Nueve ciudadanos palestinos -siete miembros de la Policía del Gobierno de Gaza, en manos de Hamas, y dos milicianos islamistas- murieron ayer como consecuencia de un ataque aéreo israelí contra un edificio oficial en el sur de Gaza y de un enfrentamiento armado con militares sionistas al este de Rafah. Estos ataques se produjeron al […]
Nueve ciudadanos palestinos -siete miembros de la Policía del Gobierno de Gaza, en manos de Hamas, y dos milicianos islamistas- murieron ayer como consecuencia de un ataque aéreo israelí contra un edificio oficial en el sur de Gaza y de un enfrentamiento armado con militares sionistas al este de Rafah. Estos ataques se produjeron al día siguiente del atentado que dos kamikazes llevaron a cabo en la ciudad israelí de Dimona, en el que murió una mujer hebrea.
Precisamente ayer, las Brigadas Ezzedin al-Qassam -afines a Hamas- asumieron la autoría del atentado de Dimona, sumándose de este modo a las reivindicaciones que el lunes hicieron las Brigadas de los Mártires de al-Aqsa -vinculadas a al-Fatah-, las Brigadas Abú Alí Mustafá -ligadas al FPLP- y las Brigadas de la Resistencia Nacional -del FDLP-.
Las brigadas islamistas añadieron que los dos kamikazes no eran originarios de Gaza, como se había apuntado el lunes, sino de Hebrón, al sur de Cisjordania. Fueron identificados como Mohammad al-Hirbawi y Chadi al-Zoughayer.
La prensa israelí señaló que los cadáveres de los kamikazes no se correspondían con las identidades facilitadas por los Mártires de al-Aqsa, Louay al-Aghawani y Moussa Arafat.
Asimismo, el Ejército israelí detuvo en Hebrón a allegados de al-Hirbawi, en lo que se interpreta como una represalia contra la familia de los autores del atentado de Dimona.
Livni: «Más control en Gaza»
Entre las reacciones al atentado de Dimona destaca la de la ministra israelí de Exteriores, Tzipi Livni, quien exigió a Egipto que doble el número de guardias fronterizos en la muga de Rafah. Israel siguió insistiendo en el origen gazatí de los dos kamikazes y achaca su llegada a territorio del Estado de Israel a la ruptura de la valla fronteriza de Rafah, que les habría permitido pasar al Sinaí antes de llegar a Dimona.
El presidente de la Comisión de Exteriores y Defensa de la Knesset (Parlamento), Tzachi Hanegbi, miembro del partido Kadima que dirige el primer ministro Ehud Olmert, fue más allá e instó al asesinato de los dirigentes de Hamas. «No se puede distinguir entre los miembros de Hamas que visten traje diplomático y quienes colocan explosivos», destacó .
Israel ya mató a dos dirigentes de Hamas -Ahmed Yassin y Abdel Aziz al-Rantissi- en Gaza en 2004.
Por otra parte, la Policía de Fronteras de Israel ascendió a de rango a Kobi Mor, el agente que disparó cinco balas al segundo kamikaze del atentado de Dimona cuando se encontraba malherido en el suelo.
Asimismo, una decena de cohetes artesanales lanzados desde Gaza impactaron en Sderot provocando dos heridos al impactar contra una casa. Uno de los cohetes al-Qassam golpeó en un poste de distribución eléctrica, provocando un apagón en la ciudad.
El Gobierno egipcio ha reclamado al Ejecutivo de Gaza, en manos de Hamas, que permita que la Autoridad Palestina de Mahmud Abbas y la Unión Europea controlen el paso fronterizo de Rafah.
El ministro egipcio de Exteriores, Ahmed Abul Gheit, hizo un llamamiento a que «prevalezca la razón» entre los dirigentes de Hamas en Gaza, un día después de que milicianos palestinos y militares egipcios intercambiaran disparos en la frontera, matando a una personas e hiriendo a otras 59.
«Pedimos a las autoridades que gobiernan la Franja [Gaza] que permitan que observadores de la UE e individuos de la Autoridad Palestina regresen una vez más al paso [de Rafah] para supervisar la aplicación del acuerdo fronterizo suscrito en 2005», afirmó.
Este acuerdo dejaba en manos de la Autoridad Palestina el control de Rafah, pero bajo supervisión de la UE.
«Egipto es generoso y Egipto es paciente. Egipto tiene su paciencia, pero esta paciencia indudablemente tiene un límite, Nuestros hermanos palestinos deben saber que la lucha no es con Egipto, sino con Israel».
Por ello, instó a Hamas a que no aliente a los gazatíes a que se acerquen a la frontera, advirtiendo que «no aceptaremos más provocaciones».
Por otra parte, unos 500 palestinos bloqueados en la parte egipcia de Rafah lanzaron piedras contra edificios oficiales del Gobierno de El Cairo, para denunciar que les quieren enviar forzosamente al otro lado de la frontera. Los palestinos incendiaron el edificio gubernamental en el que les habían recluido.