La fuerza aérea israelí atacó en reiteradas ocasiones a ambulancias y trabajadores de la Cruz Roja Libanesa en estas tres semanas de bombardeo. «El 23 de julio de noche nos llamaron para rescatar a una familia cuya casa había sido bombardeada. Apenas terminamos de ubicar a los tres en la ambulancia, nos alcanzó un cohete […]
La fuerza aérea israelí atacó en reiteradas ocasiones a ambulancias y trabajadores de la Cruz Roja Libanesa en estas tres semanas de bombardeo.
«El 23 de julio de noche nos llamaron para rescatar a una familia cuya casa había sido bombardeada. Apenas terminamos de ubicar a los tres en la ambulancia, nos alcanzó un cohete y todos nosotros resultamos heridos», dijo a IPS Kassem Shaulan, médico de 28 años.
La ambulancia, ahora estacionada frente a la sede de la Cruz Roja Libanesa en la ciudad costera de Tiro, muestra aún el hoyo del cohete. Se encuentra, precisamente, en el centro de la cruz roja pintada en el techo. Por dentro, apenas se reconoce el vehículo, destruido por la metralla.
Shaulan tiene varias heridas en el cuerpo, y suturas en el mentón y en la pierna. Él médico perdió parte de su capacidad auditiva.
«Había un anciano en la camilla de la ambulancia, que perdió la pierna por el cohete. Y un niño que ahora etá en coma. La tercera persona sufrió heridas críticas», dijo.
Shaulan, quien trabaja con la Cruz Roja desde hace 13 años, también es gerente de capacitación de la institución. Minutos antes del bombardeo de su ambulancia, otra, también con heridos a bordo, también recibió el impacto de un cohete.
Nadie parece sentirse seguro en ningún lugar. Durante la breve interrupción del ataque israelí tras la catástrofe en un refugio de la aldea de Qana donde murieron al menos 60 personas –más de la mitad de los cuales eran niños–, decenas de miles de personas abandonan el sur de Líbano.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU y otras agencias humanitarias han trabajado sin descanso para llevar comida a los civiles atascados en la huida.
El impasse en los bombardeos también reveló más muerte y destrucción. Miembros de la Cruz Roja Libanesa en Tiro dijeron a IPS que sus trabajadores de rescate rescataron más de 30 cadáveres de viviendas destruidas, de las calles, de automóviles, jardines y zanjas.
Después, la Cruz Roja continuó recibiendo llamados de alerta sobre muertos y heridos desde poblados de todo el sur de Líbano.
La primera llamada desde Qana llegó a las cinco de la madrugada del domingo, cuatro horas después del bombardeo.
«De inmediato dirigimos tres ambulancias hacia allí. Pero tres bombas casi alcanzan a la primera, por lo que regresamos», dijo Shaulan. Lo intentaron por segunda vez, y los aviones israelíes volvieron a atacar a las ambulancias. Por lo tanto, debieron volver a la base en Tiro.
«Intentaban mantenernos lejos» de la masacre, según Shaulan. Sólo lograron llegar a Qana en un tercer viaje, poco antes de las 9 de la mañana.
«Puedes ver que todo lo que atacan los israelíes son civiles y Cruz Roja», sostuvo el médico.
«Ahora tenemos problemas para llegar a las aldeas para recoger los cuerpos, porque bombardearon la mayoría de las carreteras y puentes antes de recomendar a los pobladores que abandonaran sus viviendas.»
Mohammad Zatar, voluntario de 32 años que trabaja para la Cruz Roja Libanesa en Tiro desde 1993, dijo que nunca antes había visto ataques contra trabajadores de rescate. «Como voluntario de la Cruz Roja, debo ser muy claro: no somos políticos. Rescatamos a cualquiera que lo necesite», dijo a IPS.
Mientras un compañero suyo descargaba cadáveres en camillas sangrientas, agregó: «Sean civiles, combatientes de la resistencia o soldados israelíes, nuestra política es ayudar a cualquier ser humano que necesite ayuda. Pero los israelíes parecen atacarnos.»
La mayoría de los cuerpos recogidos eran de mujeres y niños, dijo Zatar. «A veces vemos hombres jóvenes o de mediana edad, pero eso es poco común», aseguró.
El ministro de Defensa israelí Amir Peretz dijo el lunes ante el parlamento que su gobierno planea «ampliar y fortalecer» su ataque contra Hezbolá, el Partido de Dios libanés, islamista, chiita y prosirio. Y descartó entonces un «cese del fuego inmediato».
También el primer ministro Ehud Olmert dijo que no habría cese del fuego, y que las fuerzas israelíes continuarían luchando por mar, por aire y por tierra en Líbano. (FIN/IPS/traen-mj/dj/ss/ip pi hd/06) (FIN/2006)