Traducido para Rebelión por Germán Leyens
Israel parece querer presionar con una demanda de compensación por cuenta de judíos que abandonaron Irak hace más de 50 años, a pesar de que no muestra una consideración similar para los refugiados palestinos.
Tel Aviv ha enviado copias de más de 800 documentos a Washington, no a Bagdad, en un intento de exigir compensación para ciudadanos israelíes que «fueron obligados a abandonar su propiedad».
Una portavoz del ministro de asuntos de la diáspora informó a Aljazeera.net el martes que los detalles ya han sido enviados al Departamento de Estado de EE.UU.
Los documentos, que incluyen «una lista parcial de propiedades judías así como cientos de certificados de matrimonio y fallecimiento entre 1949 y 2001», fueron encontrados por fuerzas de ocupación dirigidas por EE.UU. en Bagdad.
Habían sufrido daños por agua y fueron difíciles de descifrar. Sin embargo la portavoz, Rivka Kanarek, dijo que los documentos «contribuyen a una evaluación de propiedades» en Bagdad.
Emigración repentina
El ministro de reconstrucción y planificación de Irak, Bayan Sulagh, dijo el 31 de marzo que los judíos que se fueron en masa «después de haber sometidos a una presión masiva después de la creación de Israel» deberían tener derecho a recuperar su propiedad.
«Todos saben que solía haber judíos en Irak y que poseían propiedades. Según la ley, todo iraquí tiene derecho a recuperar lo que le pertenece.»
Actualmente quedan menos de dos docenas de judíos en Bagdad.
Pero toda demanda de compensación tendrá que considerar las causas de la emigración masiva.
¿Por qué iba a abandonar una comunidad de 120.000 personas, establecida desde más de 2.000 años en Bagdad, repentinamente sus hogares?
La comunidad judía estaba bien integrada en la sociedad iraquí y en general era próspera. Pero, entre 1950 y 1951, más de un 95% de la población judía abandonó Irak hacia Israel en puentes aéreos conocidos como Operación Ezra y Nehemiah.
¿Exacto desde el punto de vista histórico?
Sin embargo, los historiadores ponen actualmente en duda la tradicional explicación sionista del éxodo.
Hablando en una Conferencia de Estudios Judíos en Australia a principios de año, el historiador Philip Mendes de la Universidad Latrobe rechazó como simplista la afirmación israelí de que el éxodo fue una reacción ante una prolongada historia de persecución.
Afirma que el éxodo de Irak también puede ser atribuido a numerosos otros factores, tales como la destacada y popular identificación de los judíos con el comunismo y un temor británico-iraquí de dominación política por la Unión Soviética.
Sin embargo, Tel Aviv continuará pidiendo compensación por un éxodo que puede haber ayudado en parte a organizar, mientras incluso se niega a considerar una compensación financiera para los palestinos que han vivido como refugiados desde hace más de medio siglo.
Ningún funcionario del ministerio de asuntos de la diáspora estuvo dispuesto a comentar sobre esta evidente paradoja.
3 de junio de 2004