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A pesar de las dificultades

Historias de ingenio y supervivencia en Siria

Fuentes: NewsDeeply

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.

Desde hospitales subterráneos a compost improvisado y fuentes naturales de energía, la gente de las barriadas asoladas por la guerra en Siria ha demostrado a menudo una gran voluntad y resolución creativas para sobrevivir a pesar de tantas dificultades.

Niños sirios, de una familia que tuvo que huir de su hogar en Idlib, caminando hacia su tienda en un campo para sirios desplazados situado en el pueblo de Atmeh, en el norte de Siria

(10 de diciembre de 2012, AP/Muhammad Muheisen)

Durante el transcurso de una guerra, los civiles hacen cuanto pueden para sobrevivir. En ninguna parte del mundo se hace eso tan evidente hoy en día como en Siria, un país que ha entrado en el sexto año de un brutal conflicto civil.

Hay historias conmovedoras de supervivencia: Por ejemplo, que la gente de las zonas asediadas por el gobierno en los alrededores de Damasco está comiendo hierba para sobrevivir. Que muchos han muerto de inanición. Durante el invierno, las familias tuvieron que quemar sus muebles y todo lo que sirviera para mantener una llama para poder defenderse del frío letal.

Pero a pesar de los horrores de cada día, hay también historias esperanzadoras que muestran la inmensa resiliencia de los sirios y su prodigiosa inventiva frente a la abrumadora adversidad.

Los relatos más inspiradores son los de los doctores y enfermeras que han mantenido abiertas y funcionando las clínicas y hospitales frente a los ataques con bombas de barril y otros horrores. Por ejemplo, se han construido muchas clínicas subterráneas para mantenerlas ocultas y protegidas. Hay también redes de doctores operando en secreto, cambiando de lugar con frecuencia ante el temor de convertirse en objetivos del próximo ataque aéreo del gobierno.

Los civiles de a pie han demostrado también una ingeniosa creatividad en sus esfuerzos para mantener funcionando los servicios básicos.

Por todo el país, cuando el servicio de internet queda interrumpido en las zonas que se rebelaron contra el régimen sirio, la gente trata de acceder a internet vía satélite. Cuando se cortó el suministro eléctrico y los proveedores de electricidad cerraron sus puertas y enviaron a casa a sus empleados, la gente echó mano de pequeños generadores que funcionan a base de gas. Cuando se cortó el agua, la gente cavó pozos.

El estiércol animal y la basura no se desechan sino que se utilizan para generar energía y abonar las cosechas.

Algunas de las mejores historias de personas que utilizan su ingenio para sobrevivir tienen que ver con la fabricación de combustible, convertido en un producto prohibitivo pero que es lo que puede mantenerte literalmente con vida en Siria.

Cocinando para la familia en el campo para sirios desplazados en el pueblo de Atmeh

(11 diciembre 2012, AP/Muhammad Muheisen)

Por ejemplo, en las zonas rurales de Idlib, un hombre llamado Abu Omar describía cómo al darse cuenta de que no podía encontrar ni permitirse comprar combustible para cocinar, decidió hacer su propio biogás con estiércol animal.

«Había visto un experimento por televisión y decidí intentarlo en casa», dijo.

Por precaución, Abu Omar se puso a trabajar fuera del pueblo; colocó una cubierta sobre un pozo con un filtro, y lo rellenó de estiércol animal recogido por el pueblo. Después lo cubrió y permitió que la naturaleza hiciera el resto, recogiendo un biogás -o combustible- producido de forma natural al cabo de unos dieciocho días.

Después de cinco meses de ensayo y error, su experimento tuvo éxito y empezó a producir una fuente viable de combustible suficiente para su familia y varios vecinos.

Instaló una tubería desde el pozo a las casas vecinas, a la que añadió un medidor de presión para controlar el flujo de gas que llegaba a cada uno de los hogares.

«Este método ahorra mucha madera, que es lo que utilizamos habitualmente para generar energía y calor», dijo.

En una época en que un único cilindro de gas cuesta más de 100$ -un mes entero de ingresos para muchas familias-, el coste de suministrar a tres hogares los materiales necesarios para generar gas es de sólo 300$, sin ningún coste adicional, dijo Abu Omar.

Los materiales utilizados en el proceso, el agua y la basura, se reciclan después y se utilizan como fertilizantes naturales, esenciales para mantener la agricultura en la región.

En la zona rural de Alepo, un trabajador de un taller metalúrgico llamado Abu Mohammad, de 43 años, desarrolló un método para generar electricidad a partir del agua haciendo girar trozos de metal desechados en las turbinas de agua.

El proceso necesitó de seis meses de esfuerzos. Los que observaban cómo él y sus amigos mezclaban trozos de chatarra, barriles y bombas de agua en experimento tras experimento tenían poca fe en que el proyecto funcionara. Se equivocaban.

«Finalmente pudimos conectar alrededor de cien hogares, que tenían electricidad durante siete horas al día», dijo. La producción de un amperio de electricidad cuesta unos 5$; el dinero se dedica a reparar cables y otros gastos.

«Todo empezó a causa del increíblemente alto coste de los generadores y del combustible», dijo Abu Mohammad. «Tuvimos que encontrar otras vías y el agua era el único recurso fácilmente obtenible».

Los vecinos del asediado suburbio de Ghuta Oriental, en los alrededores de Damasco, también tuvieron que acudir a un recurso local para crear el compost necesario para revitalizar la agricultura: basura y escombros.

La escasez de fertilizantes y los constantes bombardeos sobre la zona dieron lugar a una gran cantidad de tierras abandonadas. Para ayudar a los campesinos a cultivar de forma más productiva, el consejo local lanzó una campaña para producir compost a partir de los escombros y las basuras.

Omar al-Shami, miembro del consejo local, explicó el proceso utilizado para hacer compost. «Recogíamos el escombro y la basura en un área determinada y dejábamos que se descompusiera durante un año o dos», dijo.

«A continuación, quitábamos los materiales plásticos, el vidrio y las piedras grandes y poníamos el resto en bolsas que distribuíamos entre los campesinos.»

En una zona donde es muy difícil conseguir ingresos y una nutrición adecuada, el esquema de producción de compost del consejo proporciona un medio de vida estable para quienes lo fabrican, habiéndose también mejorado la producción de alimentos.

«La tierra es más fértil ahora y podemos plantar distintos tipos de vegetales», dijo Abu Muhammad, un campesino de la localidad. «Las cosechas han mejorado significativamente».

Mohammad Namous, pertenece al Syrian Independent Media Group, que a su vez está integrado por cinco organizaciones independientes de medios de comunicación sirios que trabajan juntas para dar a conocer historias no contadas desde el arrasado país: Arab Reporters for Investigative Journalism, Rozana Radio, Syria Deeply, Syria Untold y el Violation Documentation Center in Syria. El proyecto cuenta con el apoyo de International Media Support.

Fuente: https://www.newsdeeply.com/syria/articles/2016/05/19/against-the-odds-stories-of-survival-and-ingenuity

Esta traducción puede reproducirse libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y a Rebelión.org como fuente de la misma.