Escorihuela se muestra convencida de que el Gobierno de Ada Colau será pionero en muchas políticas de ámbito social
Irene Escorihuela (Barcelona, 1988) es politóloga y jurista, especializada en derechos humanos. Desde 2012 forma parte del equipo jurídico del Observatori DESC con sede en Barcelona y a comienzos del pasado mes de julio fue nombrada directora del mismo. Ha trabajado en la Asamblea Nacional del Ecuador y en diferentes proyectos latinoamericanos. Entre sus principales ámbitos de intervención destaca el derecho a la vivienda y está vinculada a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca.
Cazarabet ¿Qué es lo que te movió a formar parte tan activa de la PAH? ¿Es así, más o menos, cómo te fuiste integrando en el Observatorio DESC o es más bien al contrario?
Irene Escorihuela Fue a la inversa. Yo hace más de 3 años que colaboraba con el Observatorio, especialmente en derecho a la vivienda. Desde siempre hemos trabajado conjuntamente en algunas campañas con la PAH, pero no me había implicado activamente. A partir de febrero me encargué de hacer un apoyo jurídico más específico, y empecé a participar mucho más en el día a día.
¿Qué trabajo específico has desarrollado en esta plataforma que lucha contra los desahucios?
Los activistas de la PAH tienen un conocimiento acumulado y una inteligencia colectiva, como le llamamos, inmensa. Pero a veces en cuestiones más técnicas o jurídicas está bien tener el apoyo legal específico, y esa era mi tarea. Redactar documentos útiles para ser usados ante el juzgado o el banco con el sello de la PAH, ayudar en el asesoramiento colectivo de las asambleas de bienvenida, adaptar leyes o «traducir» nuevas medidas de los gobiernos, o ayudar en la parte jurídica de la ILP catalana que acabamos de aprobar.
¿Cómo es el día a día en la lucha contra los desahucios?
Es muy duro y muy exigente. Hay que lidiar con las emociones y saber tener temple para pensar las mejores estrategias. Además, hay casos tan distintos que es complicado tener una visión global. Pero es increíble cómo se organiza la gente y la alta participación en las acciones, las asambleas… En PAH Barcelona, los lunes hay asamblea de bienvenida, donde se da la bienvenida a las personas que vienen por primera vez a la PAH y explican su problemática. Se presenta qué es la PAH y sus distintas comisiones, y luego se trata de resolver dudas de forma colectiva, aprovechando las experiencias mutuas. Los martes hay reunión de coordinación y acciones colectivas, donde se deciden estrategias, acciones y participación en actividades. También hay coordinación a nivel catalán y estatal.
Desde que en muchos municipios y ciudades, de mayor o menor tamaño, se ha llegado con gobiernos de la Unidad Popular a tener los gobiernos de las alcaldías parece que la gente ha recobrado la esperanza y, en concreto, el tema de los desahucios es uno de ellos. ¿Cómo lo ves?
Desde la alcaldía está claro que se pueden hacer muchas políticas públicas interesantes, sobre todo en lo que respecta a la movilización de pisos vacíos y de realojo, pero la legislación estatal es la que es. Si bien es cierto que hay margen de maniobra, sigue siendo necesario el movimiento social que reclame la solución para los casos y se movilice por el derecho a la vivienda.
Los Ayuntamientos, en realidad, ¿qué es lo que verdaderamente pueden hacer para parar los desahucios? ¿Qué líneas rojas pueden pisar y cuáles no?
Hace falta valentía. Un gran ejemplo es el de Terrassa, que por medio de multas a los bancos con pisos vacíos ha conseguido poner en alquiler varios de ellos. El realojo y la disponibilidad de un parque público de viviendas para alquiler social es un tema clave donde pueden tener incidencia los ayuntamientos. Luego están las competencias autonómicas, que son muchas (competencia exclusiva en materia de vivienda) y el tema hipotecario, procesal y de planificación económica, que pertenece al gobierno central. Ahí es más complicado incidir.
¿Qué te ha aportado en este trabajo tu experiencia en América Latina?
