Si en los medios de comunicación dominantes destacan las grandes noticias, otras no están recibiendo suficiente atención. Por ejemplo, la Administración israelí de Educación para Jerusalén (JEA por sus siglas en inglés) ha decidido recientemente imponer el uso de nuevos libros de texto censurados en todas las escuelas privadas de Jerusalén Oriental. La JEA es […]
Si en los medios de comunicación dominantes destacan las grandes noticias, otras no están recibiendo suficiente atención. Por ejemplo, la Administración israelí de Educación para Jerusalén (JEA por sus siglas en inglés) ha decidido recientemente imponer el uso de nuevos libros de texto censurados en todas las escuelas privadas de Jerusalén Oriental. La JEA es un organismo conjunto de la municipalidad de Jerusalén y del Ministerio de Educación de Israel. En la actualidad, las escuelas públicas palestinas de Jerusalén Oriental administradas por la JEA ya están obligadas a utilizar libros de texto censurados expedidos por Israel; la JEA está tratando de obligar a las escuelas privadas para que los usen también a pesar de no tener ninguna autoridad sobre ellas.
La decisión fue una iniciativa del miembro del Parlamento israelí, Alex Miller del [partido] Yisrael Beitenu, quien es también jefe del Comité de Educación del Parlamento. Miller declaró (en hebreo) que en Jerusalén Oriental «los planes de estudios deben y tienen que ser israelíes».
Al comienzo del año académico 2011-2012, los estudiantes y padres de familia protestaron contra la decisión de imponer los nuevos planes de estudios censurados en sus escuelas. Los estudiantes y los padres han amenazado con intensificar sus protestas si la JEA mantiene su presión y han dicho que no asistirán a las escuelas si la administración de las escuelas cumple con la decisión de la JEA. Esta acción del Ministerio de Educación israelí es completamente ilegal según el Derecho internacional, que considera que Jerusalén Oriental es un territorio ocupado; como tal, la medida constituye otra violación directa de la Cuarta Convención de Ginebra y del Convenio Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en particular su artículo 13. La medida pretende deformar la identidad palestina: los cambios en los libros de texto son peligrosos y no se pueden ignorar.
He obtenido una copia de un informe que pone de relieve las modificaciones realizadas por la JEA en los libros de texto palestinos que han sido utilizados desde la firma de los Acuerdos de Paz de Oslo en 1993. El informe enumera la mayoría de los cambios realizados en los libros de texto usados desde primer grado hasta décimo.
- El logotipo de la Autoridad Palestina que estaba impreso en todas las cubiertas de los libros ha sido eliminado y reemplazado con el logo de la Municipalidad de Jerusalén.
- En los libros de texto censurados se han eliminado todas las menciones e imágenes de la bandera palestina, incluso en los cuadernos de colorear para los niños de seis años.
- Asimismo, en los libros de texto de primer grado, se ha eliminado de las versiones censuradas un relato sobre una mujer presa que regresa a casa, y un poema sobre «el amanecer de la libertad».
- Se ha eliminado toda mención del término al-Nakba (que significa «la Catástrofe, y que se refiere a la dispersión/éxodo de 1948) y del derecho palestino al retorno, incluyendo poemas de poetas palestinos exiliados que expresan su anhelo por la hermosa patria. También han sido eliminados poemas y canciones sobre la belleza de los paisajes palestinos o poemas que mencionan los puestos de control israelíes.
- La Historia previa -de centenares de años atrás-ha sido igualmente censurada. En el libro de texto de cuarto grado, la historia de Saladino y la batalla de Hattin han sido borradas de la existencia sin razón aparente. Del mismo modo la historia sobre el asedio de Acre durante la invasión napoleónica ha sido eliminada.
- De hecho, todas las menciones a la ciudad de Acre han sido eliminadas, incluyendo un poema que llama a Acre «la novia del mar» y un relato sobre los estudiantes que visitan la ciudad por primera vez. Además, se han eliminado todas las menciones de Jerusalén como Al-Quds; un relato del libro de texto de segundo grado sobre un viaje de estudios a la ciudad vieja de Jerusalén también ha sido eliminado.
- Se ha eliminado toda mención de Israel como fuerza ocupante y de Jerusalén Oriental como ciudad ocupada. El objetivo es asegurar el control israelí sobre los territorios palestinos ocupados tras las líneas de armisticio de 1967. Además, ya no se hace referencia alguna en ningún lugar a los palestinos del interior de Israel en tanto que palestinos.
- Se han eliminado los relatos, canciones y poemas sobre la primera y segunda intifada. He aquí un ejemplo que cita el informe de una canción eliminada que la JEA acusa de incitar a la violencia: «Jerusalén está a la espera de que la oscura ocupación desaparezca y de que llegue el esplendoroso día de la libertad». Esta es la única parte de la canción citada en el informe.
- En los manuales de geografía de los estudiantes de octavo, se ha suprimido por completo la lección que trata del problema de la contaminación en el medio ambiente palestino apuntando a las aguas residuales vertidas desde los asentamientos a las aldeas palestinas de Cisjordania. Asimismo, en todos los manuales de geografía los datos sobre la crisis del agua palestina -como la del valle del Jordán, donde unos 8.000 colonos reciben 20 veces más agua que casi los 2,5 millones de palestinos que viven en Cisjordania- se han eliminado por completo en los libros de texto recién censurados.
- En los libros de Historia de noveno y décimo grado, se ha eliminado casi todo su contenido. Unidades enteras que se ocupan de la cuestión palestina desde la época de la Declaración Balfour (1917) hasta al-Nakba (1948) se han eliminado dejando las páginas en blanco para que los estudiantes las miren.
David Ben-Gurion dijo una vez en una conversación con Nahum Goldman: Es natural: les hemos quitado su país […] ¿Por qué deberían aceptarlo? Tal vez lo puedan olvidar en una o dos generaciones pero por el momento no hay ninguna posibilidad.
No hemos olvidado, y nunca se nos podrá obligar a que olvidemos.
Este problema es peligroso más allá de su descripción; tales actos ilegales no deben pasar desapercibidos. La gente tiene que actuar con rapidez y apoyar a las escuelas que se han negado a distribuir esos libros de texto engañosos. La JEA acaba de amenazar con cortar los fondos a esas escuelas, que están en necesidad de apoyo.
Toda persona tiene derecho a preservar su identidad, su patrimonio y su Historia. Todas las personas tienen derecho a recibir una educación adecuada en las escuelas que asisten; nadie merece recibir propaganda politizada y censurada al objeto de controlar las mentes de los jóvenes de cualquier manera. No podrán obligarnos a olvidar ni podrán obligarnos a ignorar nuestra propia identidad.