Ataques casi diarios en Gaza, ocupación de Cisjordania, vigilancia de la frontera con Líbano, beligerancia contra el programa nuclear de Irán. Son muchos los frentes que Israel tiene abiertos y se ve en la necesidad de cerrar alguno. Por ello, aparece dispuesto a entregar los altos del Golán y sus reservas de agua para acabar […]
Ataques casi diarios en Gaza, ocupación de Cisjordania, vigilancia de la frontera con Líbano, beligerancia contra el programa nuclear de Irán. Son muchos los frentes que Israel tiene abiertos y se ve en la necesidad de cerrar alguno. Por ello, aparece dispuesto a entregar los altos del Golán y sus reservas de agua para acabar con las hostilidades con Siria.
Israel y Siria están manteniendo negociaciones de paz indirectas, con la mediación de Turquía, según confirmaron ayer las autoridades de ambos estados.
«Estamos dispuestos a ir lejos en las concesiones a Siria, que serán muy dolorosas», declaró el primer ministro israelí, Ehud Olmert, en una comparecencia en Tel Aviv.
Olmert subrayó «los riesgos que tenemos desde el punto de vista de la seguridad en la frontera norte», donde se encuentran Líbano y Siria, dos países que han padecido invasiones israelíes.
Los medios israelíes informaron de que dos consejeros de Olmert, Shalom Turjman y Yoram Turbowitz, se encuentran en Turquía para negociar con Siria. Medios turcos agregaron que las conversaciones tienen lugar en Estambul.
Desde Manamah (Bahrein), el ministro sirio de Exteriores, Walid Mouallem, confirmó a la agencia France Presse que su país «ha obtenido garantías de Israel para una retirada del Golán hasta la línea del 4 de junio de 1967».
El pasado 24 de abril, al-Assad ya declaró que Israel estaba dispuesta a negociar con Siria y a devolver los altos del Golán.
La ocupación por parte de Israel del territorio sirio de los altos del Golán en la Guerra de los Seis Días de 1967 -en la que también ocupó Gaza, Cisjordania y el este de Jerusalén- ha envenenado las relaciones entre los dos estados, que, técnicamente, se encuentran en guerra desde la Nakba de 1948.
En 1981, Israel se anexionó 1.200 kilómetros cuadrados del territorio ocupado, contraviniendo la legislación internacional. Desde 1967, se han instalado en el Golán 20.000 sionistas en 33 colonias.
El último punto de fricción que han tenido Siria e Israel se registró en setiembre de 2007, cuando la aviación sionista bombardeó un complejo sirio que, según EEUU, albergaba instalaciones nucleares. Damasco negó rotundamente estas acusaciones.
La importancia de esta zona radica en que alberga las principales reservas de agua de la región -un recurso extremadamente escaso-, ya que el río Hasbani, el principal afluente del Jordán, nace en Líbano y atraviesa el Golán.
De hecho, Damasco ha acusado repetidamente a Israel de haber desviado el cauce de los ríos del Golán para apropiarse del agua.
Las últimas conversaciones entre Israel y Siria fracasaron en 2000 precisamente por la negativa sionista a retirarse a la línea de 1967, es decir, hasta las orillas del lago de Tiberiades, ante el temor de perder las reservas de agua. Ese diálogo se realizó con mediación de EEUU.
Éxito de la diplomacia turca
En esta ocasión, en cambio, ha sido Turquía, uno de los pocos estados musulmanes que mantiene relaciones normalizadas con Israel, quien se ha apuntado el tanto de sentar en la misma mesa a las dos partes.
Tanto Siria como Israel agradecieron ayer a Ankara la labor de mediación llevada a cabo, en la que se ha implicado personalmente el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan.
Tras la llegada al poder en Turquía del islamista AKP, Ankara prestó más atención a Oriente Medio, una región que le es vecina -comparte frontera con Siria-, pero que quedaba en un segundo plano debido a la política de acercamiento a la UE.
El principal consejero de Erdogan, el profesor Ahmed Davutoglu, ha viajado, con el rango de embajador, en repetidas ocasiones a las capitales siria, israelí, palestina y de varios países árabes para tentar el terreno y ver si era posible entablar una negociación.
Este académico, calificado como neootomano, refleja la voluntad del Gobierno turco de tener más presencia en Oriente Medio, un territorio que perteneció al Imperio Otomano hasta el fin de la Primera Guerra Mundial.
Haciendo caso omiso a las quejas de Washington, Ankara ha estrechado los lazos con Damasco, especialmente desde que expulsaron al líder del PKK kurdo, Abdullah Öcalan, y con Teherán.
Tras darse a conocer las conversaciones, el canal 2 de la televisión israelí (privado) realizó una encuesta en la que el 70% rechazó realizar concesiones territoriales a Siria, el 57% atribuyó los contactos a las dificultades de política doméstica de Olmert [será interrogado mañana por un juez por una causa de corrupción] y el 58% consideró que el primer ministro israelí no ha recibido autorización para negociar con Siria.