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Israelíes que dan motivos para la esperanza

Fuentes: Rebelión

A los compañeros Meir Margalit, Carlos Braverman y Eytan Bronstein, por su lucha desde donde más difícil es, por la justicia, la memoria y la paz.

A pesar de que las últimas citas electorales muestran una preocupante identificación de la población israelí con los extremistas (En 2009: Netanyahu, 21%; Liebermann 11,7%; Shas 8,49%; United Torah Judaism 4,39%; The National Union 3,34%), no podemos dejar de reconocer el esfuerzo de quienes en medio de la locura y el radicalismo sionista, luchan para cambiar las cosas.

Este es el caso de partidos políticos como la Lista Árabe Unida-Ta’al, con 4 diputados en la Knesset (de un total de 120), que representa los intereses de los árabes que viven en Israel y aboga por la creación de un Estado Palestino con capital en Jerusalén Este. Este partido arrasó en las pasadas elecciones de 2009 entre las comunidades beduinas.

Con 4 escaños también encontramos a la coalición Hadash, que es un frente unido de socialistas y comunistas israelís y árabes, defensor de desmantelar los asentamientos, reconocer el derecho de retorno a los refugiados palestinos y volver a las fronteras previas a 1967. La defensa del medio ambiente y de los derechos de los trabajadores son otros de los puntos principales de su programa político.

Y tampoco podemos olvidar al partido socialista Meretz, gran defensor de los derechos de las minorías étnicas y sexuales, de la libertad religiosa, los derechos humanos y el medio ambiente. En 2009 obtuvieron 3 escaños. Abogan por el desmantelamiento de los asentamientos y la paz con los palestinos, en una solución de dos Estados. En municipalidades como la de Jerusalén desarrollan un gran trabajo en la defensa de los habitantes palestinos.

El cuarto partido político con representación en la Knesset, que defiende a los árabes que viven en Israel y la solución de dos Estados, es Balad, que en 2009 logró 3 escaños. Este resultado no es nada desdeñable, teniendo en cuenta que el Comité Electoral Central ilegalizó el partido, y sólo unos días antes de las elecciones la Corte Suprema revocó la ilegalización.

Paralelamente a los partidos políticos, hay en Israel toda una serie de organizaciones no gubernamentales, sin cuya labor la vida de los palestinos de dentro y fuera de Israel sería aún peor. Gracias a estos hombres y mujeres que se niegan a aceptar el statu quo, que a pesar de ser judíos rechazan las políticas de su Estado, en el resto del mundo tenemos información sobre algunas de las cosas que pasan en Israel, que de otra manera no podríamos obtener.

Entre las ONG´s israelís hay que empezar destacando a Peace Now, nacida en 1978 tras el colapso de las negociaciones de paz entre Egipto e Israel, se ha convertido en un referente en Israel, y sus informes sobre asentamientos realizados a través de su «Settlement Watch Team», y que tienen enorme relevancia en la opinión pública. Además de en Israel, tienen presencia en el extranjero gracias a sucursales de «Amigos de Peace Now» que activistas occidentales han ido abriendo en sus países. En España aún no ha sido creada, pero sí en Argentina, Bélgica, Brasil, Canadá, Francia y Reino Unido.

Otra de las ONG´s que merecen ser reseñadas es Zochrot, integrada por un grupo de ciudadanos israelís que buscan dar a conocer entre la población israelí la historia de la Naqba, es decir, la masacre de palestinos en 1948 que dio lugar a la fundación del Estado de Israel. Entre sus actividades destacan la recuperación de lugares, como el Canadá Park, donde había pueblos palestinos y que ahora han sido borrados del mapa por Israel. Así mismo, Zochrot da cursos a profesores y estudiantes para que aprendan sobre la Naqba. El último curso que organizaron fue prohibido por el Ministerio de Educación israelí, lo que supone una prueba irrefutable de la gran labor que hacen.

El Comité Israelí contra la Demolición de Casas (ICAHD), fundado en 1997, se encarga de que las casas palestinas no sean derribadas por los bulldozers. En cuanto se enteran de una orden de demolición, se desplazan inmediatamente a la zona y se ponen entre el bulldozer y la familia palestina para intentar evitar el desastre. En estos 13 años, según sus cálculos, ya se han producido 24.000 demoliciones. Y ni siquiera hacen falta estas estadísticas. Basta con pasar por su sede en Jerusalén, para ver cómo no deja de sonar el teléfono ni un solo segundo, por todas las llamadas de próximas demoliciones que reciben. Además, el ICAHD también hace tours turísticos alternativos por Al Quds, enseñando las brutalidades que hacen a diario los colonos, y ofrecen asistencia jurídica a los palestinos cuyas casas se ven amenazadas. La ONG española Asamblea de Cooperación por la Paz contribuye a financiar todos estos proyectos.

En el ámbito de la información, destaca el Alternative Information Centre (AIC), una ONG con base en Palestina e Israel nacida en 1984. Como el resto de ONGS, aboga por volver a las fronteras previas a 1967, reconoce el derecho de retorno de los refugiados palestinos y es contraria a los asentamientos. Conscientes de la importancia que tiene en el S. XXI la información, su objetivo es dar otro punto de vista -de momento en hebreo, inglés y castellano- sobre la ocupación israelí, para que los ciudadanos puedan formarse una opinión contrastada de lo que está sucediendo. En este mismo ámbito de la información también encontramos a B’Tselem, que informan sobre las violaciones de derechos humanos que se producen en Palestina.

La ONG Combatants for Peace también es binacional, y está integrada por antiguos soldados israelís y palestinos, que han decidido dejar las armas y dedicarse a combatir a través de la palabra en favor de la paz entre ambos pueblos. Desde su creación, en el año 2005, organizan encuentros entre ex-combatientes de ambos países para trabajar hacia la reconciliación entre israelís y palestinos.

Muchas de estas organizaciones israelís se agrupan en el «Palestinian-Israel Peace Forum», con el objetivo de dar más fuerza a su voz e interactuar con las ONG´s palestinas.

Para llegar al fin de la ocupación en una situación de desequilibrio de poderes, hay tres vías: (1) imposición externa, (2) victoria armada del ocupado o (3) cambio de postura del ocupante. La primera es poco probable, y sólo a través del intenso boicot y la sensibilización llegaremos a ella. La segunda no es deseable, pues implica violencia, y además el ocupado en este caso lleva todas las de perder. Por lo tanto, además de apostar por la primera, nos queda promocionar la tercera, es decir, lograr un cambio político y social en Israel. Ambas van en cierto modo ligadas, pues la presión internacional contribuirá al cambio y la mayor relevancia de estas organizaciones y partidos políticos hará más fácil el rechazo internacional a la ocupación. Por tanto, este entramado social y político aquí presentado, debe ser oído, y de nosotros depende el hacer que sus voces lleguen más lejos.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.