El IPCC alertó en su último informe que con las infraestructuras de combustibles fósiles ya existentes bastaba para calentar el planeta 1,5 ºC. Aun así, la industria fósil no para de iniciar nuevos planes de exploración y producción. Lo analizamos.
El cambio climático tiene muchos culpables, pero hay tres que resaltan por encima del resto: el carbón, el petróleo y el gas. Por muchas normas, leyes y acciones que se lleven a cabo a nivel mundial, dejar de usar estos tres combustibles fósiles es la forma principal de evitar que el planeta continúe calentándose y de minimizar los eventos extremos.
Aun así, a pesar de toda la evidencia en torno a la necesidad de abandonar los hidrocarburos, las grandes empresas y gobiernos (y, en líneas generales, el sistema económico) siguen enganchados a ellos. Tras más de un siglo dominando la sociedad, resulta difícil pasar página. Los combustibles fósiles son sinónimo de dinero, estatus y de poder, por lo que nadie está dispuesto a renunciar a todo ello de golpe. Pero las alternativas ya existen, así como la evidencia sobre las consecuencias de no hacerlo.
Según el informe de Brecha de Producción 2021 (última edición disponible), elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) junto a destacados institutos de investigación, los gobiernos todavía planean producir en 2030 una cantidad de combustibles fósiles un 110% superior de lo que sería coherente con el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 ºC respecto a la temperatura media del siglo XIX. Tampoco parece realista contener el calentamiento por debajo de los 2 ºC, ya que la producción prevista estaría un 45% por encima.
El mayor panel de especialistas en cambio climático (IPCC), señalaba en su último gran informe que solo con las emisiones de dióxido de carbono (CO2) que generarían en esta década las infraestructuras de combustibles fósiles ya existentes, se excedería el presupuesto de carbono restante para 1,5°C. Y los planes de las grandes petroleras no pasan por cambiar estas tendencias en el futuro cercano.
De acuerdo con la Agencia Internacional de la Energía, se espera un repunte en la inversión en combustibles fósiles en los próximos años. De hecho, la demanda mundial de carbón alcanzó un máximo histórico en 2022. Además, el gasto de la industria fósil en alternativas de bajas emisiones fue inferior al 5% de su gasto total en producción de hidrocarburos.
¿Cuánto están realmente invirtiendo las empresas fósiles en encontrar y explotar nuevos yacimientos fósiles? De acuerdo a la Lista Global de Salida de Petróleo y Gas (GOGEL, por sus siglas en inglés), una base de datos actualizada hasta septiembre de 2022 y elaborada por Urgewald junto a otras organizaciones, existen nuevos recursos fósiles en desarrollo equivalentes a más de 230.000 millones de barriles de petróleo (suficientes para mantener el consumo actual de combustibles fósiles durante al menos 7 años). Solo en los últimos tres años, las petroleras han invertido más de 51.000 millones de dólares anuales en explorar el planeta en busca de nuevos yacimientos.
A continuación, analizamos con nombres y apellidos los planes recientes de exploración y producción de las principales empresas fósiles. Todas las empresas nombradas fueron contactadas por Climática para contrastar los datos. Equinor y Eni se limitaron a facilitar un apartado de su página web. Las españolas Repsol y Cepsa respondieron de forma algo más detallada. Saudi Aramco respondió declinando hacer comentarios. El resto no contestó.
Saudi Aramco
La petrolera saudí es la mayor compañía fósil del planeta. De acuerdo con informes independientes de SP Global y Evercore ISI, sus planes pasan por aumentar la producción de petróleo en 13 millones de barriles más diarios antes de 2027 y solo en 2022 encargó la construcción de 30 plataformas de extracción. Además, el año pasado anunció el descubrimiento de dos nuevos yacimientos de gas y petróleo en Arabia Saudí y este año ha avanzado en la ampliación de los campos de Marjan y Safaniyah, considerada ya la mayor explotación offshore del planeta.
De acuerdo con GOGEL, base de datos creada para acelerar la adopción de políticas de abandono del petróleo y gas en el sector financiero, es la petrolera con mayor cantidad de recursos fósiles en desarrollo del planeta. Nada menos que recursos equivalentes a 19.961 millones de barriles de petróleo, todos repartidos entre Arabia Saudí y Kuwait. Es, también, una de las que más invierte en exploración, con una media de 2.199 millones de dólares anuales entre 2020 y 2022.