Mi experiencia en América Latina me ha ayudado a entender otra forma de gestionar la vida, otra forma de actuar. Es sumamente enriquecedor conocer el pasado y presente de países andinos como Perú, Ecuador o Bolivia, pero todavía lo es más intentar percibir el futuro. En el contexto de las nuevas democracias latinoamericanas, los gobiernos progresistas liderados por Chávez, Evo o Correa son un punto de inflexión en el panorama político de la región, y también para el resto del mundo. Yo he trabajado en el ámbito de los derechos humanos, conociendo las dinámicas migratorias y el tráfico de personas desde la perspectiva del sur. Por otro lado, en Ecuador tuve la oportunidad de profundizar en la democracia participativa y la gestión del poder legislativo desde dentro. Más allá de prácticas o experiencias concretas que poder aplicar aquí, me llevo la dificultad de gestionar el poder y las contradicciones que tenemos que afrontar si realmente se quiere ganar la institución y el país.
¿Qué crees que debemos de aprender de América Latina? Aunque todavía muchos miran a esa tierra y a sus pueblos como «por encima del hombro»…, ¿qué nos puedes comentar?
Limitaciones y desafíos. La humildad con que se ha levantado América Latina tras la colonia, y el actual renacer democrático ha devuelto la «ciudadanía» a muchas personas que por el hecho de ser indígenas o campesinos se veían apartados de cualquier tipo de decisión o política. Como decía, es importante aprender que aunque se llegue al gobierno, no se puede dejar de lado la sociedad organizada, los movimientos sociales, los barrios, porque al final son quienes defienden los proyectos políticos. Sin poder popular que dé fuerza al poder institucional, las iniciativas electorales pierden fuerza y se debilitan. Sin embargo, los gobiernos que comentaba han sabido plantarse ante multinacionales, oligarcas y gobiernos poderosos, y eso es de gran valor en un momento en que la socialdemocracia europea se ha afligido ante los mercados y la troika.
¿Qué parte de responsabilidad tienen los bancos en los desahucios?
Los bancos sin duda han sido los grandes beneficiados de la crisis. A pesar de su mala praxis y estafa a gran escala con las hipotecas, su rescate con dinero público sin ninguna contraprestación social ha sido asumida con total naturalidad por los gobiernos. La connivencia del poder político con el financiero y bancario, las puertas giratorias entre cargos públicos y consejos asesores han sido una realidad cotidiana en este país. Ahora, fondos buitre se apoderan de pisos para seguir con la especulación que liquide el derecho a la vivienda para convertirlo en una mercancía cara y escasa.
En este mundo amordazado por un feroz capitalismo y un neoliberalismo que corrompe los derechos humanos, uno de esos derechos, el de poder tener derecho a una vivienda digna, se desvaneció, y con ello, o junto a ello, muchos otros derechos humanos, por no decirte toda la Carta de Derechos Humanos, pero vemos que hay mucha parte de la sociedad muy aferrada todavía a ciertos «parámetros» que «beben» mucho del sistema…
El discurso de los derechos humanos tiene que calar todavía más entre la sociedad y los poderes públicos. El enfoque de derechos es necesario en cualquier política pública, y sin embargo se tiende a sectorizar y compartimentar las temáticas para evitar una visión global y multidisciplinar que incorpore los derechos humanos.
Desde movimientos como el 15M la sociedad ha empeado a tomar otro camino: la gente está más informada, toma más conciencia de sus problemas y de los problemas en general y reflexiona con todo ello por una sociedad mejor, sale a la calle, protesta. Esto ha motivado que nuevas formaciones políticas se hayan convertido en dolorosas espinas para un bipartidismo que envolvía a una sociedad como adormilada. ¿Qué nos puedes comentar?
