Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Aunque el levantamiento sirio en curso empezó como revuelta desde abajo, sin un líder único o una particular ideología, como las manifestaciones contra el régimen han seguido adelante, los movimientos populares han empezado a jugar un papel importante al formar los denominados Comités de Coordinación Local de la Revolución Siria (CCLRS) en un intento de trazar el sendero de las protestas
Mientras las protestas se intensificaban y las manifestaciones crecían en tamaño, las demandas de los manifestantes se iban también envalentonando. Al principio del levantamiento, el eslogan era «el pueblo sirio no puede ser humillado». Hoy, el eslogan es «el pueblo exige la caída del régimen».
Sin embargo, los jóvenes que lideran a menudo las protestas no tienen, por lo general, experiencia para poder convertirse en los líderes políticos nacionales, lo que hace que muchos sirios se vuelvan hacia la establecida oposición del país, incluidos los activistas veteranos con experiencia política y competencia para abordar la próxima fase transitoria.
Esas personalidades han estado ofreciendo sus capacidades para elaborar una hoja de ruta o una estrategia política a fin de que el levantamiento pueda deponer al régimen del presidente Bashar al-Asad y el Partido sirio gobernante Baaz.
Dada la importancia de trabajar junto a los jóvenes que dirigen las protestas, las personalidades destacadas de la oposición han trabajado duro para convencer a los partidos de la oposición del país de que se unan bajo un único paraguas que exija una transición hacia un régimen democrático y la rotación del poder.
Y así se formó la Asociación de Coordinación Nacional de las Fuerzas por el Cambio Nacional Democrático en Siria, y aunque la misma jugó al principio un papel muy reducido en las protestas en las calles, se ha unido ahora a los manifestantes.
El sábado [17 de septiembre], la Asociación celebró su primera conferencia en los alrededores de Damasco, al no haber podido reunirse en la misma capital, con 300 delegados, incluidos 120 de los CCLRS, con el objetivo de discutir el camino a seguir.
La Asociación, la coalición de la oposición más grande en Siria, incluye quince partidos árabes y kurdos de la oposición, como el Bloque Nacional Democrático, el bloque izquierdista-marxista y los partidos del Movimiento Nacional Kurdo, así como representantes de otras fuerzas nacionalistas y democráticas.
La conferencia se centró en lo que se ha llamado los «tres nos»: no a la violencia, no a la intervención militar y no al sectarismo. Se alcanzó un acuerdo para una carta nacional, elaborándose un comunicado final que afirmaba que las demandas de los partidos de la oposición eran las mismas que las de los manifestantes.
Los delegados eligieron también un consejo de 80 representantes, el 40% de los mismos pertenecen a los 15 partidos, el 30% a los CCLRS y el 30% restante a los independientes. Los participantes describieron la reunión cómo un éxito rotundo y el régimen no interfirió en la marcha de las sesiones.
Desde las primeras semanas del levantamiento sirio, y con la muerte de miles de manifestantes a manos del régimen, los partidos de la oposición del país han rechazado emprender diálogos individuales con el régimen y han insistido en cambio en que ese diálogo debía tener lugar con todas las entidades y fuerzas políticas reconocidas del país.
El régimen había rechazado tales demandas, prefiriendo acudir a medidas militares y de seguridad que han acabado con la vida de más de dos mil manifestantes en un intento de poner fin a la crisis.
La conferencia de la Asociación de Coordinación, la primera reunión de la oposición que se celebra en Siria, trazó una hoja de ruta de siete puntos que el régimen debería adoptar si quiere evitar que la actual crisis tenga «resultados catastróficos».
Los siete puntos se refieren, en primer lugar, al reconocimiento por el régimen del movimiento popular de oposición y de la legitimidad de sus objetivos, así como el derecho del pueblo sirio a un régimen pluralista y democrático.
Un segundo punto trata de la necesidad de acabar con la actual violencia y la retirada del ejército y las fuerzas de seguridad de las ciudades sirias, así como la transferencia de los asuntos de seguridad a las agencias civiles de seguridad.
El tercer punto exige la liberación de todos los detenidos políticos y el homenaje a los asesinados durante las protestas; el cuarto se refiere al procesamiento de los responsables de matar y torturar a los manifestantes durante las protestas.
El quinto punto exige que el régimen reconozca el derecho a celebrar manifestaciones pacíficas; y el sexto, la suspensión del Artículo 8 de la constitución siria, que dice que el Partido Baaz sirio es «el líder del Estado y la sociedad» hasta que se elabore una nueva constitución.
El séptimo punto enuncia que el régimen debe declarar el comienzo de una fase de transición dirigida por un gobierno de unidad nacional con poderes para conducir al país hacia un régimen democrático y emprender reformas políticas, económicas, legales y culturales.
La Asociación dijo que si se rechazaba esa hoja de ruta de siete puntos se llamaría a una escalada de las protestas por todo el país, incluyendo una huelga general y acciones de desobediencia civil.
La conferencia representó la primera reunión de ese tipo que tenía lugar dentro de Siria para la mayoría de los partidos de oposición del país, y era también la primera vez que los activistas de los CCLRS participaban en una conferencia dentro del país, esperada con entusiasmo por muchos jóvenes activistas que deseaban intensamente tomar parte en una acción nacional democrática al lado de las veteranas figuras de la oposición.
La oposición siria había anunciado recientemente en Estambul la creación de un Consejo Nacional Transitorio que coordinaría las demandas para el derrocamiento del régimen.
Sin embargo esas iniciativas, que siempre tenían lugar en el extranjero, se enfrentaban al reto de haber estado alejadas de la situación interna del país y dominadas por figuras de la oposición en el exilio en ocasiones no vinculadas con el escenario político interno.
En consecuencia, el anuncio del Consejo Nacional Transitorio en Estambul no fue bien recibido por los manifestantes, aunque la mayoría no rechazaba las personalidades en él incluidas.
Según un miembro importante de la Asociación de Coordinación, hay ahora consultas en marcha entre la Asociación y otros miembros de la oposición, especialmente con la Declaración de Damasco para el Cambio Democrático, los islamistas, incluidos los Hermanos Musulmanes y movimientos islamistas independientes, así como representantes de los consejos nacionales creados en el extranjero, para formar una coalición enfocada a derrocar al régimen.
Naser al-Ghazali, director del Centro de Damasco para los Derechos Cívicos y Teóricos, una ONG, le dijo a Al-Ahram Weekly que era necesario unir a la oposición siria y a los activistas sobre el terreno bajo el paraguas de un consejo que pudiera representar a todos por igual.
Por el momento, los grupos establecidos de la oposición, los comités de coordinación de jóvenes revolucionarios y las figuras independientes de la oposición se reafirman todos en que el liderazgo de la oposición siria debería estar dentro del país y no en el exilio. Dicen también que la oposición en el interior de Siria debería tener asimismo el poder de la decisión final, aunque consultando siempre a las personalidades de la oposición en el extranjero.
Cuando el levantamiento sirio entra en su séptimo mes, las protestas contra el régimen no han desaparecido sino que se están extendiendo a nuevas regiones e intensificando sus demandas para que el régimen caiga.
Los activistas y los manifestantes dicen que continuarán sus protestas hasta que consigan sus objetivos, aunque la respuesta del régimen ha sido proseguir con sus operaciones militares y de seguridad con mayor brutalidad aún.
Fuente: http://weekly.ahram.org.eg/2011/1065/re9.htm
rCR