Con estos datos sobre la mesa, no es de extrañar que Arabia Saudí sea uno de los países que se oponen sistemáticamente a señalar a los combustibles fósiles como culpables del cambio climático en las cumbres del clima y uno de los principales centros de origen de las políticas retardistas para intentar dilatar en el tiempo la acción necesaria, contrariamente a lo que señalan los científicos.
Gazprom
Los datos muestran que Gazprom sigue siendo una de las empresas fósiles más fuertes del planeta a pesar de las turbulencias económicas y las sanciones en marcha tras la invasión rusa de Ucrania. De acuerdo con GOGEL, Gazprom es la tercera corporación a nivel mundial con mayor cantidad de recursos fósiles en desarrollo (equivalentes a 13.639 millones de barriles de petróleo). En los últimos tres años, se ha gastado 601,34 millones de dólares anuales (de media) en exploración de nuevos recursos.
El crecimiento de Gazprom se ha producido, sobre todo, en territorio ruso y en Uzbekistán. Entre otros lugares, ha aumentado su presencia en el Ártico: a finales de 2022 puso en marcha nuevos equipos de perforación en el mar de Kara, la primera operación offshore en el océano Ártico. En 2022 también contrató la construcción de seis plataformas de perforación con Naftagaz para el megaproyecto gasífero en la península de Yamal. En este yacimiento se extrae ya el 20% del gas ruso, pero se espera incrementar la producción hasta el 40% en 2030.
La compañía fósil rusa es también la segunda que más capacidad está desarrollando en el sector del midstream, el transporte de combustibles. De acuerdo con los datos de GOGEL, cuenta con 8.083 kilómetros de gasoductos en construcción.
ADNOC
La compañía nacional de petróleo de Abu Dabi (o ADNOC, por sus siglas en inglés) ha ocupado muchos titulares en los últimos meses por su implicación en la próxima cumbre climática. La COP28 se celebrará en los Emiratos Árabes Unidos y estará presidida por Sultan Ahmed Al Jaber, CEO de la petrolera estatal y ministro de Industria del país.
Pero más allá de su trabajo como lobby, ADNOC es también una de las grandes empresas fósiles del planeta. De acuerdo con los datos de GOGEL, tiene recursos en desarrollo equivalentes a 7.562 millones de barriles de petróleo, todos en yacimientos de los Emiratos. Además, en los últimos tres años ha gastado una media de 25 millones de dólares anuales en exploración de nuevos recursos.
Una de las inversiones recientes más destacadas es la del megaprojecto de Ghasha, un yacimiento offshore de gas y petróleo que se encuentra dentro de la reserva de la biosfera de Marawah, designada por la UNESCO. Construído sobre una isla artificial, entrará en funcionamiento en 2025 y contará no solo con pozos de extracción, sino también con una terminal de licuefacción de gas. Tiene unas reservas estimadas de 141.000 millones de metros cúbicos de gas fósil.
ConocoPhillips
Cuando Joe Biden prometió en campaña electoral que no habría más perforaciones en tierras federales de Estados Unidos, el proyecto Willow ya estaba sobre la mesa. Después de muchos meses de presiones, en marzo de este año ConocoPhillips, la impulsora de este plan para extraer petróleo en Alaska, logró el visto bueno de la Casa Blanca. En las próximas tres décadas espera extraer hasta 600 millones de barriles de petróleo.
El proyecto ha estado rodeado de polémica desde el principio, ya que se llevará a cabo en una reserva remota e inalterada del noroeste de Alaska, a 300 kilómetros del círculo polar Ártico. Si se completa tal como se ha planteado, supondrá la excavación de 200 pozos nuevos y la emisión de más de 260 millones de toneladas CO2 a la atmósfera.
La empresa centra cada vez más su actividad en los recursos fósiles del Ártico y el fracking (juntos suman el 84,7% de los recursos de hidrocarburos que la compañía está desarrollando). Pero ConocoPhillips es mucho más que Willow. De acuerdo con GOGEL, está desarrollando recursos fósiles equivalentes a 3.674 millones de barriles de petróleo en Malasia, China, Catar, Libia, Canadá y Noruega. Además, en los últimos tres años ha invertido cerca de 867 millones de dólares anuales en exploración de nuevos yacimientos.
