Traducción para Rebelión de Loles Oliván.
En su página de Facebook, Saad al-Matlabi -miembro del Consejo Provincial de Bagdad por la Coalición Estado de Derecho- se mostraba satisfecho viendo un video que enseñaba la llegada a Siria de un dirigente de la milicia Asaib Ahl al-Haq, Muhammad al-Tabatabai para combatir.
Matlabi comentaba sobre el video: «Que Dios salude a todo aquel que se preocupa por nuestros lugares sagrados, que Dios se apiade del alma de nuestros mártires y que Dios bendiga a todos los resistentes que combaten contra el terrorismo y contra al-Qaida».
Inmediatamente después de que estallasen los enfrentamientos entre la oposición siria y el régimen en 2011, la oposición acusó al dirigente sadrista Muqtada as-Sader de enviar combatientes a Siria para apoyar al régimen del presidente Bashar al-Asad. Pero el gobierno iraquí negó rápidamente que as-Sader estuviera relacionado con la crisis siria e hizo hincapié en que «Iraq tiene mucho interés en no formar parte del conflicto de Siria».
Después de más de dos años de enfrentamientos entre la oposición y el régimen sirio, y de la evolución del conflicto hacia una guerra civil en algunas zonas de Siria, el gobierno iraquí liderado por el primer Ministro Nuri al-Maliki ha reconocido que milicias chiíes están combatiendo en Siria al lado del régimen de al-Asad. Pero Iraq ha negado en repetidas ocasiones que ello esté ocurriendo en el marco de «la política del gobierno iraquí», según el ministro de Relaciones Exteriores iraquí Hoshyar Zebari.
En la Plaza de la Liberación del centro de Bagdad, los carteles que elogian a los que murieron «mientras defendían en Damasco el santuario de Sayyeda Zeinab [nieta del Profeta Muhammad]» se han convertido en algo normal. Forman parte del paisaje desde hace más de un año. Los rostros y los nombres cambian, pero los carteles siempre están ahí. A las autoridades iraquíes no les queda más remedio que mirarlos cuando a traviesan este área para llegar desde el Puente de la República a la fortificada Zona Verde. Parece que los políticos se hayan acostumbrado a esos rostros de los carteles y que los ignoren ya. A pesar del descontento de los países occidentales, incluida Gran Bretaña, el gobierno iraquí no ha tomado medidas serias para evitar que los combatientes vayan a Siria.
Asaib Ahl al-Haq, una milicia que se separó del Ejército del Mahdi en 2004 y ahora dirigida por el joven clérigo Qais al-Jazali, ha afirmado que es la responsable de la colocación de los carteles.
Según se dice en los círculos iraquíes de toma de decisión, Maliki está apoyando a Asaib Ahl al-Haq directamente para debilitar al movimiento de as-Sader, pues representa un obstáculo para ganar un tercer mandato en el cargo.
Al-Monitor ha hablado con un antiguo alto cargo del Ejército al-Mahdi que ahora es el responsable de enviar a Siria a jóvenes iraquíes e iraníes que estén dispuestos a combatir. Hablando en condición de anonimato afirmaba: «[Los partidos políticos relevantes apoyan a los combatientes en Siria. […] Asaib Ahl al-Haq no está solo en la lucha siria. Hay combatientes de la Organización Badr y partidarios del marja [rango de autoridad chií] Mahmud al-Hussni al-Sarkhi. Hay 14 facciones chiíes combatiendo en Siria. Algunas de ellas se separaron de las Brigadas Abu al-Fadl al-Abbas, que durante meses ha sido la facción chií más destacada combatiendo en la zona y en los alrededores del santuario Sayyeda Zeinab de Damasco. Esa brigada está integrada por iraquíes, libaneses y sirios».
La fuente señalaba que «las dos brigadas que componen la mayor parte de los iraquíes en Siria son la de Abu al-Fadl al-Abbas, cuyo liderazgo está destinado en Damasco, y las Brigadas de Haidar al-Karar, lideradas por Akram al-Kaabi, dirigente militar de Asaib Ahl al-Haq en Iraq y que se encuentra estacionado en Alepo desde que su Brigada liberó el Aeropuerto Internacional de Alepo. […] Las Brigadas Haidar al-Karar desertaron de las Brigadas Abu al-Fadl al-Abbas tras un desacuerdo sobre la legitimidad de la lucha más allá del Santuario de Sayyeda Zeinab».