Sí, desde luego ha habido un antes y un después del 15-M, al menos en Barcelona. En concreto, Barcelona es una ciudad muy politizada con proyectos muy potentes de contrapoder. Ejemplo de ello es la red de economía social y solidaria a nivel de Catalunya (XES), proyectos autogestionados o comunitarios, el auge del cooperativismo, ateneos, sindicatos alternativos… El tema electoral es otra historia, y aquí ha generado ilusión pero al mismo tiempo reticencias. Cuando de un mismo espacio político o similar nacen varios proyectos electorales, muchos activistas que acostumbraban a luchar codo a codo se han visto en barcos distintos. El salto a la competencia electoral nunca es fácil.
Explícanos, ¿qué es el «Observatorio DESC» entidad con la que ahora desarrollas casi totalmente gran parte de tu trabajo?
El Observatorio es una entidad de derechos humanos. Trabajamos especialmente los derechos sociales (derecho a la alimentación, a la vivienda, al trabajo, a la educación…). Hemos colaborado mucho con la PAH desde su nacimiento. Hacemos cursos y formaciones, litigio estratégico, incidencia política por vía de informes y publicaciones.
¿Cuáles son tus principales tareas en este Observatorio? Estos días se está hablando mucho del tema de Grecia. ¿Qué le está pasando a Europa, me refiero a los países y a los intereses que mandan en ella, para ser tan insensibles con Grecia y su pueblo?
Como he dicho, llevaba tres años participando en el Observatorio. Desde el mes de julio he asumido la dirección, y voy a tener que asumir tareas más de coordinación. Respecto Grecia, es sin duda un ataque al pueblo griego, que ha luchado y defendido sus derechos a capa y espada. Finalmente nos damos cuenta del gran poder económico y financiero y la dificultad de defender la ciudadanía a pesar de tener el poder político.
Aunque otros gobiernos como el de Rajoy no les van a la zaga, ¿por qué crees que pasa esto?
Cada partido tiene sus intereses y responde a unas lógicas de clase. Defender el neoliberalismo y la austeridad ha sido una tarea muy bien cumplida por muchos partidos de derecha europeos, y algunos de centro-izquierda también.
Volvamos un poco más a casa: tu eres una persona concienciada, activista desde la calle, que conoce los problemas cotidianos de la gente y que, de alguna manera, toma el pulso diariamente a lo que va desmembrando más a una sociedad que se rompe en igualdades, en dignidades, en efectos colaterales trágicos. Eres militante de la CUP -Candidatura d´Unitat Popular- en el barrio de Sants. Desde este punto de vista (el de formar parte de un grupo político bastante «joven»), ¿qué pueden aportar estas «nuevas maneras y miradas» de hacer política a la lucha contra los desahucios y los derechos sociales y culturales de los ciudadanos?
La forma de hacer política desde abajo, implantado en las luchas sociales, en los barrios y los pueblos, es lo que da la fuerza a una candidatura como la CUP. Sabemos que es difícil ganar las instituciones sin tener un apoyo popular movilizado fuera, y que una vez se llegue a ellas no es la panacea, sino que muchas soluciones a problemas cotidianos vendrán antes gracias a la lucha en la calle que a políticas públicas o leyes desde el gobierno. El apoyo a proyectos como el Observatorio DESC es la confianza en el contrapoder, en los observatorios ciudadanos y los movimientos sociales como parte imprescindible de una sociedad democrática.
¿Qué opinión como ciudadana te merece la labor del nuevo equipo de gobierno en Barcelona? Según nos consta buena parte de esa equipo, incluida la nueva alcaldesa Ada Colau, estaban muy vinculados al Observatorio DESC.
Así es, Ada Colau, Gerardo Pisarello o Jaume Asens han sido pilares del Observatorio DESC. Su llegada al ayuntamiento ha propiciado sin duda cambios a corto plazo, pero los resultados se verán con el largo plazo. La enorme dificultad de gestionar una ciudad como Barcelona es un reto envidiable para personas que hasta el momento eran activistas sociales. Sin embargo, la ilusión que han generado y la nueva forma de acercar la política a la ciudadanía y democratizar el poder, es ya un gran paso que se está haciendo desde el Ayuntamiento. Estoy segura que serán pioneros en muchas políticas en materias sociales.
Fuente: http://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/cazarabet/20150901184336119682.html