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Contribución desde Mérida al nacimiento de un “Partido de la Lucha”

Julio Anguita confiesa que dejó la dirección de IU por serias discrepancias con la línea política de la organización

Fuentes: Rebelión

Julio Anguita confesó «por vez primera en público» las razones de su retirada de la dirección de Izquierda Unida en el acto que sentó juntos el sábado, 26 de junio, en Mérida (Badajoz), al ex Coordinador General de IU, al ex coordinador General de IU en Extremadura, Manuel Cañada, y a representantes de la CGT, […]

Julio Anguita confesó «por vez primera en público» las razones de su retirada de la dirección de Izquierda Unida en el acto que sentó juntos el sábado, 26 de junio, en Mérida (Badajoz), al ex Coordinador General de IU, al ex coordinador General de IU en Extremadura, Manuel Cañada, y a representantes de la CGT, Baladre y Ecologistas en Acción. Instado por la pregunta de un oyente, comentó que «la enfermedad no fue más que un pretexto, yo tenía decidido desde hacía tiempo que iba a abandonar la dirección de Izquierda Unida. No me echaron. Dimití yo». Según Anguita, su retirada de la cabeza de esa organización política se debió a que se había consumado la derrota de las posiciones por él defendidas y no veía sentido seguir donde no se sentía a gusto. Para el ex candidato a la presidencia del Gobierno, la historia del PCE ha estado marcada en todo el posfranquismo por la división en tres grandes tendencias: los socialdemócratas, «siempre dispuestos a servir de caja B de votos al PSOE»; los «fieles a la Tercera Internacional», que llevan una buena temporada callados, y, por último, los comunistas «con medio litro de sangre anarquista», de alguna manera herederos de la antigua tradición de lucha anarcosindicalista. Anguita dijo sentirse parte de esta última tendencia, que ha sufrido un proceso de enfrentamiento con la fracción «socialdemócrata» que ha tenido distintos momentos: el intento carrillista de enmendar la fractura de 1920 regresando «al redil del PSOE», las crisis con «Nueva Izquierda», los llamados a construir la «casa común de la izquierda», etcétera, hasta llegar al momento actual que los dirigentes de IU denominan «la izquierda plural» y que no es sino una definitiva subordinación al partido grande de la supuesta izquierda.

El ex Coordinador General aseguró que nunca quiso dar un cheque en blanco ni al PSOE ni a Comisiones Obreras en nombre de la lucha contra «la derecha», sino que buscó siempre las alianzas con las ideas, el programa, puestas sobre la mesa. Explicó que esa es la clave para entender la Iniciativa Legislativa Popular que IU lanzó a favor de la jornada de 35 horas semanales sin reducción salarial, para la que se alió con ya CGT y USO y dejó de lado a CCOO y UGT. Para el que fuera alcalde de Córdoba, la dirección actual de Izquierda Unida «sólo piensa en los votos y así se ha quedado sin votos». Para completar la respuesta al asistente al acto, explicó que, a mediados de los noventa, el pacto de IU con el PSOE para gobernar la Comunidad de Madrid dio lugar a iniciativas muy agresivas con el medio ambiente y contrarias a todos los principios de la izquierda, como fue el apoyo, «con fuertes intereses económicos por medio», de IU a los cañones de nieve en Navacerrada (Madrid). Anguita dijo asumir su responsabilidad por «no haber metido la mano» en aquel entonces en la Federación de Izquierda Unida de Madrid dirigida por Ángel Pérez, en la actualidad uno de los tres diputados de la coalición en el Congreso.

Tanto Julio Anguita como Manuel Cañada abogaron públicamente por que los comunistas abandonen Comisiones Obreras. El ex dirigente extremeño dijo que le había costado mucho dar el paso, y que se había afiliado a la CGT porque «no tiene ningún sentido permanecer en un sindicato que se ha convertido en un puntal del sistema capitalista», y citó los casos de Sintel y Puertollano como ejemplos de esto. Anguita atribuyó a la dirigencia de CCOO una gran responsabilidad en el proceso de derechización de Izquierda Unida, y contó que los cabecillas de este sindicato, en su afán por ocupar el puesto de la centenaria UGT como sindicato socialdemócrata, habían acabado asentándose en posiciones aún más a la derecha.

El partido de la lucha

El acto público fue convocado por la Fundación de Investigaciones Marxistas para buscar «alternativas al neoliberalismo» y unió a cinco ponentes de distintos ámbitos que dieron a entender que se está intentando fraguar una amplia alianza anticapitalista desde sensibilidades muy distintas y movimientos sociales muy heterogéneos. El representante de Baladre, Manolo Sáez, llamó a esta iniciativa «el partido de la lucha». «Colegas, ya vale de luchar entre nosotros, unámonos contra ellos», dijo, y aseguró que es posible un amplio entendimiento porque «es urgente salir de este sistema aberrante». Tras más de dos horas de escuchar al numeroso público asistente al Hotel Velada de Mérida (Badajoz), todos los intervinientes de la mesa se comprometieron a seguir en esa senda y repetir pronto nuevas reflexiones. En este sentido, desde el público surgieron voces invitando a que «el partido de la lucha» empiece por dotarse de medios de comunicación propios con los que acceder realmente al grueso de la población sin necesidad de pasar por el tamiz de los medios de masas, que pertenecen todos a fuertes intereses económicos capitalistas. Una voz llegó a invitar a los dirigentes de Izquierda Unida a irse preparando para juntar los medios necesarios para poner en marcha «por lo menos una emisora de radio estatal, aunque lo interesante sería llegar a disponer de una emisora de televisión».