El Gobierno israelí ha reclamado a la Administración Bush el envío de misiles de corto alcance M-26, equipados con 644 submuniciones y bombas de racimo, que pueden tener un efecto devastador en el caso de ser usados contra la población civil. Israel ha insistido en que los misiles M-26 serán usados exclusivamente contra las líneas […]
El Gobierno israelí ha reclamado a la Administración Bush el envío de misiles de corto alcance M-26, equipados con 644 submuniciones y bombas de racimo, que pueden tener un efecto devastador en el caso de ser usados contra la población civil.
Israel ha insistido en que los misiles M-26 serán usados exclusivamente contra las líneas de fuego de Hizbulá en el sur de Líbano para neutralizar sus ataques con cohetes katiusha. El Departamento de Estado mantiene de momento congelada la partida, en medio de un tenso debate interno.
Fuentes próximas al Departamento de Estado, consultadas ayer por The New York Times, aseguraron, sin embargo, que el Gobierno estadounidense podría dar finalmente luz verde al envío de los M-26 -similares a los usados en la guerra de Irak- con la condición de que Israel pusiera «extremo cuidado» en su uso y no los utilizara contra objetivos en la población civil.
Según Human Rights Watch, Israel ha utilizado ya municiones de racimo contra la población civil durante su reciente ofensiva en el Líbano, concretamente en la localidad de Bilda, el pasado 19 de julio. El grupo ha ofrecido como pruebas el testimonio de 12 heridos en ese ataque -incluidos siete niños- y las pesquisas de sus propios investigadores que han obtenido fotos de municiones de racimo, enviadas desde EEUU y almacenadas en el norte de Israel.
Contra civiles
Durante la década de los 80, y ante la sospecha de que Israel pudo usar bombas de racimo contra civiles en el Líbano en 1982, EEUU mantuvo una moratoria en la venta de este tipo de armamentos a Tel Aviv. La Administración Reagan levantó, sin embargo, el veto y en los últimos 15 años se han estado suministrando ocasionalmente.
La venta de los M-26 fue aprobada antes de que empezara la ofensiva en el Líbano, pero las armas no habían sido entregadas aún y el envío estaba pendiente de una revisión final por parte del Departamento de Estado. El mes pasado, la Administración Bush aprobó el envío de un importante paquete de «municiones guiadas de precisión»; entre ellas, al menos 25 bombas revientabúnkers de más de 2.000 kilos de peso.
Los M-26 figuran, sin embargo, en una categoría especial por estar equipados con 644 submuniciones que multiplican su capacidad destructiva. Los misiles precisan de un sistema de lanzadera múltiples y están diseñados especialmente para barrer a la artillería enemiga y a los soldados en las inmediaciones.