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Pilar Rahola, ¿Palestina es antisemita?

Intifada Literaria: Un grito para las que no tienen voz contra el lobby sionista

Fuentes: Rebelión

«Un grito para los que no tienen voz» es el título del discurso de agradecimiento de Pilar Rahola por la concesión del premio Mass Media Award 2009, otorgado por el American Jewish Commitee de Washington (1).   Aquí, en los Països Catalans, acostumbrados a ver a Pilar Rahola «ladrando» en tertulias y shows televisivos como «Crónicas […]

«Un grito para los que no tienen voz» es el título del discurso de agradecimiento de Pilar Rahola por la concesión del premio Mass Media Award 2009, otorgado por el American Jewish Commitee de Washington (1).

 

Aquí, en los Països Catalans, acostumbrados a ver a Pilar Rahola «ladrando» en tertulias y shows televisivos como «Crónicas Marcianas» de Tele 5 o «Els matins» de TV3 mas recientemente, nos puede sorprender la concesión de un premio otorgado por una organización estadounidense considerada por el New York Times como la «decana de las organizaciones judías americanas». Pero resulta que éste no es un caso aislado. En los últimos años también ha recibido premios de la American Israel Public Affairs Commitee, AIPAC (principal lobby sionista de los Estados Unidos), de la Anti-Defamation League, ADL, (una ONG autodefinida como la primera agencia estadounidense de derechos civiles y derechos humanos) y del UN Watch (una ONG que se dedica a combatir las posiciones «anti-israelíes» en las Naciones Unidas). En el Estado español, el año 2012 recibió el premio Samuel Hadas, que otorga la Embajada de Israel, junto con los expresidentes del gobierno español y de la Generalitat José María Aznar, Jordi Pujol y Felipe González, «en reconocimiento a su esfuerzo a favor del respeto y la tolerancia del pueblo judío».

Una de las preguntas es: ¿por qué estos premios de estas organizaciones pro sionistas de «alto nivel» a una periodista de este cariz tan grosero, existiendo académicas de más «prestigio intelectual» dentro del círculo de defensoras del sionismo y del Estado de Israel?

Desde la aparición y la expansión de los llamados «mass media» (medios de comunicación de masas), ejercer su control se ha convertido en una cuestión sine qua non para todos esos poderes que quieran transmitir e inculcar su pensamiento. Así, vemos como todas las grandes cadenas televisivas, radiofónicas o los grandes diarios de papel o electrónicos pertenecen o dependen de corporaciones empresariales que tienen su unidad principal de negocios en otros ámbitos. En este sentido, la tarea de las «creadoras de opinión pública», periodistas y tertulianas, puede llegar a ser tanto o más importante que la tarea de las «controladoras del orden público», policías y militares. Y en la sociedad teledirigida del consumo rápido, el papel de los llamados «programas basura» juega un rol importante en hacer cuajar mensajes cargados de valores a un tipo de persona telespectadora que difícilmente accede a programas o lecturas de tipo más «académico».

Fijémonos que en el discurso de agradecimiento de Pilar Rahola por el premio otorgado por la American Jewish Commitee (1) aparecen distintos elementos esgrimidos por las grandes defensoras de el Estado de Israel y sus políticas: una identificación del Estado de Israel con los valores «occidentales» (democracia, justicia, derechos humanos, libertad…); la identificación del «extremismo islámico» como el «enemigo de la humanidad» (idea del «choque de civilizaciones»); la acusación de «antisemita» de quien se opone o critica las políticas y la esencia del Estado de Israel; y la utilización de la liberación de la mujer como justificación de esta nueva «cruzada».

 

Israel y los «valores occidentales»

«Israel es el único aliado del pueblo Palestino Democrático» […] «Trincheras, es el título del último libro de David Harris. Ciertamente, estamos en las trincheras. En las trincheras de la justicia, en las trincheras de los Derechos Humanos, en las trincheras de la libertad y en las trincheras de Israel, porqué Israel es el símbolo de todos estos valores» (P. Rahola).

David Harris es el director ejecutivo de la American Jewish Commitee y también es miembro del Council on Foreign Relations (CFR), uno de los think thanks con más influencia en la política exterior de los Estados Unidos vinculado a grandes corporaciones como Rockefeller, Carnegie, Goldman Sachs…

No es ningún secreto que la política exterior de los últimos gobiernos de Estados Unidos en Oriente Medio ha estado muy vinculada a los intereses del Estado de Israel. Desde el simple hecho de que Israel es de los primeros Estados en beneficiarse de la ayuda militar de EEUU, hasta el papel del lobby sionista de los EEUU en la decisión de invadir Iraq el año 2003, siguiendo la pauta del llamado Plan Yinon, que pretende dividir y debilitar los Estados árabes que rodean Israel (2).

