Traducido para Rebelión por Daniel Escribano
Negar el holocausto contra los judíos es delito en varios países. Llamar genocidio u holocausto a la política que emplean los sionistas contra los palestinos, en cambio, puede convertirse en esos mismos países en razón para llamar antisemita a quien utilice esas palabras. Son de agradecer, por tanto, las declaraciones de ayer del viceministro de Defensa de Israel, Matan Vilnai: «en la medida que aumente el lanzamiento de misiles y la potencia de éstos, los palestinos traerán un holocausto mayor, porque nos defenderemos utilizando todas nuestras fuerzas». No parece que se le pueda tomar por antisemita. Ni que no conozca el significado de la palabra holocausto. Vista la frase, parece que, de los tres significados de la palabra, tiene éste en mente: «asesinato de muchas personas».
Es muy raro en Israel llamar holocausto a cualquier cosa que no sea lo que hicieron los nazis. Porque el único verdadero Museo del Holocausto de todo el mundo es el suyo, por supuesto. Y quien lo niegue, a diferencia de quien reivindica el holocausto contra los palestinos, merece condena.
Habíamos visto y oído muchas cosas sobre los palestinos. Los israelíes ─¿quién si no?─ nos han mostrado que son de todo punto holocaustizables. Y, sin embargo, tienen prohibido el Museo de los Holocaustizables.
Berria, 1 de marzo de 2008