CIUDAD DEL CABO, 24 ago – Los países miembros del grupo de economías emergentes IBSA (India, Brasil y Sudáfrica) se unieron a China y Rusia para oponerse a medidas más enérgicas propuestas por Estados Unidos y la Unión Europea (UE) contra el gobierno de Siria. Pretoria «es de la opinión de que el tema sirio […]
CIUDAD DEL CABO, 24 ago – Los países miembros del grupo de economías emergentes IBSA (India, Brasil y Sudáfrica) se unieron a China y Rusia para oponerse a medidas más enérgicas propuestas por Estados Unidos y la Unión Europea (UE) contra el gobierno de Siria.
Pretoria «es de la opinión de que el tema sirio debe ser resuelto por los propios sirios, y que se les debe lugar para que lo hagan», dijo a IPS el portavoz del Departamento de Relaciones Internacionales y Cooperación de Sudáfrica, Saul Kgomotso Molobi.
«El gobierno sirio aseguró que ha adoptado y sigue adoptando reformas para abrir el espacio político», destacó.
Molobi sostuvo que las posturas de la comunidad internacional estaban condicionadas por los intereses de los países líderes y no por un verdadero deseo de cambio en Medio Oriente.
«Los ejemplos son Bahrein y Yemen, donde a pesar de la represión no hay intentos de sancionar seriamente y debilitar al régimen. En el último caso, todo lo que se ha hecho es fortalecerlo a través de apoyo militar del Consejo de Cooperación del Golfo», señaló.
Estados Unidos y países de la UE hicieron circular este martes en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) un nuevo proyecto de resolución contra Siria con sanciones a individuos y entidades, así como un embargo de armas.
Meses atrás fracasó una resolución similar ante la amenaza de veto de China y Rusia y el rechazo de India, Brasil y Sudáfrica.
Esta semana, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU condenó la represión del régimen de Bashar Al Assad a las manifestaciones en su contra, y aprobó el envío urgente de una comisión independiente para investigar posibles crímenes contra la humanidad.
La resolución había sido presentada por Polonia en nombre de la UE y con respaldo de Estados Unidos, y fue rechazada por China, Cuba, Ecuador y Rusia. Mientras, IBSA parece dispuesto en desempeñar un papel independiente en la cuestión siria. El 10 de este mes, una delegación con representantes de los tres países visitó Damasco y se reunió con el Al Assad y con el canciller Walid Al- Moualem.
En el encuentro, el gobierno sirio insistió en que las protestas procedían de tres fuentes dispares: académicos e intelectuales que exigen reformas democráticas, sectores de la población que se quejan por las dificultades económicas y la represión en regiones particulares del país, y grupos armados que luchan para derrocar el régimen.
Al Assad reconoció «errores» en la respuesta a las manifestaciones, pero aseguró estar comprometido con las reformas, ofreciendo como evidencia nuevas leyes propuestas que buscan llevar al país a una democracia multipartidaria en consulta con la ciudadanía.
«El gobierno sirio ha señalado que ha adoptado y sigue adoptando reformas para ampliar el espacio político», dijo Molobi.
«Esto será logrado a través de varias leyes que están siendo aprobadas, como la multipartidaria, la de medios y otras. Se abrió un foro de diálogo nacional, aunque no ha llamado la atención del país. Al gobierno le gustaría ver un parlamento elegido que continúe con el proceso de reformas», añadió.
Molobi dijo que Sudáfrica e IBSA condenaban la violencia «de todas las partes», pero reconoció que hubo pocas señales de moderación por parte de Al Assad desde la reunión.
El 14 de este mes, el gobierno sirio puso un cerco a la ciudad portuaria de Latakia, con tanques y barcos de guerra.
«Lamentamos el agravamiento de la violencia y llamamos a todas las partes a ejercer la moderación, ya que un conflicto general sería un desastre para todos», dijo Molobi.
Mientras, el politólogo Zwelethu Jolobe, de la Universidad de Ciudad del Cabo, dijo que la postura de IBSA debía ser vista en parte como una reacción a la lenta respuesta internacional a la crisis siria.
El analista señaló que los previos acercamientos de Pretoria con Damasco estaban limitados a acuerdos bilaterales sobre comercio y educación, firmados en los últimos dos años como parte de una amplia estrategia del presidente sudafricano Jacob Zuma en Medio Oriente.
Los cálculos de Sudáfrica en la actual crisis, señaló, están también determinados por su relación con la Autoridad Nacional Palestina.
El gobernante Congreso Nacional Africano de Sudáfrica tiene estrechos vínculos con el partido Fatah, que gobierna Cisjordania, relación que data de la lucha contra el apartheid (segregación racial institucionalizada por la minoría blanca en perjuicio de la mayoría negra) y se extiende hasta el presente con apoyo financiero y político.
Por su parte, Siria ha sido fuerte aliado de Hamás (acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica), al que le ha ofrecido apoyo financiero, militar y político. Además, la mesa política de Hamás se reúne en Damasco.
«Sudáfrica no puede darse el lujo de permitir una implosión del gobierno de Al Assad. Alteraría un delicado equilibrio regional con mucho en juego y en el que Sudáfrica ha invertido una gran cantidad de recursos históricos, emocionales, políticos y financieros», señaló Jolobe.
Las relaciones entre Siria y Hamás ahora parecen también en crisis. El movimiento islámico se negó a hacer una muestra pública de apoyo al gobierno de Al Assad, y un barrio palestino en Latakia fue atacado en los últimos días.
Hamás está explorando la posibilidad de reubicar sus oficinas en El Cairo, donde Sudáfrica ha invertido mucho esfuerzo cultivando vínculos en los últimos tiempos.
«La situación en Siria tiene diferentes aspectos y la violencia es uno de ellos. Ésta ha sido perpetrada tanto por el gobierno como por grupos no gubernamentales. con serios resultados. Aquí no hay atajos, y un adecuado proceso sirio es la única esperanza para traer la paz, y nadie de afuera puede hacerlo», dijo Jolobe.