El rol imperialista de los Estados Unidos precisamente se ha justificado con estos mismos «valores occidentales» que Pilar Rahola identifica con Israel. Recordemos los nombres de «Operación Justicia Infinita» y «Operación Libertad duradera» en la invasión militar de Afganistán de 2001, o los conceptos de «intervención humanitaria» y «Responsabilidad de Proteger» utilizados para mandar militares a apropiarse de recursos naturales con la excusa de proteger los derechos humanos desde Somalia hasta Libia.

En este mismo sentido, para las miles de palestinas encarceladas y torturadas por motivos políticos en las prisiones israelíes, para los millones de palestinas refugiadas por todo el mundo que Israel no permite volver a sus hogares, para las miles de muertes de Gaza víctimas de los bombarderos del ejército israelí, para todas aquellas que diariamente tienen que convivir con una ocupación militar en Palestina, Israel precisamente no es un símbolo de justicia, derechos humanos y libertad, ni un aliado.

 

El choque de civilizaciones

«En el siglo XX, la humanidad tuvo que luchar contra dos tipos de totalitarismo, el estalinismo y el nazismo, ambos diferentes, pero en esencia iguales. Ahora, en el siglo XXI, sufrimos los asaltos de un enemigo nuevo aunque similar: el extremismo islámico» (P. Rahola).

El planteamiento de el «enemigo mundial» ha sido adoptado por las distintas administraciones presidenciales estadounidenses desde el final de la II Guerra Mundial para intervenir en asuntos de otros Estados, con el comunismo como enemigo principal durante la llamada Guerra Fría (planteamiento que justificará las «Doctrinas de Seguridad Nacional» conocidas especialmente por las dictaduras militares de América Latina), la «Guerra contra las Drogas» de los años 80 y 90, y con el fundamentalismo islámico como nuevo enemigo, conocido mundialmente especialmente a partir de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York. Este último enemigo responde a un planteamiento geopolítico surgido en los años 90, después de la caída del Muro de Berlín, definido dentro del concepto de «choque de civilizaciones».

La popularización del concepto de «choque de civilizaciones» se atribuye a Samuel Philips Huntington, académico de las universidades de Harvard, Yale, Columbia y Chicago, cofundador de la revista sobre política exterior Foreign Policy y asesor de distintos departamentos del gobierno de Estados Unidos, el cual plantea un nuevo orden mundial después de la Guerra Fría basado en una lucha entre civilizaciones. Este pensamiento teórico ha servido para promover el intervencionismo estadounidense. Y Huntington no es el único teórico que ha fomentado esa teoría. Lo acompañan figuras como Francis Fukuyama y su famosa teoría del «fin de la historia», que sirvió de puntal ideológico para los ultraconservadores llamados «neocons» y Zbigniew Brzezinski, colaborador de Huntington, y autor de «El gran tablero de ajedrez«, entre otros.

Es curioso como este «nuevo enemigo», definido como «extremismo islámico», en ciertas ocasiones del pasado y del presente no parece tener un carácter tan antagonista. Recordamos que el mismo Brzezinski fue una pieza clave cuando los Estados Unidos dieron apoyo a los islamistas mujahidines afganos, más conocidos como «señores de la guerra», que derrocaron al gobierno pro soviético de Afganistán en el año 1992, algunos de ellos actualmente con presencia en el nuevo Parlamento afgano de Hamid Karzai, apoyado por los mismos Estados Unidos. Y es que ante el auge de corrientes marxistas en los países de predominio de la religión musulmana, los Estados Unidos no han dudado en apoyar a fundamentalistas religiosos como los Hermanos Musulmanes contra Nasser en Egipto, Sarekat-i-Islam contra Suharto en Indonesia, Jamaat-e-Islami contra Bhutto en Pakistan y el mismo Osama Ben Laden y los ya nombrados mujahidines afganos contra el comunismo laico de Najibullah (3). La historia y el presente nos muestran que las alianzas de los Estados Unidos no responden a un «choque de civilizaciones», sino a una conveniencia geopolítica para defender el interés de las grandes corporaciones multinacionales, principalmente las que se dedican al negocio petrolero y las que forman parte del complejo militar-industrial. Preguntémonos por el papel de Estados Unidos en el armamento de facciones fundamentalistas islámicas en Libia contra el régimen de Gadafi o por los vínculos con el gobierno de Catar y su escuela de pensamiento reaccionario Qatar Foundation.