Además, ConocoPhillips, vigésimo productor mundial de petróleo y gas, posee recursos equivalentes a 7.988 millones de barriles de petróleo que aún no han entrado en la fase de evaluación o desarrollo, según Reclaim Finance. Y, mientras en 2022 la compañía dedicó 10.100 millones de dólares a toda la cadena del petróleo y el gas, no publicó inversiones relacionadas con las energías renovables.
ExxonMobil
Hoy, el nombre de ExxonMobil está irremediablemente ligado al de Guyana. La corporación estadounidense ha sido la principal socia del país en la exploración y el desarrollo de sus yacimientos petroleros. Este mismo año, ExxonMobil se aseguró los 12.700 millones de dólares necesarios para poner en marcha Uaru, el quinto proyecto offshore en el país. Tiene unas reservas estimadas de 800 millones de barriles de crudo y empezará a funcionar en 2022.
Antes de Uaru fue el turno de Yellowtail (donde se han invertido 10.000 millones de dólares para unas reservas estimadas de 900 millones de barriles), Payara, Luza y una larga lista de proyectos para extraer las reservas de crudo del país sudamericano.
Además, de acuerdo con los datos de GOGEL, tiene recursos en desarrollo equivalentes a 7.160 millones de barriles de petróleo en Indonesia, Vietnam, Kazajistán, Azerbaiyán, Catar, Mozambique, Angola, Brasil, Argentina, Canadá y Rusia.
Su base sigue siendo Estados Unidos, donde está presente desde que se fundó la Standard Oil Company en 1870. En los últimos años, ha centrado sus inversiones allí en el refinado y la industria petroquímica. Pero todavía produce 1,9 millones de barriles diarios desde California, Texas, Wyoming, Luisiana y Alabama.
De acuerdo con Reclaim Finance (una ONG fundada por Lucie Pinson, ganadora del premio Goldman Environmental Prize en 2020), ExxonMobil no se ha comprometido a dejar de desarrollar nuevos proyectos de petróleo y gas, y posee 11.411 millones de barriles de petróleo en recursos de hidrocarburos todavía sin desarrollar. En los últimos tres años, además, se gastó una media de 1.400 millones de dólares anuales en exploración.
TotalEnergies
Las inversiones de TotalEnergies recorren el planeta. La multinacional francesa tiene recursos fósiles en exploración equivalentes a 6.854 millones de barriles de petróleo y repartidos entre Uganda, Australia, Papúa Nueva Guínea, Azerbaiyán, Iraq, Catar, Emiratos Árabes Unidos, Oman, Egipto, Libia, Kenia, Mozambique, Angola, Congo, Camerún, Nigeria, Brasil, Argentina, Estados Unidos, Noruega, Dinamarca y Rusia.
Según GOGEL, en los últimos tres años se han gastado 1.012 millones de dólares al año en exploración. Reclaim Finance también es clara al respecto. TotalEnergies posee 7.544 millones de barriles de petróleo equivalentes en recursos descubiertos que aún no está desarrollando.
En Europa, ha invertido más de 2.800 millones de euros en Tyra II para renovar sus instalaciones en el yacimiento de Tyra, un campo de gas que lleva más de 40 años produciendo. La nueva infraestructura entrará en funcionamiento en diciembre y producirá 2.800 millones de metros cúbicos de gas al año.
A finales de 2022, también aprobó el desarrollo de la plataforma offshore Fénix, en Argentina, con la que espera producir 10 millones de metros cúbicos de gas al año, después de que el gobierno prorrogase las concesiones en la zona hasta 2041. Pero su proyecto más ambicioso, y también más polémico, está en África, en la región del lago Alberto.
Allí ya ha comenzado a extraer los más de 1.400 millones de barriles de petróleo que se estima que tiene la reserva y está construyendo un oleoducto a través de Uganda y Tanzania junto a China National Petroleum Corporation y con apoyo de inversores locales y de Reino Unido. El East African Crude Oil Pipeline, con 1.440 kilómetros de longitud, será uno de los oleoductos más largos del mundo. Cuando esté al máximo de producción, moverá suficiente crudo como para generar 34 millones de toneladas de CO2 al año.
Chevron
La petrolera estadounidense es otra de las que mantiene una posición dominante en el mercado de los combustibles fósiles. De acuerdo con los datos de GOGEL, sus recursos equivalentes a 5.421 millones de barriles de petróleo en desarrollo la colocan en noveno lugar en la clasificación de compañías que más recursos fósiles poseen. Es también la novena por inversión en exploración, con una media anual de 1.353 millones de dólares entre 2020 y 2022.
