El presidente está convencido de que Hizbulá «forma parte del Ejército libanés» y afirma que para impulsar el alto el fuego no hay que proceder al desarme del Partido de Dios, sino que «deben retirarse inmediatamente las tropas israelíes» y hay que enviar 15.000 soldados regulares al sur del río Litani, «al lado de Hizbulá». […]
El presidente está convencido de que Hizbulá «forma parte del Ejército libanés» y afirma que para impulsar el alto el fuego no hay que proceder al desarme del Partido de Dios, sino que «deben retirarse inmediatamente las tropas israelíes» y hay que enviar 15.000 soldados regulares al sur del río Litani, «al lado de Hizbulá».
Oyendo hablar a Émile Lahud uno comprende que en el Líbano los tiempos de paz aún quedan lejos, puesto que el país se halla profundamente dividido. El primer ministro, Fouad Siniora, daría cualquier cosa por neutralizar la fuerza militar de Hizbulá, mientras que el presidente elogia al «ejército de liberación nacional». Lahud, un maronita al que muchos cristianos consideran un «traidor al servicio de Siria», es presidente desde 1998 y posee un mandato renovado hasta noviembre de 2008 por voluntad de Damasco. No cree posible que Israel y Siria firmen un tratado de paz bilateral. Ayer, en el palacio presidencial de Baabda, dijo: «Los libaneses permaneceremos en estado de guerra con Israel hasta que no se resuelva la cuestión palestina».
Pregunta.- Presidente, ¿cómo se puede impulsar el alto el fuego?
Respuesta.- Cualquier resolución de la ONU debe implicar el retiro inmediato de las tropas israelíes. De no ser así, se le estaría otorgando al enemigo el derecho a ocupar el Líbano. En mayo de 2000 ya se produjo una retirada israelí, pero la resistencia [Hizbulá] ha seguido luchando en buena parte de nuestro país, ya que, desde entonces, la zona de Shebaa y las montañas vecinas han sido víctimas de la ocupación. Hoy en día sería aún peor, estallaría de inmediato una guerra de liberación. La ONU, en su documento, debe especificar que Israel abandone Shebaa y las montañas de Hermon, que son nuestras.
P.- Como usted sabe, esas zonas pertenecieron a Siria hasta la guerra de 1967, y así lo declaró la ONU en el año 2000.
R.- Tras la retirada israelí de 2000, mantuvimos conversaciones con los enviados de la ONU durante un mes y medio. Queríamos evitar derramamientos de sangre contra los libaneses que habían colaborado con Israel durante la ocupación. Al final, acordamos que ya trazaríamos más adelante la línea fronteriza exacta. Por eso, Shebaa y las montañas quedaron en una posición ambigua que ahora debe definirse. El departamento jurídico de la ONU declaró que, según el derecho internacional, la cuestión de la frontera deben decidirla Siria y Líbano. Pues bien, Damasco, basándose en documentación de los años veinte, ha declarado que Shebaa es libanesa.
P.- ¿Toda esa historia no es un pretexto para mantener en activo la milicia Hizbulá?
R.- Los hechos demuestran que Israel ya había planificado esta nueva invasión del Líbano. Si lo único que deseaban era la liberación de los dos soldados raptados el 12 de julio, podían haber propuesto un intercambio de prisioneros, como hizo Sharon en 2004.
P.- Israel dice que no tiene intención de volver a ocupar el Líbano.
R.- Y yo le digo que volverá a hacerlo, sólo que ahora se siente derrotado. La capacidad de la resistencia libanesa lo ha pillado por sorpresa, y se venga en los civiles. Hizbulá lucha como los vietcong y yo estoy de su parte. Nosotros no podemos ganar una guerra contra Israel de un modo convencional. Su Ejército es muy superior, pero nuestras técnicas de guerrilla son muy eficaces. Tanto que, tras un mes de conflicto, los soldados israelíes siguen utilizando helicópteros, porque el territorio está en manos de nuestros valientes guerrilleros.
P.- ¿Entonces, según usted, Hizbulá forma parte del Ejército libanés?
R.- Desde luego que sí. Y, para ser eficiente, debe seguir siendo un movimiento de guerrilla paralelo a nuestras Fuerzas Armadas.
P.- ¿Estaría dispuesto a retirarlo del norte del Litani a cambio del alto el fuego?
R.- No es necesario. Nuestro Ejército puede garantizar el alto el fuego. Además, Israel está masacrando a la población civil con sus bombas de fósforo y uranio.
P.- Los médicos de Tiro y Sidón lo niegan.
R.- Tenemos pruebas de ello y las hemos mandado a la ONU. También poseo pruebas de que los agentes israelíes mataron a Rafik Hariri.
P.- Por lo que respecta a la muerte de Hariri, todo el mundo sospecha de Siria.
R.- Lo hizo Israel, porque envidia nuestros éxitos.
P.- ¿Es posible la paz entre Israel y Líbano?
R.- En nuestro país viven más de 500.000 palestinos. Representan un grave problema demográfico. Sólo habrá paz cuando la cuestión palestina quede resuelta de una vez por todas.
P.- ¿Irán y Siria apoyan a Hizbulá a expensas del Líbano?
R.- No es cierto. Hizbulá es, ante todo, una fuerza libanesa. Como mínimo, tres de cada cuatro libaneses están con la resistencia. Los norteamericanos ayudan a Israel, lo arman con las bombas más terribles… ¿Acaso nosotros no podemos recibir ayudas externas?