Todo indica que ciertas embajadas europeas volverán a repetir sus acciones en apoyo a la contrarrevolución cubana, como estuvieron haciéndolo durante años, especialmente después de la caída del campo socialista, con la finalidad de que en Cuba sucediera lo mismo. La vida les demostró que la Revolución socialista era sólida y autóctona, no triunfó por […]
Todo indica que ciertas embajadas europeas volverán a repetir sus acciones en apoyo a la contrarrevolución cubana, como estuvieron haciéndolo durante años, especialmente después de la caída del campo socialista, con la finalidad de que en Cuba sucediera lo mismo.
La vida les demostró que la Revolución socialista era sólida y autóctona, no triunfó por el apoyo solidario del ejército rojo, pues el pueblo cubano soportó durante 58 un capitalismo despiadado, que jamás resolvió las penurias que padecían las clases obrera y campesina, de ahí que lucharán en las montañas y en las ciudades para lograr la total independencia de los Estados Unidos.
Ahora ilusionados nuevamente por las próximas elecciones generales en Cuba, algunos gobiernos de la Unión Europea seguidores de los dictados de Washington, vuelven por la picada al visitar y estimular a ciertos asalariados de Estados Unidos, tipificados como «disidentes«, algo que ya hicieron en los años 90 y 2000 sin obtener resultados.
Los días 30, 31 y el 03/08/2017, una suerte de «comitiva» violadora de la Convención de Viena de 1961, integrada por Filip Vurm, cónsul de la República Checa, Samuele Fazzi, primer secretario de la embajada de Italia, Adrian Chrobot, jefe de la sección político-económica de la Embajada de Polonia y Carlos Pérez Padilla, de la delegación de la Unión Europea en Cuba, viajaron a las provincias de Villa Clara y Camagüey, para visitar a algunos de los bautizados como «periodistas independientes«.
Según expresaron los diplomáticos, su actuación estaba basada en el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación UE-Cuba, rubricado en diciembre de 2016 por la Alta Representante de la UE para la Política Exterior, Federica Mogherini y el canciller Bruno Rodríguez Parilla, y la aprobación del Parlamento europeo el pasado 5 de julio, donde introdujeron el artículo número cinco, referido a la atención a los progresos de Cuba en materia de derechos humanos, redactado con el mismo lenguaje empleado por el presidente Donald Trump, durante su discurso el 16/06/2017, ante la mafia terrorista anticubana de Miami.
En las declaraciones de los periodistas dependientes de las orientaciones emanadas desde Estados Unidos, afirmaron que los referidos diplomáticos los visitaron en sus viviendas, donde buscaron información sobre la posibilidad en la Isla de organizar medios de prensa independientes del gobierno cubano, la perspectiva real de la llamada «sociedad civil«, las experiencias y resultados del trabajo no estatal, y otros temas de la vida interna cubana, principalmente la posición que asume la juventud.
Durante la visita a Villa Clara se entrevistaron con el promotor del grupo CubaDecide, creado desde Miami por Rosa María Paya Acevedo, con la trasnochada ilusión de fomentar un ambiente contrarrevolucionario en las próximas elecciones de Cuba, lo que demuestra cuales son las verdaderas intenciones de esos diplomáticos.
Hay que tener presente que el villaclareño pagado por Rosa María Payá, regresó de Miami el pasado mes de mayo, donde recibió entrenamiento para sus actividades contra la Revolución y tuvo «tanta suerte» que obtuvo una visa en la embajada de Estados Unidos en La Habana.
Es público que Cuba es el país del mundo donde se deniegan más visas para viajar a Estados Unidos. Solo en los dos últimos años el Departamento de Estado rechazó el 81.85% de las solicitudes, excepto para los contrarrevolucionarios que viajan a recibir preparación en Miami; detrás de Cuba están Laos (67%), Guinea Bissau (65%) y Somalia (65%). En América los haitianos con el 60%.
Esas embajadas europeas tradicionalmente al servicio de las tareas orientadas desde Estados Unidos, debe recordar que con su actuación violan el artículo 41-1 de la Convención de Viena de 1961 sobre Relaciones Diplomáticas, el cual expresa textualmente:
«Sin perjuicio de sus privilegios e inmunidades, todas las personas que gocen de esos privilegios e inmunidades deberán respetar las leyes y reglamentos del Estado receptor. También están obligados a no inmiscuirse en los asuntos internos de ese Estado».
Igualmente, esos violadores de las normas diplomáticas internacionales deberían tener presente el artículo 9 de la propia Convención que dice:
«El Estado receptor podrá en cualquier momento y sin tener que exponer los motivos de su decisión, comunicar al Estado acreditante que el jefe u otro miembro del personal diplomático de la misión es persona non grata, o que cualquier miembro del personal de la misión no es aceptable…».
Si algún diplomático cubano acreditado en el exterior, se entrevistara por horas con personas que trabajan por dinero para una potencia extranjera en contra de su país, seguramente de inmediato le aplican el artículo 9.
Estos hechos deben ser denunciados para que el mundo conozca las acciones que se realizan contra Cuba de forma continuada desde 1959, y por tanto se ha visto obligada a tomar las medidas correspondientes.
No se puede olvidar que, en 1960, antes de EEUU romper relaciones con Cuba, sus «diplomáticos» se reunían con grupos contrarrevolucionarios, por lo que fue necesario declararlos personas non gratas, al igual que a otros que instalaron ilegalmente micrófonos secretos en los locales de la agencia de prensa china en La Habana.
La Unión Europea tiene muchos problemas y violaciones permanentes de los derechos humanos, para querer darle lecciones a Cuba, y deben tener presente que a los cubanos nunca les temblará la mano para tomar las decisiones correctas ante sus provocaciones.
No por gusto aseguró José Martí: «No siempre los traidores alientos llegan donde alcanza la brava voluntad».
Arthur González. Especialista en relaciones Cuba-EE.UU., editor del Blog El Heraldo Cubano.
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