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Intenso cabildeo de la Administración Bush, condujo al indulto de los cuatro terroristas internacionales en Panamá

Fuentes: Rebelión

Aunque el vocero del departamento de Estado J. Adams Ereli se apresuró a declarar que el indulto a cuatro terroristas internacionales, condenados por su participación en un plan para asesinar al Presidente cubano Fidel Castro durante la Cumbre Iberoamericana en el año 2000, fue una decisión tomada por el gobierno de Panamá en la cual […]

Aunque el vocero del departamento de Estado J. Adams Ereli se apresuró a declarar que el indulto a cuatro terroristas internacionales, condenados por su participación en un plan para asesinar al Presidente cubano Fidel Castro durante la Cumbre Iberoamericana en el año 2000, fue una decisión tomada por el gobierno de Panamá en la cual la Administración Bush no jugó rol alguno, son muy pocos los que le creen. Después de todo esta administración a basado en mentiras, decisiones importantes de su política exterior, como la invasión a Irak, y tiene fuertes compromisos electorales con el exilio anticastrista del sur de la Florida.
Lo cierto es que el Presidente de Estados Unidos George W Bush, dentro de la mejor tradición del cine policíaco Hollywoodense, repartió entre el Secretario de Estado Collin Powell y el enviado especial del Consejo de Seguridad Nacional para América Latina Otto Reich, los papeles de «policía bueno» y «policía malo» para «convencer» a la Presidenta de Panamá Mireya Moscoso de la necesidad de firmara el Decreto Presidencial indultando a los exiliados cubanos Luis Posada Carriles, Pedro Crispín Remón, Gaspar Jímenez Escobedo y Guillermo Novo Sampoll, y de abstenerse de hacer cualquier declaración implicando a Gobierno estadounidense.

Collin Powell en su papel de «policía bueno» -cuando viajó el 3 de noviembre pasado a la capital panameña encabezando a la delegación oficial estadounidense a los actos por el centenario de la Independencia de Panamá trató de «persuadir» a la Presidenta Mireya Moscoso de la conveniencia de incluir en los perdones presidenciales de navidad de ese año a los cuatro exiliados cubanos.

El diario «El Siglo» anunció «que el verdadero propósito de la visita de Collin Powell a Panamá era anunciarle a la Presidenta Moscoso, -de boca a oído- que a Bush le interesaba que los terroristas detenidos fueran juzgados como «reos en ausencia».

Por su parte el señor Otto reich -quien formó´o parte junto Luis Posada Carriles del dispositivo organizado por el Coronel Oliver North para abastecer a la contra nicaragüense, que concluyera en el llamado escándalo Iran contra- en su papel de «policía malo» viajó a Panamá en enero del presente año, pocos días antes de la fecha prevista para el inicio de la vista final del juicio a los terroristas, con el evidente propósito de presionar a la presidenta Mireya Moscoso y con la amenaza de negarle la visa de entrada a Estados Unidos por corrupción y extraditar a varios funcionarios de su Gobierno para juzgarlos en Estados Unidos por la misma causa, consiguió de ella el compromiso de que firmaría el indulto a los cuatro anticastristas antes de que concluyera su mandato el 1 de setiembre.

El propio Canciller panameño Harmodio Arias, reconoció durante una reunión privada en Miami con un importante grupo de líderes anticastristas, que en la entrevista de Otto Reich con la Presidenta Moscoso que tuvo lugar en el Palacio de la Garza, la mandataria se había comprometido a conceder el indulto a los cuatro anticastristas una vez que fuera dictada sentencia.

Terry Steers González, oficial político militar de la Embajada estadounidense y miembro de la comitiva que acompañó a Reich durante la visita, me dijo que este se reunió el 20 de enero en la propia Embajada con el señor Ramiro Jarvis, Coordinador del Consejo de seguridad nacional de Panamá. Se comenta en Panamá, no me consta, que esa entrevista Reich había urgido a Jarvis de encontrar la forma de evitar que el juez José Hoo Justiniani aceptara las pruebas presentadas por los querellantes y llamara a juicio a los cuatro anticastristas.

También le había exigido recabar información entre los principales líderes políticos del país acerca de la mejor manera de encontrarle una solución a este caso. Una fuente cercana a Carlos Bares, Jefe de la Policía de Panamá, que accedió a ser entrevistado a condición de obtener absoluto anonimato, me dijo que el intenso cabildeo del gobierno estadounidense y de su Embajada en la capital istmeña comenzó prácticamente desde el mismo momento en que fueron apresados los cuatro anticastristas ahora indultados, Fueron ellos los que «sugirieron» al Gobierno panameño denegar la solicitud de extradición a Cuba, presentada por el Gobierno cubano, aduciendo que el sistema judicial cubano no era imparcial; y los que trataron de evitar a toda costa con constantes dilaciones y presiones, que se produjera la vista preliminar del juicio a los terroristas. Según esta fuente, el señor John Johnson, oficial de la estación de la CIA y Jefe de la Seguridad de la Embajada estadounidense n la capital panameña, visitaba con frecuencia a los terroristas encarcelados en la prisión «El Renacer» sin quedara registro alguno de la visita, amparado en una autorización especial expedida por su Jefe el señor Carlos Bares. No es casual que en la semana comporendida entre el 23 y el 29 de febrero de 2004, el Departamento de Estado norteamericano envira una nota diplomática a las autoridades panameñas en la que se quejaba por la «alta mora judicial que experimentaba el juicio» a los cuatro anticastristas.

Acerca del escandaloso indulto concedido por la Presidenta panameña Mireya Moscoso a los cuatro terrorista internacionales, el importante diario colombiano «El Tiempo» en un editorial del pasado 27 de agosto señalaba la posibilidad «que la mandataria haya actuado por presiones de Estados Unidos» y agregaba que » la conexión estadounidense podría explicarse por la situación preelectoral que se vive en la superpotencia a poco más de dos meses de las elecciones y con el Presidente George W Bush y el Senador John Kerry virtualmente empatados, la victoria en Florida -donde el exilio cubano tiene un peso considerable- será crucial para decidir la contienda. Los indultados cubanos cuentan con amplia simpatía entre los exiliados, que los ven como combatientes aguerridos que se han atrevido a desafiar a Fidel Castro …»tal vez por eso cabildear en su favor como se hizo, aunque el señor J Adams Ereli tenga que negarlo hasta el cansancio.

Una pregunta final, ¿En medio de la promocionada guerra de George W Bush contra el terrorismo, se atrevería la Presidenta panameña Mireya Moscoso a tomar una decisión como la de indultar a cuatro connotados terroristas internacionales si contar al menos con el visto bueno de los dos policías?