¿Ha de reconocer Palestina a su ocupante y verdugo? «Nunca, ningún pueblo ha reconocido al ocupante, al invasor, salvo los colaboracionistas» Danny Rubinstein, en su artículo publicado en Ha’aretz, se preguntaba » ¿Por qué reconocer a Israel? » y que Rebelión ha reproducido el 01-10-2006. Un artículo, como tantos otros, en el que las preguntas […]
¿Ha de reconocer Palestina a su ocupante y verdugo? «Nunca, ningún pueblo ha reconocido al ocupante, al invasor, salvo los colaboracionistas»
Danny Rubinstein, en su artículo publicado en Ha’aretz, se preguntaba » ¿Por qué reconocer a Israel? » y que Rebelión ha reproducido el 01-10-2006. Un artículo, como tantos otros, en el que las preguntas son falsas y sus respuestas -a la carta- mantienen el mismo nivel de falsedad. El enredo hace difícil desmentir el montaje, tan simple como engañoso y tanto más, cuando no hay nada que razonar, todo es pura demagogia. Así, afirmaciones a priori, una tras otra, acaban por convertir, precisamente, al país ocupante en víctima y hemos de compadecer a Israel que ha de estar defendiéndose de los ocupados, pues éstos pasan de víctimas, a ser los agresores de la peor calaña.
Cuando el colonialismo de la primera mitad del pasado siglo, dejó de ser rentable, la solución adoptada fue muy diversa y las potencias, según qué zonas, les dieron un diferente modelo neocolonial. A Palestina le correspondió una masiva y cruel invasión que ha devenido en una ocupación que aún continua y así, no de otro modo, es y nació Israel: sobre la tierra y los bienes de la población palestina, de la que dos tercios hubieron de huir dejándolo todo para refugiarse y continuar aún refugiados. El éxodo fue precedido de sangrientas masacres y seguido de una difícil huida, pero todo esto no parece importar.
Israel es el resultado, sencillamente, de los crímenes de Guerra y Genocidio cometidos en 1948 sobre la población palestina y que cada día, desde entonces, necesariamente, ha de repetir para mantener la ocupación. Israel es el resultado y está configurado como un Estado que tiene legalizada la tortura, la discriminación por religión, raza o cualquier otra consideración que no sea su sionismo y su apartheid. Un país que vive artificialmente, en lo económico, en lo militar e incluso en una legalidad artificial: ilegal. Sin los mil millones de dólares mensuales que recibe principalmente de EE.UU. y sin la protección de Naciones Unidas; sin todo esto, Israel no podría ser, ni tendría razón de ser: desaparecería. Es artificial, es la mayor base militar y la mejor dotada y la más impune de todas las que Estados Unidos tiene repartidas en el Mundo (junto con Guantánamo). Es la base militar que mantiene y ha mantenido desde su creación, conflictos con todos y cada uno de los países limítrofes, pues ese es su fin, para eso está, o ¿es que alguien cree que Estados Unidos tira su dinero alegremente sin obtener alguna rentabilidad?
En cambio, el artículo y su periódico Ha’aretz reduce todo a que Hamás no quiere recocer a Israel, mientras olvida -además de todo lo anterior- que Israel, antes de que Hamás ganara las elecciones, llevaba ya 58 años destruyendo vidas y haciendas palestinas y perpetuando que 9,5 millones de palestinos no tengan ni Estado ni pasaporte ni fronteras y hayan de vivir como sus prisioneros en Gaza y Cisjordania o en el exilio, incluidos 1,2 millones palestinos marginados en Israel. Y claro, en este punto Israel y sus portavoces sionistas, dice no encontrar solución, dicen que Hamás no quiere negociar ni le reconoce y, además, les amenaza.
Hamás, gana las elecciones en enero y hace medio año que ha formado gobierno, pero ya es responsable de que en 58 años Israel -Estados Unidos y la comunidad internacional interesada- no hayan dado una solución a la tragedia palestina y olvidan que por las cárceles israelíes han pasado una buena parte de los palestinos y que en las prisiones israelíes se pudren 10.000 palestinos sin ningún tipo de garantía legal y que cada día han de humillarse en los 800 checkpoints que Israel tiene colocados estratégicamente y que el bloqueo impuesto está destrozando a toda la población. El periodista se queja de que Hamás no quiere reconocer y negociar con Israel, mientras el Presidente del Parlamento Palestino y tres docenas de sus Diputados y media docena de los Ministros del Gobierno han sido secuestrados por Israel y permanecen en sus cárceles.
Precisamente el Presidente, Aziz Dweik, sí quería reconocer y negociar con Israel, como declaraba expresamente en la entrevista celebrada en marzo de 2006, cuando decía:
«… y si Israel no va a tomar medidas, medidas prácticas y verdaderas, nosotros realmente no queremos entrar en negociaciones…, estamos en contra de la concepción de reconocer al Estado de Israel sin más, porque Israel también debe reconocernos a nosotros y tiene que decirnos, además, cuales son las fronteras del Estado Palestino y … el reconocimiento mutuo sólo va ser posible entre Estado y Estado y no entre una facción y un Estado. He de añadir que otro problema con Israel es que no ha aceptado las fronteras palestinas reconocidas incluso a nivel internacional… y se ve más claro en la construcción de el Muro, en la ampliación de las colonias y en que continúa anexionándose Jerusalén… la confiscación de los territorios del valle del Jordán, que representan nada menos que un tercio de todo el territorio de Cisjordania...» www.rebelion.org/noticia.php?id=27960
Estas declaraciones, ponen en evidencia la actitud real de ambos Gobiernos y precisamente por sus declaraciones fue secuestrado en su domicilio en Ramala en agosto, hace dos meses. Israel, no ha negociado, nunca le ha interesado negociar, sus relaciones y acuerdos siempre han sido basados en la fuerza y en el incumplimiento del Derecho Internacional y al margen de las Organizaciones Internacionales.
Ahora y además, cuando Palestina está siendo víctima del bloqueo israelí, que sin titubeos se puede calificar como de genocida, cuando siempre, y ahora más, las fronteras palestinas están selladas por la represión israelí, cuando las escasas estructuras sociales -incluida la sanidad- han sido destrozadas por los bombardeos israelíes y todo está paralizado por el bloqueo, este periodista dice en su periódico que Hamás no quiere reconocer ni negociar con Israel, que Hamás es una organización terrorista.
Israel sólo ha negociado en el 2000 con Hizbulá, después de su derrota, pero sólo porque Hizbulá tenía -y parece ser que aún tiene- algunos «argumentos», los únicos que Israel entiende.