Traducido del inglés para Rebelión por J. M.
En el pasado los musulmanes protegieron a los judíos de la persecución nazi. Hoy algunos judíos de Estado Unidos están en pie por los musulmanes frente a la prohibición draconiana del presidente Trump. Estas son historias cotidianas de resistencia, aunque apenas se informe de ellas.
Jóvenes musulmanas tomadas de la mano frente a la Sinagoga de Oslo durante la vigilia «Anillo de la Paz», 21 de febrero de 2015. La vigilia fue organizada por los jóvenes musulmanes en solidaridad con la comunidad judía de Noruega después de los ataques a los judíos en Dinamarca y otras partes de Europa. Ryan Rodrick Beiler / Activestills.org
Más de un millón de dólares fueron recogidos por los estadounidenses disgustados por el reciente incendio de una mezquita en Victoria, Texas. La única sinagoga en la ciudad comparte su edificio con los fieles musulmanes que acababan de perder su lugar de culto. Historias inspiradoras de personas que se defienden unas a otras como estas son comunes, aunque rara vez se informe de ellas.
La semana pasada me uní a decenas de miles de personas en protesta por la orden ejecutiva del presidente Donald Trump que prohíbe a refugiados y originarios de siete países de mayoría musulmana entrar en los Estados Unidos. Me sorprendió ver a muchos judíos -personas que escucharon historias de sus familias acerca de cómo fueron protegidas durante el Holocausto- unirse a la protesta. Estos son jóvenes judíos a cuyos abuelos les permitieron entrar en los Estados Unidos en su huida del asesinato en masa del Tercer Reich. Y justamente debido a sus historias personales salieron a defender a otros que lo necesitan hoy. Estas historias se encuentran en el corazón de cada comunidad que se levanta y defiende las libertades civiles.
Pero las historias de unos también se pueden utilizar para deshumanizar a los otros. Hace una semana el mundo conmemoró el Día Internacional de la Memoria del Holocausto. Es un día en el que recordamos que los seres humanos somos capaces de cometer crímenes inimaginables unos contra otros. El régimen nazi fue capaz de alterar la realidad y utilizar historias aisladas y amenazantes del «otro» judío para crear una narrativa basada en la seguridad que demonizaba a los judíos Los presentó como una amenaza y en última instancia azuzó el odio contra ellos. Sin embargo incluso muchos de los países que se opusieron al nazismo se negaron a aceptar refugiados judíos, lo que llevó a la muerte de un sinnúmero de ellos.
El intelectual musulmán Abdelhamid Ben Badis (izquierda) ha denunciado regularmente el antisemitismo francés durante la ocupación de Argelia de Francia. Su sucesor, Taieb El-Okbi (derecha) emitió una fatua contra el asesinato de judíos o el robo de sus posesiones. (I Am Your Protector)
Sin embargo, al recordar estos momentos oscuros de nuestra historia, también hay que recordar que cuando las personas se levantan juntas en protesta pueden crear una nueva realidad. Albania, un país de mayoría musulmana, se guía por un precepto cultural llamado «Besa», un término albanés que puede traducirse libremente como «mantener la promesa». Se trata de un código moral que da instrucciones a los albaneses de proteger al extranjero entre ellos tanto como a sí mismos. Albania fue el único país de Europa que tenía más judíos al final de la guerra que al principio. El rey Zog I y su pueblo se organizaron para salvar a los judíos con la apertura de sus fronteras, ocultamiento, alimentación, y alojamiento hasta el final de la guerra.
Esta no es una historia sobre el pasado. Hoy vemos muchos ejemplos de personas y comunidades que se defienden mutuamente. Judíos del Reino Unido organizaron una patrulla en torno a una mezquita para proteger a los devotos musulmanes de ataques, musulmanes formaron una cadena humana alrededor de una sinagoga para proteger a los fieles judíos en Copenhague, alemanes abrieron sus hogares a los refugiados, refugiados sirios corrieron a rescatar a los italianos después del reciente terremoto. Vemos decenas de miles de estadounidenses que protestan en los aeropuertos para permitir a los refugiados entrar en el país a pesar de la prohibición. Incluso en ambientes extremos y lugares de conflicto las personas siempre se han defendido unas a otras a través de las líneas de división.
Khaled Abdul Wahab protegió a judíos tunecinos después de que las tropas nazis ocuparan su ciudad natal de Mahdia. (I Am Your Protector)
Estas historias personales son la mejor manera de luchar contra la propagación del odio entre grupos étnicos, religiosos y políticos. El odio indiscriminado se hace posible cuando estamos convencidos de que todo un grupo o una comunidad es un bloque monolítico que constituye una amenaza. Porque el odio es emocional, en la respuesta al odio también debe participar el corazón. Por lo tanto es importante que se destaquen las historias que desacreditan esta idea. Una campaña que está trabajando activamente en este objetivo es «Soy tu protector», formada por personas que hablan alto y se defienden unas a otras frente a las divisiones de género, raciales y religiosas, destacando las historias de las personas, -independientemente de su pertenencia a un grupo- que se defienden mutuamente en las zonas de conflicto.
No estamos divididos por el concepto binario de árabes contra judíos o musulmanes contra cristianos. A menudo nos encontramos divididos por los que permanecen en silencio ante la injusticia. Personalmente he encontrado inspiración en las historias de los protectores musulmanes de Irán, Turquía, Egipto, Túnez, Marruecos, Argelia, Pakistán, Francia, y Albania, que intervinieron para proteger a sus vecinos judíos durante el Holocausto a sabiendas de que serían ejecutados por desafiar a los nazis. Creo que no hay mejor manera de contrarrestar el odio que contar una historia.
Fuente: https://972mag.com/jews-stand-up-for-muslims-as-muslims-once-stood-up-for-them/125014/
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