Entre otras cosas, está poniendo en marcha una nueva plataforma de extracción en el golfo de México, frente a las costas de Luisiana, llamada Anchor. Producirá durante los próximos 30 años y tendrá una producción máxima de 30.000 barriles diarios. Solo el desarrollo del yacimiento necesitó una inversión de 5.700 millones de dólares.
También ha trabajado en la ampliación de las infraestructuras del yacimiento de gas de Leviathan, en Israel, junto a NewMed Energy. Ambas han iniciado los trabajos para construir un tercer gasoducto que entrará en funcionamiento en 2025 y permitirá incrementar la producción del campo en 14.000 millones de metros cúbicos de gas al año.
Chevron es también el principal socio de YPF (empresa argentina de energía) en el desarrollo de Vaca Muerta, en Argentina, donde la producción de petróleo ha ido cayendo en detrimento del gas extraído mediante fracking. En julio de 2023, la compañía aprobó una nueva inversión de 500 millones de dólares para Vaca Muerta, donde sus planes pasan por perforar 16 nuevos pozos.
También destaca su presencia en Nigeria. A finales del año pasado, logró cerrar 1.400 millones de dólares de financiación para construir 37 nuevos pozos en el delta del Níger. Su presencia en la zona ha encontrado una fuerte oposición por parte de las comunidades locales durante la última década, ya que la actividad industrial acaba con otros recursos, como la pesca.
Shell
Shell es otro de los nombres propios en la expansión de la industria fósil en los últimos años. La petrolera británica ha invertido 2.329 millones de dólares al año entre 2020 y 2022 en exploración de nuevos recursos (la tercera que más ha gastado, según los datos de GOGEL). Actualmente está desarrollando recursos equivalentes a 4.398 millones de barriles de petróleo en Australia, Malasia, Brunei, Kazajstán, Qatar, Omán, Camerún, Nigeria, Brasil, Argentina, Bolivia, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Noruega.
Entre otras cosas, este año empezó a operar en el Golfo de México la plataforma Vito, que se reparte con la noruega Equinor (60%-30%), formada por ocho pozos. La producción estimada en su pico más alto es de 100.000 barriles de petróleo al día.
También ha invertido mucho en la ampliación de Penguin, en el mar del Norte, donde tiene previsto perforar otros ocho nuevos pozos. Allí, la producción máxima estimada es de 85.000 barriles al día. Además, acaba de firmar un acuerdo con la brasileña Petrobras para explorar nuevas oportunidades de explotación en los yacimientos offshore del país (donde se concentra más del 90% de las reservas).
De acuerdo con Reclaim Finance, Shell ha prometido una reducción de su producción de petróleo de entre el 1% y el 2% anual para 2030 (algo insuficiente para alcanzar las cero emisiones en 2050). Además, sigue sin comprometerse a dejar de desarrollar nuevos proyectos de petróleo y gas, y cuenta con recursos reconocidos y sin explorar superiores a 7.544 millones de barriles de petróleo.
Equinor
La petrolera estatal noruega también se cuela entre las que más están invirtiendo a corto y medio plazo. De acuerdo con los datos facilitados por GOGEL, está expandiendo sus operaciones en Australia, Azerbaiyán, Angola, Brasil, Argentina, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Noruega y está desarrollando nuevos recursos fósiles equivalentes a 3.118 millones de barriles de petróleo. En los últimos tres años, además, ha invertido 1.202 millones de dólares anuales (de media) en exploración de nuevos yacimientos.
De hecho, en febrero de este mismo año, anunció que las últimas prospecciones en el mar del Norte habían tenido éxito y se habían descubierto nuevas reservas de gas y petróleo. En el mes de mayo reabrió el campo Njord, tras varias obras de actualización, alargando la vida útil del yacimiento en 20 años, y a finales del año pasado empezó la operación de la fase dos de Sverdrup, la mayor reserva que le queda a Noruega. Cuando alcance el pico de producción, esta explotación generará el 7% de la demanda de petróleo de Europa.
De acuerdo con Reclaim Finance, Equinor posee 3.203 millones de barriles de petróleo equivalente de recursos de hidrocarburos descubiertos y no explotados y no se ha comprometido a dejar de desarrollar nuevos proyectos de petróleo y gas en el futuro. Aunque se denomina a sí misma compañía energética, en 2022 Equinor dedicó 9.500 millones de dólares a petróleo y gas (en toda la cadena, de la extracción a la distribución), mientras gastó 298 millones en otras soluciones de energía y renovables.