 

El «antisemitismo» de las críticas a Israel

«Tenemos una larga lista de intelectuales y reporteros obsesionados contra Israel, […] si una víctima cae bajo las balas americanas o israelíes, entonces levantan su voz y condenan al país enemigo y maldito. Estos intelectuales son los inventores del nuevo antisemitismo, políticamente correcto, disfrazado de solidaridad…» (P. Rahola)

La trágica historia del pueblo judío está marcada por expulsiones (como las llevadas a cabo por distintas monarquías católicas europeas en la Edad Media y Moderna), pogromos de la Rusia zarista y el holocausto del régimen nazi en la Segunda Guerra Mundial. Es con la justificación de las persecuciones del pueblo judío que nace la ideología sionista a finales de siglo XIX, y es con la excusa del exterminio del holocausto que se tilda cualquier crítica al Estado de Israel como conducta «antisemita».

El lingüista y activista Noam Chomsky ha declarado que la Anti-Difamation League (una de las organizaciones que han condecorado a Pilar Rahola) se ha transformado en una defensora de la política israelí y que acusa a toda oposición de izquierdas a los intereses israelíes de antisemita.

Entonces, cuando un Estado se crea expulsando a centenares de miles de habitantes a través de masacres y terror militar, cuando se establece como Estado racial, con un régimen interno de apartheid creando diferentes niveles de ciudadanía, y mantiene territorios ocupados militarmente los cuales se va anexando de facto a través de la colonización… es difícil de defender con los argumentos de la justicia, los derechos humanos y la libertad. Es por eso que la crítica al carácter racista del Estado de Israel, la crítica a los bombardeos con armamento prohibido por las Naciones Unidas del ejército israelí, la crítica de los asentamientos de colones sionistas en territorio palestino, la crítica de los asesinatos del Mossad dentro y fuera de las mismas fronteras israelíes, y una larga lista de críticas, solo se pueden combatir mediante la identificación de estas críticas como «antisemitas», independientemente de que la misma población árabe haga parte de la familia de origen semita, o que las críticas vengan de miembros del mismo pueblo judío.

 

La liberación de la mujer

«Si el odio hacia Israel es una de las grandes vergüenzas del mundo, olvidar las mujeres musulmanas es otra gran vergüenza. No estamos preocupados por su sufrimiento porque hemos decidido no verlo. ¿Toleraría el mundo libre la opresión de ciudadanos negros hoy en día? Ahora que los Estados Unidos tienen un Presidente negro, Barak Obama, ¿toleraría una nueva Sudáfrica racista? Entonces, ¿por que parece natural que decenas de países islámicos segreguen a las mujeres como lo hacía Sudáfrica con su población negra?» (P. Rahola)

Finalmente, el argumento de buscar la liberación de la mujer en el ataque a regímenes de Oriente Medio ha sido uno de los mas explotados de cara a la opinión pública de los países europeos y de Estados Unidos. Es en este marco donde podemos ver grandes franquistas y ultracatólicos declarados, como el dirigente del partido xenófobo Plataforma per Catalunya, Josep Anglada, abanderando la causa de la liberación de la mujer (a su manera…) para estigmatizar a la persona migrada que viene de países dónde hay un predominio de la religión musulmana. Es en el mismo marco que se nos vendió la invasión de Afganistán del año 2001 como una mejora de la situación de la mujer afgana, sin recordarnos que los derechos que había ido adquiriendo durante los años 80 los perdió de golpe con la llegada al poder de los mujhaidines apoyados por el mismo gobierno de los Estados Unidos el año 1992. Los mismos mujhaidines de la Alianza del Norte que con el mismo apoyo actualmente mantienen la mujer afgana en una situación denigrante (4).

Palestina no ha escapado de este torrente de «opinólogas» dispuestas a defender a capa y espada la gloria y la democracia de occidente (o del «mundo libre» según palabras de la misma Rahola) para reclamar la liberación de la mujer. Pero a menudo no cuentan con la voz de la misma mujer palestina que lucha por sus derechos. A veces consultar esta voz puede no dar los resultados esperados, sobre todo cuando organizaciones de mujeres palestinas sitúan la ocupación israelí como principal obstáculo para la misma liberación de la mujer palestina.

El tema de la comparación del apartheid sudafricano ya es una burla a la historia. Teniendo en cuenta que uno de los principales aliados del régimen de apartheid fue el mismo Estado de Israel, el cual asistió de material bélico después de que la ONU lo sancionara y, según ha señalado el diario británico The Guardian hasta le ofreció armamento nuclear. Con este currículo es normal que distintas protagonistas de la lucha contra el apartheid sudafricano actualmente definan el régimen israelí también como un régimen de apartheid, y que tal como hicieron con el régimen de apartheid sudafricano, ahora apuesten por la campaña internacional de Boicot a Israel.

 

Un grito para las que no tienen voz: intifada literaria y boicot a Israel!

El proyecto «Intifada Literaria. Conoce Palestina desde dentro» (5) de Tigre de paper Edicions y la Xarxa d’enllaç amb Palestina pretende editar 3 obras escritas por palestinas para conocer mejor la situación de Palestina y su lucha contra el Estado de Israel.

