Traducido por Manuel Talens
Gilad Atzmon es único en su posición, sin precedentes en su discurso e inequívoco en sus declaraciones. En calidad de jazzman de origen israelí y de activista antisionista, propaga y proclama sus opiniones antiisraelíes de manera explícita cada vez que se le presenta la oportunidad.
Como músico virtuoso de los saxofones soprano, tenor y barítono, del clarinete, el sol, la zurna y la flauta, ha ganado varios premios internacionales hasta la fecha, entre ellos el BBC Jazz Award 2003, y está considerado como el artista de más futuro en su categoría.
Desde su posición de activista antisionista a pesar de su origen israelí, Gilad Atzmon reniega sin cesar de su pertenencia al Estado judío y proclama que simplemente nació allí, nada más, no pudo elegir, y que no siente simpatía, compasión o nostalgia alguna por el Estado colonial de Israel.
Desde hace varios años ha escrito muchos artículos y ha dado muchas conferencias, participa en todos los eventos que puede para condenar la beligerancia histórica de Israel en los territorios ocupados de Palestina y, en la actualidad, se dedica a cabildear de forma activa viajando a diferentes países para informar a la opinión pública sobre la masacre de Gaza y la matanza de civiles inocentes, niños y mujeres, en la Franja.
Hasan Uncular: ¿Por qué Israel se suele saltar siempre el Derecho internacional y no le preocupan los acuerdos?
Gilad Atzmon: Asumo que el israelí está imbuido de un sentimiento de superioridad que tiene algo que ver con una interpretación laica de la noción de pueblo elegido. Al fin y al cabo, Israel es el Estado judío. A pesar de que es mayoritariamente una sociedad laica, se las arregla para mantener la herencia judaica de supremacía racial. En realidad es la interpretación nacionalista laica de la tradición judía lo que se ha convertido en una inclinación criminal colectiva. Vale la pena señalar que mientras que en el contexto judaico la noción de pueblo elegido se interpreta como un peso moral a través del cual se exige a los judíos que se comporten como un ejemplo de conducta ética, en el Estado judío la noción de pueblo elegido se interpreta como un permiso para dominar y matar. Dado que los israelíes se consideran a sí mismos como el pueblo elegido, está claro que son ajenos a cualquier preocupación ética o moral. Además, no les preocupa en absoluto lo que piensen otros pueblos o naciones. Ben Gurion definió este comportamiento arrogante en los años cincuenta cuando dijo, «no importa lo que los gentiles digan, lo único que importa es lo que los judíos hagan».
HU: ¿Tiene alguna trascendencia la reacción del primer ministro Erdogan en Davos?
GA: Para mí está claro que Erdogan fue muy valiente al enfrentarse a las mentiras israelíes en un escenario internacional. Más aún, puso el dedo en la llaga al desenmascarar al mayor símbolo de dichas mentiras. Me estoy refiriendo al criminal de guerra Shimon Peres, quien a pesar de su devastador pasado ( Kefar Kana , reactor nuclear Dimona etc.), se las ha arreglado para que le den un Premio Nobel de la paz. A juzgar su contribución al proyecto Dimona WMD, hubiera sido más apropiado darle un Premio Nobel en física nuclear.
HU: ¿Podría actuar el lobby judío contra los judíos con conciencia?
GA: Buena pregunta, pero no soy ningún experto en tácticas del lobby judío. Dicho lo cual, soy muy consciente de su influencia. Mientras la economía británica laborista esté dirigida por un sionista rabioso como el mercachifle Lord Levy o el jefe de gabinete de la Casa Blanca sea otro sionista rabioso, tendremos que esperarnos que los intereses sionistas controlen nuestra realidad y eso significa muchos conflictos, matanzas y sangre de civiles inocentes.
Sin embargo, hemos de tener en cuenta que la marea está cambiando. Lo que vemos y escuchamos en Gaza está dando lugar a una indignación masiva contra Israel y sus lobbies en todo el mundo. No puedo saber lo que harán los lobbies judíos contra Erdogan, probablemente lo presentarán como su nuevo protagonista antisemita. Ya sabemos que no hace falta mucho para llegar a serlo. Antes, un antisemita era aquel que odiaba a los judíos, pero ahora es aquel que los judíos odian.
Pero habrá que tener en cuenta que la amistad de Turquía es muy importante para Israel. Turquía ha sido el único amigo de Israel en la región. Últimamente fue quien negoció con Siria. Por decirlo con pocas palabras, Israel necesita a Turquía.
HU: ¿Cómo se verán afectadas las relaciones entre Israel y Turquía después del enfrentamiento entre Erdogan y Peres en Davos?
GA: La verdad es que prefiero no responder esa pregunta, no soy un experto en el asunto…
HU: ¿Tiene un último mensaje para el mundo y los turcos?
GA: No me gustan los mensajes finales por tres razones: 1) No me gustan, insisto en reservarme la opción de lamentar mis opiniones y poder revisarlas; 2) Creo que la gente que ofrece «mensajes finales» debe ser muy importante e inteligente. Yo sólo soy un artista. Miro en mi interior y comparto lo que veo con mis oyentes y lectores y 3) Contrariamente a los políticos, que saben lo que es bueno o malo para los demás, yo apenas sé lo que es bueno para mí.
Sin embargo, mi método, por así decirlo, es muy sencillo. Busco una voz crítica. Eso significa que en cualquier circunstancia trato de descubrir lo que es bueno y lo que es malo. No creo en el dogmatismo. Insisto en que la búsqueda ética es un proceso dinámico de hacer y deshacer.
Hace una semana un amigo mío, el legendario músico Robert Wyatt, me ayudó a verbalizarlo de la manera más elocuente y sencilla: «Mi método», me dijo, » es muy simple, sólo soy un antirracista». En realidad se trata de eso, de ser un antirracista.
Estoy totalmente en contra de cualquier política racial y por eso me parece despreciable cualquier forma de política judía, ya sea de izquierda, de derecha o de centro. Estoy cansado de esos entornos «sólo para judíos». Ya se trate del «Estado sólo para judíos» o de los «judíos por la paz», estoy en contra porque están ahí para promover intereses tribales judíos en vez de humanidad y hermandad. La experiencia política judía siempre se las arregla para tener una orientación racial y chovinista hasta la médula.
Aunque creo que la gente tiene todo el derecho a luchar por sus derechos, por ejemplo, la lucha nacional palestina, también creo que la gente debería saber cómo reinstaurar paz y armonía. En lo que respecta a Israel y la política judía, ambos carecen exactamente de eso. Lo único que muestran es venganza y cólera, que conducen a violencia y más violencia. Está bastante claro que los israelíes desconocen las nociones de misericordia y compasión. «Poner la otra mejilla», la armoniosa prédica espiritual de Jesús, les parece una estupidez. Se ve que «conmoción y pavor» les agrada más. Votan democráticamente matanzas, destrucción y genocidio. Al fin y al cabo tienen derecho a votar. Son la «única democracia del Oriente Próximo» o al menos eso es lo que dicen.
Fuente: Hasan Uncular of Timeturk interviews Gilad Atzmon
Gilad Atzmon es músico, escritor y activista. Nacido y criado en Israel, se considera a sí mismo como un palestino de lengua hebrea y desde el exilio londinense lucha con su arte a favor de la liberación del pueblo palestino.
El escritor y traductor Manuel Talens es miembro de los colectivos de Rebelión y Tlaxcala.