BP
La petrolera británica acaba de empezar a operar la plataforma Argos, en el golfo de México, la quinta plataforma operativa de la compañía en la zona y la primera nueva en algo más de 15 años. Argos es, también, parte del proyecto Mad Dog 2, en el que BP ha invertido más de 9000 millones de dólares en los últimos años y con el que espera aumentar su producción en Estados Unidos hasta los 400.000 barriles de petróleo equivalente al día en 2025.
Pero la corporación fósil británica no solo tiene su vista puesta en el golfo de México. En enero, anunció nuevas exploraciones en el sur del mar Caspio, en el yacimiento gasífero de Shah Deniz. Y acaba de anunciar el inicio de la extracción de gas en la nueva plataforma gasífera en el yacimiento MJ de la India, desde donde espera producir 30 millones de metros cúbicos de gas al día (un 15% de todo lo que demanda el país).
De acuerdo con la organización GOGEL, BP está expandiéndose en Indonesia, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Mauritania, Brasil, Argentina, Bolivia, Trinidad y Tobago y Reino Unido, además de los tres países ya mencionados. Está desarrollando recursos equivalentes a 3.066 millones de barriles de petróleo, y entre 2020 y 2022 ha invertido más de 1.000 millones de dólares anuales en exploración de nuevos yacimientos.
Según Reclaim Finance, BP tampoco se ha comprometido a dejar de desarrollar nuevos proyectos de petróleo y gas. Alcanzar su objetivo de producción para 2030 requerirá la adquisición de nuevos activos o el desarrollo de nuevos yacimientos, además de los planes de expansión a corto plazo que ya han sido hechos públicos.
China National Petroleum Corporation
La industria petrolera china, articulada a través de tres grandes compañías que comparten como accionista mayoritario al Estado (China National Petroleum Corporation, Petrochina y Sinopec), sigue creciendo con fuerza e invirtiendo en los recursos fósiles del país. Su proyecto más sonado a nivel internacional, sin embargo, está en Uganda y Tanzania.
Allí, en colaboración con TotalEnergies y con el apoyo de accionistas locales y de Reino Unido, está construyendo un gran oleoducto de 1440 kilómetros de longitud que conectará el yacimiento de la cuenca del lago Alberto (con reservas estimadas más de 1.400 millones de barriles de petróleo) con el océano Índico.
De hecho, China National Petroleum Corporation (CNPC) es la compañía que más está invirtiendo en desarrollo de infraestructuras de transporte de petróleo y gas (midstream) en todo el planeta. Según datos de GOGEL, tiene actualmente en desarrollo más de 13.100 kilómetros de gasoductos y oleoductos.
De acuerdo con la organización, entre CNPC, Sinopec y Petrochina tienen también recursos en desarrollo equivalentes a cerca de 6.700 millones de barriles de petróleo. Y las tres, en conjunto, conforman también el mayor inversor en exploración, con más de 6.600 millones de dólares invertidos anualmente entre 2020 y 2022.
Una de sus grandes apuestas es la explotación del petróleo de esquisto, un petróleo no convencional producido a partir de esquistos bituminosos, en las formaciones del Gulong. CNPC asegura que a partir de 2025 podrá producir allí más de 1 millón de barriles diarios. La otra apuesta importante sigue estando en el yacimiento del Tarim, la mayor reserva del país, con una producción de 100 millones de barriles al año. Solo en 2022 construyó en esa cuenca más de un centenar de pozos.
Eni
La petrolera italiana Eni tiene, como casi todo el sector en Europa, un objetivo claro: aumentar la producción hasta 2030 y a partir de ahí mantenerla estable. De acuerdo con el análisis de Reclaim Finance, los objetivos de producción de Eni son un 70% mayores de lo necesario para alcanzar las emisiones cero de carbono a mediados de siglo.
Según la organización, Eni es también el decimoséptimo inversor en exploración de nuevos recursos, ya que gastó una media de 787 millones de dólares al año entre 2020 y 2022. De hecho, este año anunció dos descubrimiento importantes: una reserva de gas en Egipto y una reserva de petróleo en México (con 200 millones de barriles estimados). Desde la agencia de noticias Reuters señalan que también ha estado haciendo exploraciones en la cuenca de Angoche, en Mozambique, donde se estima que hay importantes reservas (pero Eni guarda silencio al respecto).