En una de estas obras, una novela ambientada en un pueblecito cerca de Nablus durante la primera Intifada, aparece un ciudadano israelí amigo de la causa palestina que expone claramente uno de los problemas de Palestina: «Fijate en este ejemplo: vosotros lucháis con piedras y ocasionalmente con alguna arma de fuego, pero gracias a su influencia en los medios de comunicación, el mundo os ve sanguinarios, mientras que a Israel se lo ve como un país civilizado y pacífico, y seriamente amenazado. Y la realidad es completamente distinta».

Actualmente, los mass media, sirven de altavoz a opinólogas y periodistas como la misma Pilar Rahola, siguen presentando a Israel como «el país civilizado en medio de un Oriente Medio lleno de dictaduras islámicas», y las operaciones del ejército israelí como una respuesta a los ataques de los grupos extremistas palestinos.

Pero por muy alta que sea la cifra de sus presupuestos, por mucho que digan que 1.400 muertos en bombardeos sobre Gaza eran en respuesta a 4 misiles caseros que como mucho provocaron la muerte de una colona a causa de un ataque al corazón, cada vez les cuesta más de justificar la ocupación militar y el apartheid israelí. Evidentemente, las organizaciones y los sectores sociales más identificados con las ideas de «izquierdas» somos los primeros que dejamos de creernos la propaganda pro israelí y comprendemos que el establecimiento de un Estado racial a sangre y fuego no tiene cabida en este mundo, y que el holocausto de la Segunda Guerra Mundial no puede servir de justificación de la ocupación militar de Palestina. En este mismo sentido tomamos partido y nos acercamos a la población palestina, que no quiere «eliminar a los judíos», sino conservar la soberanía de su territorio donde durante años, antes de la creación del Estado de Israel, habían convivido pobladores de distintas religiones, la judía incluida.

En este acercamiento conocemos la campaña del BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones contra el Estado de Israel), que inspirada en la campaña del boicot al régimen del apartheid sudafricano, surge de la demanda de más de 170 organizaciones palestinas para que sea asumida por la comunidad internacional sensible con la solidaridad con Palestina (6).

La voz que pretendemos dar a partir de Intifada Literaria no es la voz del lobby sionista de Estados Unidos, no es la voz de las grandes corporaciones multinacionales, no es la voz de las arquitectas de la guerra imperialista, no es la voz del ejército israelí. Es la voz de aquellas palestinas que les ha tocado nacer, crecer y vivir bajo la ocupación militar y el régimen de apartheid israelí. Es la voz de mujeres, hombres, niños y niñas que les ha tocado luchar contra este Estado presentado por Pilar Rahola como el símbolo de la justicia, los derechos humanos y la libertad. Una voz que hacemos nuestra porque nosotras también conocemos a quienes en nombre de la justicia, los derechos humanos y la libertad imponen el capitalismo por todo el mundo, concibiéndolo tal como lo concebía el señor Brzezinski, como un gran tablero de ajedrez donde se derrota al enemigo a través de distintas piezas: el académico de Harvard, el sicario económico del Fondo Monetario Internacional, el piloto del bombardero israelí o la periodista premiada que se dedica a «ladrar» en diarios y tertulias matutinas.

 

Notas

(1) Podéis consultar el discurso de agradecimiento de Pilar Rahola por la concesión del premio Mass Media Award 2009 del American Jewish Commitee en este link: http://www.pilarrahola.com/3_0/CONFERENCIAS/default.cfm?ID=1695

(2) Para mas información sobre la influencia del lobby pro israelí en los Estados Unidos podéis consultar el libro «El lobby israelí» de John J. Mearsheimer y Stephen Walt. También podéis consultar el artículo de Mahdi Darius Nazemroaya, sociólogo e investigador asociado del Center for Research on Globalization (CRG), sobre Israel y el «choque de civilizaciones» en África en este link: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=137725

(3) Para mas información sobre la crítica del «choque de civilizaciones» podéis consultar el libro «El choque de los fundamentalismos. Cruzadas, Yihads y Modernidad» de Tariq Ali.

(4) Para mas información sobre la evolución de la situación de la mujer en el Afganistán después de la invasión estadounidense podéis consultar el libro «Una mujer contra los señores de la guerra» de Malalai Joya.

(5) Podéis consultar y hacer aportaciones para el proyecto «Intifada Literària. Coneix Palestina des de dins» en estos links: http://www.verkami.com/projects/2513-intifada-literaria y http://www.tigredepaper.cat

(6) Para mas información sobre la campaña de Boicot, Desinversiones y Sanciones contra el Estado de Israel podéis consultar estos links: http://www.bdsmovement.net/y http://www.boicotisrael.net/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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