunto interno palestino?
No es en modo alguno un asunto interno. Palestina es una más de las piezas del gran tablero de Oriente Próximo en el que juega la comunidad internacional para satisfacer sus intereses, principalmente el control de los recursos petrolíferos y la defensa de su socio Israel. Como habían hecho tanto esfuerzo para descartar a Hamás como representante de los palestinos por su programa perjudicial para esos intereses y les salió peor que mal al obtener esta formación una cómoda mayoría parlamentaria, los amos del mundo, los Bush, Olmert, Rice, Blair, Solana, Moratinos, seguidos de sus fieles servidores, los presidentes de los países árabes moderados (vendidos a Estados Unidos) y de la Unión Europea (pro-israelíes) pasaron al plan B: echar a Hamás a cualquier precio.
¿Qué papel desempeña la comunidad internacional en los tiroteos?
Los tiroteos son, de momento, el último movimiento de la partida. Hay que recordar que antes, en este año que acaba de terminar, han tomado varias medidas impropias de potencias que presumen de democráticas y de guardianes de la ley internacional y que para más inri se permiten dar lecciones de sus supuestas cualidades a todo el mundo al tiempo que bombardean a familias que asisten a bodas en Iraq y Afganistán, arrasan ciudades enteras y trasladan a árabes y musulmanes por medio mundo para torturarlos y encerrarlos en jaulas como no hacen con los animales en los zoos de sus lindas ciudades estadounidenses.
¿De qué medidas habla?
Han aislado políticamente al gobierno elegido por los palestinos, sin contar con que Israel, Estado delincuente como su patrón, Estados Unidos, por las violaciones constantes y graves que cometen contra la ley internacional, ha advertido de que los miembros del gobierno de Hamás son objetivo legítimo de sus bombas y por otro lado ha secuestrado a varios de ellos así como a un número importante de parlamentarios.
No contentos con torpedear la acción política palestina hasta hacerla casi imposible, han usado su arma preferida, que es la que han usado en Iraq durante años con el resultado de medio millón de niños muertos: estrangular la economía, es decir, hacer imposible el sostenimiento material de la población. Israel ha robado el dinero de los impuestos que debe liquidar mensualmente al gobierno de Palestina y las ayudas internacionales se han cancelado. Los bancos han sido presionados para que no trabajen en los Territorios Ocupados y cuando los ministros del gobierno, su propio presidente incluido, han tenido que transportar fondos para aliviar la situación de la población, han sido retenidos en la frontera y obligados a dejar el dinero en Egipto. Usted recordará que un alto representante del gobierno israelí dijo que con esas medidas «los palestinos no se van a morir, pero van a adelgazar un poco». Es un humor que recuerda mucho al de Himmler, Menguele y otros occidentales «ilustrados».
Pero, ¿qué relación guardan las sanciones con los tiroteos?
Igual que pasó en Iraq, el pueblo no se ha levantado contra el gobierno que él mismo ha elegido, entre otras cosas, como muestra evidente de que desprecian la política de los gobiernos occidentales y sus «delegados» árabes. Es aquí donde han pisado a fondo el acelerador. El delegado en Palestina, Abu Mazen, ha amenazado con disolver el gobierno y el parlamento, ha exigido elecciones anticipadas y ha pedido un gobierno de unidad, todo ello apenas unos pocos meses después de la victoria de Hamás. Aunque Hamás no quiere ni tiene porqué renunciar al mandato popular, el primer ministro Haniyeh hizo pública su disposición a dejar su puesto en beneficio de la causa palestina, algo insólito no ya en el mundo árabe sino en cualquier país y de lo que los medios, por supuesto, no se han hecho eco.
En definitiva, como nada parecía salir a gusto de los «demócratas» y «celosos guardianes» del derecho internacional, han pasado a provocar a Hamás mediante escaramuzas y acciones violentas.
La respuesta de Hamás es lo que los mismos medios ahora llaman guerra civil. Ya está casi conseguido el objetivo de acabar con otra nación árabe y musulmana de la lista: Iraq, Líbano, Afganistán, Somalia. Digo casi porque hay que confiar en que la gente corriente, no sólo los partidarios de Hamás, sino también los de Fatah, obliguen a los golpistas a poner fin a sus provocaciones y les den su merecido, el que se merecen los colaboracionistas y los traidores a los intereses nacionales.
¿Cómo se presenta el futuro?
De momento preocupante. Basta con recordar lo que los países occidentales y su principal aliado, Israel, son capaces de hacer en Oriente Próximo y en otros lugares. El concepto de caridad y amor al prójimo que tienen aquellos y el de ser la «luz de las naciones» de éste, ha dado como principal resultado la destrucción de varios países, la muerte de millones y el sufrimiento de muchos.
El futuro es que Estados Unidos e Israel van a seguir armando y financiado a los golpistas de Abu Mazen, ayer mismo hubo 13 muertos cuando las fuerzas armadas del gobierno se enfrentaron a los de la presidencia que intentaban pasar armas de Egipto, para sembrar el caos y dar al traste con el proyecto palestino de regreso de los refugiados, retirada de Israel de los territorios ocupados, Jerusalén Este incluida, establecimiento del Estado Palestino y una vida nacional digna y en paz, que se les viene negando desde 1948.
Agustín Velloso es profesor de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).
Caty R. pertenece a los colectivos de Rebelión y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta entrevista se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor y la fuente.