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Israel esconde sus tensiones internas apalizando a palestinos

Fuentes: El Salto

La invasión de la mezquita de Al Aqsa por parte de ejército y colonos israelíes supone un episodio más en la escalada de violencia del gobierno de un Netayahu expuesto a las críticas por su golpe contra el poder judicial.

Los jerusalemitas que acuden a la llamada a la oración de la mezquita de al-Aqsa saben que hacerlo comporta riesgos, pero nunca pueden predecir de dónde vendrán. El martes 4 de abril, entre muchas otra vías, lo hicieron a través de las ventanas. El ejército israelí reventó las cristaleras del edificio sagrado, el tercero más preciado de todo el planeta por el islam, para lanzar latas de gas lacrimógeno y granadas de sonido a su interior. Los soldados penetraron la mezquita en medio del caos y del terror para golpear los fieles que se encontraban en ella. 

Ayer miércoles, las agresiones vinieron a pie. A primera hora de la mañana, hordas de soldados armados interrumpieron la oración de decenas de civiles palestinos, echándolos a empujones. Su expulsión permitió la entrada de colonos israelíes.

La violencia ejercida durante las últimas horas por lo que los palestinos llaman “las fuerzas de la ocupación” ha incluido el uso de porras y de balas de goma. Los uniformados israelíes han detenido alrededor de 400 personas, y 540 heridas han resultado heridas, según declaraciones de grupos de como el observatorio de derechos humanos Euro-Med. La investigadora legal de la organización, Carma Estetieh, recuerda la ilegalidad de las agresiones israelíes: “el derecho internacional considera Jerusalén Este como un territorio ocupado, cosa que responsabiliza a las autoridades ocupantes del cuidado de los derechos humanos y de la ley”.

Francesca Albanese, la Relatora Especial de las Naciones Unidas para los Territorios Palestinos Ocupados, ha lamentado públicamente “la falta de cobertura de los medios de comunicación y la ausencia de análisis de los acontecimientos que se desarrollan en Jerusalén”, algo que considera “preocupante”: “Israel continúa oprimiendo a los palestinos, incluso cuando se reúnen para orar”, concluye Albanese.

Tanto los Estados Unidos como la Unión Europea han sacado del cajón sus habituales comunicados de preocupación. Esta vez lo ha hecho el portavoz de Asuntos Exteriores de Bruselas, Peter Stano: “La UE está profundamente preocupada por las tensiones crecientes y por la violencia que hemos visto en el recinto de la Mezquita de al-Aqsa”. A pesar de la supuesta consternación, nadie espera más que palabras. Mientras, la financiación y la permisividad no dejan de beneficiar las autoridades israelíes, instaladas en la falta de respeto por los derechos humanos.

Los comunicados de la Liga Árabe van un paso más allá y parecen mostrar empatía con la respuesta que pueda tener lugar sobre el terreno por parte de militantes y civiles palestinos. En un comunicado, el club de países árabes ha advertido que “las maneras extremistas que controlan la política del gobierno israelí van a llevar a confrontaciones generalizadas con los palestinos si no se les pone fin”.

Cabe recordar que la violencia en al-Aqsa llega horas después de que fuerzas militares israelíes asesinaran a dos palestinos en una nueva incursión en la ciudad de Nablus. Con ellos, son más de 90 las personas palestinas muertas a manos del ejército israelí en lo que va de 2023.

Israel conoce el camino hacia la guerra y parece que no le importa transitarlo. Agresiones similares a esta destacada mezquita de Jerusalén provocaron el conflicto armado con las milicias de Gaza en mayo de 2021. Ahora, los dirigentes israelíes podrían buscar la manera de que el mundo y su propia población se olviden de las tensiones internas alrededor del “golpe judicial”, como se conoce el intento del gobierno de Benyamin Netanyahu de suprimir el contrapoder que supone el Tribunal Superior.

Cálculos partidistas a un lado, ataques anti-palestinos como los de estos días no son sorprendentes. El ministro de Seguridad, Itamar Ben-Gvir, es un adorador de personajes como Baruch Goldstein, un terrorista que en 1984 asesinó en Hebrón a 29 palestinos musulmanes mientras rezaban en el interior de una mezquita. También se conoce la percepción que tiene sobre los palestinos el jefe de la policía israelí, Kobi Shabtaii. En una entrevista reciente en el diario israelí Haaretz, el dirigente declaró: “No hay nada que podamos hacer sobre ello. Los árabes se matan los unos a los otros, es su naturaleza y mentalidad”.

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/ocupacion-israeli/israel-esconde-tensiones-internas-apalizando-palestinos