Hacia el año 2070, miles de especies de anfibios, aves y mamíferos sufrirán el peligro de extinguirse por el avance de la frontera agrícola por sobre sus territorios.
Un nuevo estudio de ecólogos de la Universidad de Yale (EE.UU.), publicado en la revista Nature Climate Change advierte que 1.700 especies, que incluyen 886 de anfibios, 436 de aves y 376 de mamíferos, correrán el riesgo de extinción debido al expansivo uso de la tierra por los humanos, que privan a los animales de cada vez más lugares donde vivir,
Dentro de 50 años, el hábitat natural de algunas especies de todo el globo, se verá reducido hasta en un 50% según los científicos.
Entre las especies más amenazadas se encuentran la rana Oreophryne montícola (Indonesia), el cobo del Nilo ―una especie de antílope del Sudán del Sur―, el Ticotico cejipálido (un ave brasileña) y la Pajonalera piquicurva, que vuela por Argentina, Uruguay y Brasil. Se estima que todos ellos se quedarán sin casi la mitad de su territorio.
Un cobo del Nilo (Kobus megaceros) / es.wikipedia.org / Bodlina / Licencia de Documentación Libre GNU
Las zonas más afectadas para los animales serán el centro y el este de África, Mesoamérica, América del Sur y el sureste de Asia debido al desarrollo económico, crecimiento demográfico, cambios en el uso de la tierra, etc.
Consecuencias para todos
«Las pérdidas en las poblaciones de especies pueden obstaculizar irreversiblemente el funcionamiento de ecosistemas y la calidad de la vida humana», declaró Walter Jetz, uno de los autores del estudio.
«Mientras que puede parecer que la erosión de la biodiversidad en las partes lejanas del planeta no nos afecta directamente, sus consecuencias para la subsistencia humana pueden resonar en todo el mundo. También es a menudo la demanda lejana la que impulsa estas pérdidas ―piense en las maderas tropicales, el aceite de palma o soja― y de esta manera nos hace a todos corresponsables», agregó.
Las proyecciones del estudio se pueden consultar en la página web de Map of Life (Mapa de la vida), una herramienta para «evaluar cómo las especies pueden sufrir en futuros escenarios específicos de uso de la tierra y ayudar a prevenir o mitigar estos efectos», según Ryan P. Powers, exbecario del laboratorio de Jetz en Yale.
Ecoportal.net
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