Israel ha lanzado un castigo colectivo contra los prisioneros palestinos tras la fuga de seis de ellos el pasado lunes. Además, ha reprimido con unidades militares las protestas de los presos por las restricciones, traslados y medidas de aislamiento. También varios familiares han sido detenidos.
Israel sigue sin encontrar a los seis palestinos fugados de una prisión de alta seguridad el pasado lunes, y ha dirigido su venganza a los presos y a los familiares de los huidos.
Palizas, registros, traslados han elevado la tensión en las cárceles. Las incursiones más violentas, en las que han intervenido unidades especiales del Ejército, se han producido en las prisiones de Negev y Rimon.
Israel ha empezado dispersar a unos 400 prisioneros de Yihad Islámica –a la que pertenecían cinco de los seis fugados– entre varias cárceles con el objetivo de separarlos y que en cada celda no haya más de un preso del grupo.
Los presos internados se han opuesto a las medidas, que también incluyen limitaciones de horarios de salir a los patios, cierres de duchas y lavanderías, y se han enfrentado en algunos casos a las fuerzas israelíes, concretamente en la prisión de Ketziot, en el sur del país, donde han quemado varias celdas.
También han protestado en la cárcel de Ofer, en Cisjordania, donde, tras la intervención de las fuerzas israelíes, los presos han recibido nuevos castigos y han continuado los traslados. En ella han quedado aislados 34 prisioneros trasladados desde la prisión de Gilboa, donde se produjo la fuga.
200 dispersados
Según fuentes israelíes, se han dispersado así ya 200 presos y el resto serán trasladados al final de la semana.
Ante
la situación, el Club de Prisioneros Palestinos ha alertado de que lo
que está sucediendo dentro de las prisiones es una «verdadera guerra«
librada por la administración israelí contra los prisioneros indefensos
que pone en peligro sus vidas, como actos deliberados de venganza
colectiva por la fuga de los seis prisioneros.
Además ha hecho un llamamiento urgente a la comunidad internacional para que intervenga y ponga fin a los ataques.
Policía,
Ejército y cuerpos de inteligencia israelíes siguen la búsqueda de los
fugados, la mayoría de los cuales cumplía cadena perpetua, con controles
y drones en Cisjordania y las inmediaciones de Gaza, donde además ha
desplegado más unidades de combate y observación aérea.
Los reos escaparon por un túnel de una de las prisiones de más alta seguridad del país.
Detención de familiares
Pero la venganza israelí se ha dirigido también a sus familiares. De
madrugada, las fuerzas de seguridad israelíes detuvieron a cinco de
ellos en la provincia de Jenín e hicieron redadas en casas y tierras de
aldeas de la zona.
Dos hermanos de Mahmoud Ardah, encarcelado
desde 1996, y presentados por los medios locales como el arquitecto de
la fuga, han sido arrestados por el Ejército israelí, según el Club de
Prisioneros Palestinos.
El primo de Mahmoud Ardah, Mohammad, también huyó de la prisión de Gilboa. Dos de los hermanos de este último fueron detenidos, así como el médico Nidal Ardah, miembro de su familia.
El padre de Munadel Infeiat, otro fugitivo, también fue detenido, según esta fuente que ha añadido que es posible que otros familiares de los fugitivos hayan sido arrestados. Según Amani Sarahneh, portavoz del Club de Prisioneros Palestinos, algunos familiares habían sido interrogados y liberados.
Israel ha prohibido publicar información sobre la investigación.
Manifestaciones de apoyo
«Detener a alguien para obligar a un ser querido a hacer algo es el estilo de la mafia», ha tuiteado Omar Shakir, director de la ONG Human Rights Watch para Israel y los Territorios Palestinos.
«Todo prisionero tiene derecho a buscar una forma de lograr su libertad», afirmó el martes el primer ministro palestino, Mohammad Shtayyeh, que dijo estar feliz por la fuga.
Manifestaciones en Nablus, Ramalah y Jenin han mostrado su apoyo de los fugitivos. En la Franja de Gaza y en Jenin, ciudad del norte de Cisjordania de donde proceden algunos fugitivos, muchas personas salieron a las calles el lunes para celebrar la fuga de los prisioneros, que se han convertido en héroes, pero también de los hombres más buscados por Israel.