Noticias: Periodista argentino en Palestina: «Israel es un Estado construido sobre la paranoia». «Viajé con otros compañeros y compañeras de Latinoamérica como parte de una Brigada de Solidaridad con Palestina articulada a través de la Vía Campesina», relató. Durante su estadía recorrió «mayormente Cisjordania, Jerusalén y algunos de los territorios palestinos que hoy se encuentran […]
Noticias: Periodista argentino en Palestina: «Israel es un Estado construido sobre la paranoia». «Viajé con otros compañeros y compañeras de Latinoamérica como parte de una Brigada de Solidaridad con Palestina articulada a través de la Vía Campesina», relató. Durante su estadía recorrió «mayormente Cisjordania, Jerusalén y algunos de los territorios palestinos que hoy se encuentran dentro de Israel», explica el periodista y escritor argentino Julián Aguirre en un diálogo exclusivo con RT.
La pareja no podía casarse, sus padres no lo aceptarían en una época donde el racismo religioso era el amo de la sociedad británica y europea en general. Ellos eran la Gran Bretaña y el Sionismo, pero en 1917 firman un acuerdo prematrimonial para concebir en pecado a un hijo que el sionismo era ansioso de tener. El documento se conoce por Declaración Balfour «donde un Estado concede un país propiedad de otro pueblo a otra gente lo que en realidad es propiedad de otro pueblo», según aclara en 6 minutos el político inglés George Galloway en una conversación con un ciudadano en este video.
Desde aquella fecha del pecado mortal transcurrirán este año cien años. El compromiso de tener el hijo anhelado siguió en pie desde 1917 a 1947, a pesar de la incompatibilidad del compromiso prematrimonial, que fue rechazado incluso por los mismos que el sionismo decía que les iba a dar un hijo legítimo llamado «Israel», para que les represente. Bien, la pareja y ante la imposibilidad de concebir un hijo, se lo encargan a una madre de alquiler llamada ONU. Recién cumplidos sus años de concebir, la madre de alquiler se sometía a un embarazo artificial a escondidas, hasta que un día se queda embarazada y un 29 de noviembre de 1947 parió al hijo del sionismo que le llamó «Israel».
Desde entonces ese hijo fruto de una ilegalidad encubierta de una madre de alquiler, no deja de crecer y de dar problemas a su madre, instigado por su padre que le alimenta y cuida de él, proporcionándole todo tipo de resortes para seguir creciendo y mostrando su objetivo de tener a todos cuantos pueda dominar. Su masa gris fruto de los genes ideológicos del sionismo, con una imputación vengativa, se apodera de su cerebro y año tras año su locura se prolonga y sus fechorías avergüenzan a propios y ajenos. Así llega hasta el punto, de que la madre toma decisiones de castigos, pero estos no llegan a realizarse, porque su «Padrino» que le mantiene, «EEUU» se lo impide.
La madre entre sus necesidades y sus deseos se queda en el olimpo respecto a su hijo, ni le puede castigar, ni puede quedarse callada ante sus desmanes que le avergüenzan. Cada vez que el hijo agrede a los vecinos la madre alza la voz y le amenaza con las zapatillas que nunca llega a utilizar, tampoco le puede castigar dejándole sin paga o sin salir de casa, porque su padre y el padrino se lo impiden. Hoy esta madre y después de tanta violencia que experimenta cada día más su hijo, no tiene más remedio que recomendarse al cielo y dirigirse a la gente de buena fe para que hicieran algo, pero en un mundo donde el interés es el rey de la situación, la buena fe se queda en declaraciones y como mucho en alguna que otra resolución, que adoptan en el seno de lo que se conoce por «Comunidad internacional».
La última resolución 2334 de la madre, deja claro que el hijo es un sinvergüenza y un delincuente que se apodera de lo ajeno. Pero la masa gris del cerebro del hijo no hace más que crecer y cada día tiene más agujeros negros, donde habitan sionistas de la talla de Netanyahu y sus cachorros de colonos. Estos sionistas se multiplican y cada día son más agresivos, sembrando el odio y buscando cualquier rendija de cualquier sociedad, para meterse y envenenar la convivencia, su lema es: «mientras el mundo se pelea nosotros crecemos y dominamos las sociedades».
La ONU «La madre» y la comunidad Internacional «La madrina», están ante un dilema, que la historia solo puede sacar su conclusión del dicho que dice: «Cría cuervos, y te sacarán los ojos».
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