Traducido del inglés para Rebelión por J. M.
La campaña de solidaridad global luego del cegamiento de un fotógrafo palestino por parte de las fuerzas de seguridad israelíes es un recordatorio de que, por más que lo intente, Israel no podrá evitar que los periodistas palestinos cuenten la historia de la ocupación.
Periodistas palestinos participan en una campaña de solidaridad con Moath Amarnih, un fotógrafo palestino que perdió un ojo mientras cubría enfrentamientos en Cisjordania.
El viernes pasado el fotógrafo palestino Moath Amarnih se dirigió a documentar una protesta de los residentes de Surif en la Cisjordania ocupada. Era la segunda vez en dos semanas que intentaban manifestarse contra el robo de sus tierras por parte de los colonos. Poco después de que comenzara la protesta no violenta, unos jóvenes comenzaron a arrojar piedras a los agentes de la Policía de Fronteras de la zona.
Los oficiales respondieron con gases lacrimógenos y balas de goma y Amarnih, que estaba fotografiando los enfrentamientos desde una colina cercana, recibió un balazo en un ojo. Una bala Ruger de 0.22 pulgadas probablemente apuntaba a uno de los manifestantes o fue disparada al suelo antes de rebotar en la cabeza de Amarnih. En ese momento llevaba puesto un chaleco antibalas.
Desde entonces docenas de periodistas palestinos e israelíes se han unido a una campaña de solidaridad con Amarnih fotografiándose con un ojo cubierto.
Durante las últimas dos semanas los residentes de Surif se manifestaron contra una cerca que se construyó alrededor de una gran extensión de sus tierras agrícolas para expandir la colonia cercana de Bay Ayin. El tiroteo de Amarnih expone la frivolidad criminal con la que las fuerzas de seguridad de Israel apuntan, y a menudo disparan, sus armas contra los fotógrafos palestinos en Cisjordania y Gaza.
En marzo de 2019 un comité de investigación del Consejo de Derechos Humanos de la ONU publicó un informe sobre el asesinato de manifestantes desarmados por Israel en la cerca de Gaza en 2018. Según el informe las fuerzas israelíes mataron a tiros a dos fotógrafos de Gaza, mientras otros 39 periodistas resultaron heridos por los francotiradores. Estas lesiones fueron causadas a pesar de la probabilidad de que los francotiradores los reconocieran como periodistas, debido a sus chalecos antibalas. Los francotiradores israelíes continúan disparando e hiriendo a los periodistas que documentan las protestas.
El fotógrafo y su cámara a menudo son vistos como enemigos por los regímenes opresores de todo el mundo. En Israel-Palestina, las fuerzas de seguridad dispararon balas de goma contra periodistas que informaban para el medio de comunicación francés AFP cerca de Ramallah el año pasado, mientras en lugares como Siria y Hong Kong las fuerzas de seguridad utilizan la violencia contra los periodistas, particularmente fotógrafos.
Los medios israelíes quieren silenciar y ocultar tales críticas durante la guerra. Por ejemplo, en la última «ronda de violencia» en Gaza, se les presentó a los televidentes una realidad distorsionada que muestra la Franja como un lugar donde hay solo militantes que lanzan misiles en vivo, sin nombres ni rostros. Una y otra vez, cuando hablamos de Gaza, vemos videos de cohetes disparados contra Israel. Como si Gaza no tuviera gente, niños ni vida. Solo cohetes.
Un fotógrafo de prensa patea una lata de gas lacrimógeno que las tropas israelíes dispararon contra un grupo de periodistas, Bil’in, 19 de febrero de 2016. (Oren Ziv / Activestills.org)
De esta manera ocho miembros de la familia A-Swarkeh fueron asesinados en la ciudad de Deir al-Balah. Los soldados israelíes afirmaron que pensaban que el edificio que bombardearon estaba vacío después de que el portavoz en idioma árabe del ejército afirmase que el ejército estaba apuntando al comandante de una unidad de cohetes de la Jihad Islámica. En la práctica el ejército bombardeó un edificio en ruinas que servía de hogar a una familia empobrecida. Una familia que incluía niños de 12 y 13 años, así como dos niños pequeños.
Evitar que los fotógrafos hagan su trabajo es necesario para la continua represión de los palestinos. Los perpetuos ataques y asesinatos de inocentes dependen, entre otras cosas, de la falta de documentación, de crear una ausencia de humanidad en el otro lado. La cámara es vista por las fuerzas de seguridad como un objetivo para no permitir que el público israelí vea quién está allí.
El ataque a Amarnih revela la necesidad trágica y simbólica de Israel de ocultar las injusticias que comete, de esconder la bota en el cuello de millones de palestinos. Pero el daño causado a los ojos de un fotógrafo no borrará la injusticia del régimen. Los fotógrafos de los atacantes nunca lograrán ocultar las expropiaciones de tierras, las expulsiones, los asesinatos o una existencia en la que la sangre de algunos vale más que la de otros.
Omri Najad es cineasta y activista político. Este artículo fue publicado por primera vez en hebreo en Haokets. Léelo aquí.
Fuente: https://972mag.com/palestinian-journalists-occupation-israel/144508/
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