Además, a principio de 2023 empezó a trabajar en el desarrollo de un yacimiento de gas en Libia y en la expansión de sus operaciones de gas en el Congo con la construcción de una nueva planta de licuefacción de gas para exportar el gas de los yacimientos offshore de Nenè y Litchendjili. En las cercanías están las bolsas de Minsala y Nkala, también descubiertas por Eni, pero todavía sin explotar.
Repsol
La empresa española que más CO2 emite del país (10,7 millones de toneladas en 2021, según el Observatorio de Sostenibilidad) busca seguir aumentando su producción a medio plazo. Según Reclaim Finance, los objetivos marcados para 2030 son un 68% más altos de lo necesario para alcanzar las cero emisiones de carbono en 2050.
Si bien es cierto que la petrolera española está lejos de los números de las grandes compañías fósiles, desde GOGEL apuntan a que Repsol cuenta con reservas de petróleo y gas en desarrollo equivalentes a 1.170 millones de barriles de crudo, y en los últimos tres años invirtió 312 millones de dólares anuales en exploración en Papúa Nueva Guinea, Indonesia, Malasia, Vietnam, Libia, Angola, Argelia, Marruecos, Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Trinidad y Tobago, Barbados, México, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Noruega, España, Grecia, Bulgaria y Rusia.
Entre otros acuerdos, en mayo de este año pactó con Equinor y Petrobras la inversión de más de 9.000 millones de dólares en el desarrollo del proyecto BM-C-33, en la cuenca Campos en el estado de Río de Janeiro. Este proyecto implica también la construcción de una plataforma Flotante de Producción, Almacenamiento y Descarga (FPSO) que debería estar operativa en 2027.
También este año llegó a un acuerdo con Sonatrach y Pertamina para invertir de forma conjunta más de 800 millones de dólares en el yacimiento argelino de Menzel Lejmat. Estiman que cuando la ampliación esté operativa permitirá una recuperación de cerca de 150 millones de barriles equivalentes de petróleo. Además, desde el inicio de la guerra de Ucrania ha renovado su defensa del fracking en Europa como forma de reforzar la seguridad energética.
Su objetivo es convertirse en una compañía cero emisiones netas en el año 2050. Contactados por Climática, desde Repsol defienden que para el periodo 2021-2025 tienen previsto destinar un 35% de las inversiones a “iniciativas bajas en carbono”. Ese tercio al que hace referencia la petrolera no se refiere a energías renovables, o no únicamente. El concepto de “iniciativas bajas en carbono” incluye también la exploración de combustibles fósiles mediante, por ejemplo, la captura y almacenamiento de carbono (conocida como CCS). Además, el 65% de las inversiones restantes sí se destina al negocio convencional de los hidrocarburos.
Cepsa
La petrolera española, propiedad de Mubadala Investment Company, un fondo de inversión soberano del Gobierno del Emirato de Abu Dabi, no está entre las grandes empresas fósiles del planeta. Eso no impide que sea la quinta empresa que más CO2 emite cada año en España (4,9 millones de toneladas en 2021, según datos del Observatorio de Sostenibilidad).
La noticia de más calado del último año en relación con la compañía es que Cepsa completó la venta de todos sus activos de exploración y producción en Abu Dabi (donde tenía licencia hasta 2058) a TotalEnergies, lo que representa el 50% de toda su producción de petróleo. La compañía lo ha vendido como parte de su estrategia de abandono gradual del petróleo, aunque sigue operando el segundo mayor yacimiento de Argelia, extrae crudo en Perú y Colombia, y tiene tres proyectos de exploración en México.
En declaraciones a Climática, Cepsa defiende que desde 2020, si bien “han realizado inversiones de mantenimiento y optimización en sus campos de producción para implementar medidas para aumentar su eficiencia y reducir sus emisiones”, no han iniciado producción de petróleo en nuevos contratos.
No obstante, Cepsa anunció el año pasado el hallazgo de un importante yacimiento frente a las costas de Surinam, donde trabaja junto a Apache y Petrobras. Por ahora, está siendo analizado y todavía no se sabe si se podrá explotar, aunque todo apunta a que sí. De acuerdo con GOGEL, la compañía ha invertido casi 17 millones de dólares anuales en los últimos tres años en proyectos de exploración en Malasia, Tailandia, Brasil, Colombia, Surinam y México.
Fuente: https://www.climatica.lamarea.com/inversiones-futuro-empresas-fosiles/