Desprecio al mundo, inseguridad del mundo. Un ente atómico, colonialista y racista, en contínua guerra de agresión contra la población autóctona de Palestina, no es beneficioso para los pueblos, siempre bajo la explotación y vigilancia a que les somete el actual imperio; pero además, ese ente creado para tal fin en tierra de Palestina, como […]
Desprecio al mundo, inseguridad del mundo. Un ente atómico, colonialista y racista, en contínua guerra de agresión contra la población autóctona de Palestina, no es beneficioso para los pueblos, siempre bajo la explotación y vigilancia a que les somete el actual imperio; pero además, ese ente creado para tal fin en tierra de Palestina, como punto de apoyo al dominio geoestratégico de la mayor potencia mundial, ese ente, decíamos, una vez creado no ha detenido su propósito de dominación en el área, ha conseguido dividir el frente unido árabe en torno a la causa palestina, una vez hecho eso ha fomentado el derribo de gobiernos laicos, con características de igualdad y mejora social, y ha magnificado y alentando corrientes religiosas enfrentadas, … para llegar a lo que hoy tenemos a la vista, nadie resiste al racista Israel más que la población palestina. Nos debemos preguntar: ¿las armas que utilizan los llamados israelíes de cuántos y de qué gobiernos son?; ¿cómo se llama el calibre ideológico de esos gobiernos y de los sionistas?, ¿cuál es el fin de poner sus armas en manos de los invasores, y cuál es el fin de los invasores al usar esas armas? Unos y otros beben en la tradición coral de los asesinos del mundo (Hitler, Franco, Mussolini); sus voces, las voces imperialistas, las voces de quienes alimentan el sionismo y la voz del sionismo, manifiestan la visión de los criminales que han labrado la historia: los hechos están presentes.
Las «primaveras árabes», que no eran revoluciones, pues no tenían dirección revolucionaria, propósito de transformación social, ni planificación de la lucha en torno a objetivos definidos, desembocaron en cambios de gobiernos, pero sólo eso, y antes, durante y después hubo ataques del imperio estadounidense y sus aliados europeos que arrasaron con vidas y bienes en el norte de África y Oriente Medio. Lo que está ante nuestros ojos es la vuelta a la colonización: la participación del ente sionista financiando, armando, organizando a los terroristas, ha servido para someter al entorno a la guerra con sostenimiento occidental, es su vuelta a la zona geoestratégica que perdió en el siglo XX.
Los colaboradores de Israel, Arabia Saudí y Qatar, según la misma Hilary Clinton, son también protectores y financiadores, como el gobierno estadounidense, de quienes asolan Libia, Iraq o Siria. No es casual que Israel sea el contrario de los Tribunales Internacionales, el contrario de las Resoluciones de la ONU, el contrario de los Acuerdos de las Convenciones de Ginebra, el contrario del Tratado de No Proliferación Nuclear,… y que debido a su filosofía fascista impida la vuelta de los millones de refugiados palestinos a su propio país, mantenga la ilegalidad de bloquear a Gaza, siga creando asentamientos coloniales en Palestina, encierre en batustanes a la población y la impida comunicarse.
El sicariato israelí y los pueblos participan de intereses opuestos, para el primero el asesinato es la base de su existencia: cantan los sionistas una canción que titulan «Venganza»: «matar palestinos, matar palestinos, tenemos sed de sangre de los palestinos». Para los pueblos, la base de su existencia es la soberanía, la independencia y la paz en justicia. En su día, tras las dos guerras en Europa, los gobiernos implicados declararon en los documentos de fundación de los organismos pacificadores, que se creaban con tales fines, soberanía, independencia y paz, y mantendrían el respeto y la colaboración por la justicia y la igualdad.
En esos Organismos Internacionales se declara a los sionistas condenables y son condenados; pero en el diario común de muchos gobiernos, firmantes de los organismos de paz, se muestran colaboradores del fascismo sionista o símplemente equidistantes declarando que «las dos partes tienen que hablar»: si los primeros presentan a los sionistas y les otorgan puestos de influencia en centros de poder decisivo, los segundos consienten, con lo que ayudan a que el criminal no detenga su accionar. Así se normaliza la injusticia, se da carta de naturaleza al genocidio del pueblo palestino.
El gobierno de EEUU es tan contrario al Derecho Internacional, al Derecho de los Pueblos, a los Derechos Humanos que da a conocer la entrega de sumas inmensas de dinero y armas a Israel, la última entrega declarada reune la cifra de 38.000 millones de dólares, el sionismo recibe la mayor inversión de EEUU en el mundo. En la recuperación colonialista a través de Israel, invierten en el ente sionista, además de EEUU, numerosos gobiernos europeos, Inglaterra, Francia, Alemania, España, Italia, Grecia, Rumanía… y también Rusia y China.
La justicia e igualdad de los pueblos, la ética política, la creación de un mundo mejor, les importa una higa: puño, y el pulgar levantado entre el índice y el medio. El ejemplo puede ser el asalto al barco Zeitouna, un barquito de paz con el que un grupo de mujeres se proponían romper el bloqueo ilegal, que dura ya 10 años, al millón ochocientas mil personas, en su mayoría refugiadas, de la Franja de Gaza. El colonialismo, renovadas sus fuerzas, se reagrupa para vengarse.
La Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar declara que el territorio marítimo de un país es de 12 millas, y pueden alcanzar las 24 con el fin de impedir infracción de leyes a reglamentos del mar. Sin embargo, Israel no deja salir a los palestinos de un espacio de entre 3 y 6 millas. Israel, en los hechos, es hoy la expresión del desprecio al mundo y del peligro para el mundo.
Para Israel es prioritario que la gente no crea en los pueblos que luchan, que son o aspiran a ser soberanos e independientes: no quiere que los pueblos miren y admiren al pueblo palestino, que se resiste y nos llama. El colonialismo, Israel, es el resultado del convencimiento antidemocrático, es el fascismo de hoy. Su desafío a las instituciones que proclaman el derecho a la igualdad y la justicia es su declaración de guerra a quien resista al colonialismo-imperialismo.
Ejemplo en esa dirección: Un buque de guerra de EEUU, el Uss Masson, que apoyaba a Arabia Saudí en su asalto a Yemen, navegaba el 10 de Octubre por el Mar Rojo cuando desde territorio de Yemen, dicen los estadounidenses, le dispararon dos misiles de crucero que no le alcanzaron. Los yanquis, dicen que en respuesta, han bombardeado la zona costera en la que Yemen tiene sistemas de comunicación y detección; los yemenies afirman que se han inventado una excusa. La declaración pública del portavoz del gobierno estadounidense tiene el mismo tono despreciativo y amenazante del sionismo: «Cualquiera que perturbe la libertad de navegación o ponga en riesgo los buques de EEUU asumirá las consecuencias, lo hace bajo su propio riesgo.» El bombardeo estadounidense a Yemen en apoyo de Arabia Saudí se produce después de que Yemen sufriese un ataque aéreo saudí, con el apoyo del barco estadounidense, sobre la capital de Yemen, bombardeo que acabó con la vida de 140 personas y causó 525 heridos.
Rodolfo Walsh decía que la burguesía siempre quiere que olvidemos las lecciones de nuestra experiencia, que no tengamos memoria, que no tengamos historia, que no tengamos ni héroes ni mártires, que no tengamos conciencia de lo que somos, que no aprendamos, que siempre estemos empezando, que la historia resulte de su propiedad privada. En otra ocasión concluyó: El pueblo aprendió que estaba solo… El pueblo aprendió que estaba solo y que debía pelear por sí mismo y que de su propia entraña sacaría los medios, el silencio, la astucia y la fuerza. Recurro a él porque amaba a Palestina y le dedicó una parte de su escritura, les recomiendo fervientemente su trabajo «La Revolución Palestina», lo puede encontrar en internet facilmente, allí expone las características de ese pueblo tan castigado y tan esperanzado como manifiesta su ejemplo de lucha contra el colonialismo-imperialismo sionista. El aumento de los acontecimientos más desgraciados en Oriente Medio es por su impulso a la división árabe ante el problema palestino, al fomentado enfrentamiento entre naciones, a las invasiones, a la introducción de ejércitos mercenarios, … la inestabilidad y la falta de paz en Oriente Medio tiene connotaciones israelíes y estadounidenses. Mientras, los sionistas roban la tierra, incursionan y crean asentamientos, levantan un muro encerrando y separando a los palestinos, tiran sus casas con escavadoras, los asesinan impunemente, hacen miles de prisioneros y expulsan más allá de Palestina a sus habitantes… EEUU hace guerras aduciendo de manera burlesca que es por los Derechos Humanos o contra el terrorismo, y causa millones de muertos y refugiados, sostiene dictaduras, fomenta la división territorial entre los habitantes del área… y cuando habla con voz de guerra dice: «Cualquiera que perturbe la libertad de navegación o ponga en riesgo los buques de EEUU asumirá las consecuencias, lo hace bajo su propio riesgo.»
EEUU e Israel coinciden: Israel sigue extendiendo su supremacía en Palestina y el conjunto de la zona; EEUU lleva a cabo su plan geoestratégico empleando sobre el terreno un ejército mercenario de yihadistas. Y todo esto va a más porque está en marcha, y va en aumento, desde la mitad del siglo XX, una serie de factores terriblemente negativos a nivel mundial, a nivel regional y a nivel local: a nivel mundial porque al crearse la ONU se dispuso la partición de Palestina sobre las espaldas de su pueblo, al que se le prometió el derecho a su independencia pero que tras robarle parte de su territorio se incumplió, y en torno a esa determinación colonialista, y andando en el tiempo, se constata el peso del sionismo y el imperialismo para anular el papel de la ONU y hacer que resulte un organismo internacional anticolonialista inoperante; a nivel regional han destruido la colaboración y defensa de los derechos de Palestina, y hoy se pasa por encima de los derechos del pueblo palestino; y a nivel local, a nivel palestino, la Autoridad Nacional Palestina se consume en sí misma atada por acuerdos que, además de favorecer a Israel, los representantes del ente se burlan de ellos en público llegando a declarar que en caso de ser la otra parte nunca los habrían firmado. Ante los ataques contínuos y desprecios la ANP manifiesta alguna que otra queja, pero sobre todo una gran incapacidad para determinarse a defender a su pueblo, causándole así más humillación y dolor, a pesar de que éste se levanta en las cárceles israelíes y en las calles de su país contra la ocupación.
¿Quién desprecia al mundo? ¿Quién causa inseguridad en el mundo? El tiempo apremia.
Ramón Pedregal Casanova es autor de «Gaza 51 días», «Dietario de crisis», «Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios». Presidente de la Asociación Europea de Cooperación Internacional y Estudios Sociales, AMANE.
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