La fuente es quien transporta a los combatientes a Irán, donde reciben formación de armas en centros de entrenamiento iraníes. Los combatientes se trasladan después a Líbano y a Siria con la ayuda de Hizbolá. El transporte desde Iraq a Irán y luego a Líbano es muy sencillo. La dificultad radica, sin embargo, en cómo Hizbolá los traslada a Damasco.
Mazhar al-Yanabi, miembro del Comité de Seguridad y Defensa del Parlamento iraquí, ha negado que su Comité haya debatido sobre la cuestión de los iraquíes que combaten en Siria. Sostiene ante Al-Monitor que «los iraquíes deberían defender los lugares santos de Iraq en lugar de ir a Siria. […] No son más que parásitos que se están inmiscuyendo en [los asuntos de] los países vecinos. No tienen honor iraquí».
Cómo se transportan los combatientes ya no es un secreto. Ahora hay radicales chiíes que disponen de cuentas en Facebook en las que explican cómo llegar a Siria, la duración de la estancia y los requisitos con los que deben cumplir los combatientes para ir a la «yihad». Jóvenes que reivindican estar vinculados con la Organización Badr -dirigida por Hadi al-Aamiri, ministro de Transportes del gobierno iraquí- han creado una página de Facebook con el nombre de Badr, el ala militar. En dicha página se muestran imágenes de [iraquíes] chiíes que han muerto en Siria además de imágenes de sus cortejos fúnebres en ciudades iraquíes. Cada semana, Bagdad recibe los cuerpos de los asesinados por francotiradores en Siria aunque resulta difícil hacer fotografías de los velatorios de los muertos porque sus padres y los dirigentes de las milicias lo impiden. El castigo es severo si se intenta filmar en un velatorio, de acuerdo con lo que afrima el ex dirigente del Ejército al-Mahdi.
Después de que en mayo se profanase la lápida de Bin Udai -uno de los seguidores del profeta Muhammad- se han creado páginas en redes sociales en defensa de los santuarios religiosos en Siria. Ese suceso movilizó a jóvenes chiíes incitándoles a hacer un llamamiento a la yihad para proteger los santuarios frente a los «wahabíes». Un ejemplo de ello es la «Campaña por la Defensa del Santuario de Sayyeda Zeinab» y la página de las Brigadas de Abu al-Fadl al-Abbas. No parece que dichas páginas estén siendo controladas por el gobierno iraquí ni por las fuerzas de seguridad de Bagdad.
Ali al-Shallah, miembro de la Comisión de Cultura e Información del Parlamento iraquí, asegura que su comité «trata cuidadosamente el tema de los medios electrónicos, de manera que nuestros informes o declaraciones no se consideren medidas enérgicas contra las libertades». Sostiene ante Al-Monitor que «la Comisión de Cultura e Información envía cartas a quienes han creado esas cuentas de Facebook que llaman a la yihad para expresar nuestro punto de vista al respecto de que tales llamamientos amenazan la seguridad nacional y la libertad de expresión en Iraq. Pero no lo expresamos en declaraciones ni en documentos oficiales por temor a que se considere como represión de la libertad de opinión y de información».
Por otro lado, no está muy claro de qué modo se trasladan los combatientes suníes que luchan junto a organizaciones salafistas contra el régimen de al-Asad. No se dispone de información sobre su número ni de su relevancia en los campos de batalla de Siria. Pero de vez en cuando se producen señales de que Abu Bakr al-Bagdadi -nacido en Samarra, Iraq, y actualmente dirigente de [la organización] Estado Islámico de Iraq y al-Sham (EIIS)- está atrayendo a jóvenes iraquíes de las zonas rurales y fronterizas con Siria tentándoles con mujeres «yihadistas sexuales».
Bassem Dabbagh, escritor y analista político sirio, asegura a Al-Monitor en entrevista telefónica que «la mayoría de los combatientes iraquíes suníes en Siria están luchando bien con Yabhat al-Nusra o con el EIIS. Pero el grueso de su presencia está dentro de los «batallones de los inmigrantes», integrados por no-sirios que únicamente combaten y planifican batallas».
Omar al-Yafal , poeta y escritor iraquí, es editor de Bayt y Nazr, dos revistas que se publican en Iraq. Es asimismo editor en jefe del periódico electrónico Al-Alam al Yadid.