Traducido para Rebelión y Tlaxcala por Juan Vivanco
Silvia Cattori: Mientras el estado de Israel mantiene la franja de Gaza completamente aislada y continúa, en la zona norte, su guerra cínicamente bautizada «Lluvia de verano» -que ya ha matado a unas 200 personas y ha herido a varios miles-, ¿puede confirmar, como dicen muchos testigos, que Israel, con el pretexto de luchar contra el «terrorismo» o de buscar al cabo Shalit, está llevando a cabo su plan de depuración étnica?
Hasán: Es terrible. Hacen todo lo posible para echarnos de aquí. Todos sabemos que el terror desencadenado con más intensidad en las últimas semanas forma parte de un plan que pretende empujarnos cada vez más lejos. El primer aviso da 24 horas a las familias para que salgan de sus casas. El segundo sólo les da 15 minutos. Sigo pensando que nunca conseguirán expulsarnos, como no nos maten a todos. Estos son campos de refugiados. La gente ha rehecho su vida aquí, a la espera de volver a sus hogares. No olvidamos que en los últimos años el ejército israelí ha destruido en Gaza cerca de 6.000 casas y 50.000 personas han quedado en la calle.[1]
SC: Entonces, ¿es semejante a lo que ha pasado en el sur de Gaza? ¿Significa que la guerra actual no tiene por finalidad, como dice Israel, «erradicar a los terroristas», sino expulsar a la población de una zona nueva que codicia?
H: Sí, el plan de Israel sigue siendo el mismo. En el sur de Gaza Israel ha estado empujando a los refugiados para ampliar la zona que ya se había anexionado en operaciones anteriores. Desde hace algún tiempo, la situación en el norte de Gaza es la misma. El ejército propaga rumores falsos sobre túneles o casas donde se guardan armas y así tiene un pretexto para arrasarlo todo. Es su manera de decir: «marchaos o morid». En Líbano es terrible, los israelíes están haciendo lo mismo, pero de un modo aún más masivo. Amir Peretz ha hablado de «limpiar» el sur de Líbano. La gente huye en masa. Si no les da tiempo de marcharse, como en Caná, hay una matanza.
SC: ¿Los que no huyen se disponen a morir?
H: No, no se disponen a morir, pero les matan igual. Cualquier casa puede ser un blanco.
SC: ¿Las mujeres no temen quedarse con sus hijos?
H: Las mujeres son más fuertes que los hombres. Si las mujeres fueran miedosas, el miedo entraría también en el ánimo de los hombres. Son ellas quienes les dicen que se puede luchar contra Israel a pesar de su superioridad militar. Son ellas las que animan a los hombres a resistir. Es a ellas y a sus hijos a quienes defienden los hombres.
SC: Abu Mazen sigue reuniéndose con oficiales egipcios a fin de conseguir garantías para los secuestradores y lograr la liberación del cabo. ¿Si le sueltan cesaría la agresión militar contra Gaza?
H: Israel siempre nos ha atacado, incluso cuando nuestro pueblo no hacía nada. Creemos que la guerra que ha desencadenado desde junio no tiene nada que ver con la captura del cabo. Creemos que la guerra espantosa que ha desatado Israel en Gaza lo que pretende es quebrar nuestra voluntad de resistir y expulsarnos por la fuerza. Por mucho que Abu Mazen diga que no debe condicionarse la liberación del soldado francés al intercambio por las mujeres y los jóvenes prisioneros palestinos, el pueblo sabe que Israel nunca ha cumplido sus compromisos y piensa que no hay que ceder en nada antes de que liberen a los prisioneros palestinos. Israel es un mosquito que podría ser vencido fácilmente, si los estados árabes se propusieran de verdad liberar a sus pueblos de su dominio.
[1] En Rafá, al sur de Gaza, el 16 de marzo de 2003, Rachel Corrie, del International Solidarity Movement (ISM) pereció aplastada intencionadamente por una excavadora militar Caterpillar cuando intentaba oponerse a la demolición de una casa. También en Rafá un soldado disparó contra el fotógrafo británico Thomas Hurndall, vinculado al ISM, y le hirió gravemente (murió en febrero de 2004). También en Rafá los soldados israelíes acribillaron al periodista James Miller en mayo de 2003. Con estos asesinatos Israel quería provocar una desbandada de extranjeros y evitar que fueran testigos de los crímenes perpetrados a gran escala por su ejército.
Juan Vivanco es miembro de los colectivos de Rebelión y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción es copyleft y puede reproducirse libremente a condición de mencionar al autor, al traductor y la fuente.