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La aduana, el mercado y el «pensamiento mágico»

Fuentes: El Estado como tal (Blog)

Hace unos días hice referencia a la importancia de leer la prensa provincial para poder entender incongruencias macroeconómicas en Cuba. Vuelvo sobre el tema, esta vez con un artículo del periódico Sierra Maestra, en su edición del pasado 15 de marzo. (1) El artículo parece esencialmente anunciar una menor tolerancia de la Aduana de la […]

Hace unos días hice referencia a la importancia de leer la prensa provincial para poder entender incongruencias macroeconómicas en Cuba. Vuelvo sobre el tema, esta vez con un artículo del periódico Sierra Maestra, en su edición del pasado 15 de marzo. (1)

El artículo parece esencialmente anunciar una menor tolerancia de la Aduana de la República respecto a las mercancías «no comerciales» que los viajeros -principalmente los cubanos-ingresan al territorio nacional en su equipaje.

La nota periodística afirma que se trata de una indicación expresada por el Primer Vicepresidente de los consejos de Estado y de Ministros durante un intercambio con los trabajadores de la Aduana General de la República en la provincia de Santiago de Cuba.

La razón que el artículo invoca es que esas mercancías se ofertan en un mercado que parece asumirse que no es solamente «ilegal» sino que también es superfluo.

Como era predecible, el artículo ha suscitado interés y polémica, pero no abordaré aquí el tema en extenso. Me limitaré a señalar dos aspectos:

  • La incoherencia de la proposición que el artículo le adjudica a la dirección provincial de la Aduana en el sentido de que la existencia de un mercado interno con alta demanda de mercancías importadas estimula el mercado «ilegal», y
  • La falta de evidencia respecto a la noción acerca de que las llamadas «importaciones no comerciales» nutren un mercado superfluo que debería ser suprimido porque esas necesidades pueden ser satisfechas en los mercados internos formales.

Son las políticas, no el mercado

Establecer una cadena de causalidades exige coherencia lógica en la explicación de los problemas de la demanda en Cuba, algo que no se refleja precisamente en la proposición atribuida a la dirección provincial de la Aduana.

Las importaciones representan un porciento relativamente alto de muchos bienes comercializados en Cuba, incluyendo los de consumo básico, y de eso no escapa hoy ni el azúcar.

Las razones pueden ser diversas, siendo una de ellas la reducción que ha experimentado la capacidad productiva nacional para generar la oferta de muchos productos. Una capacidad que no se recupera con exhortaciones, sino que requiere inversión y una tasa de cambio muy diferente a la «gran ficción» actual de un tipo de cambio oficial que equipara el peso cubano (CUP y el dólar estadounidense.

En principio, la demanda de mercancías de un mercado lo que hace es estimular la oferta. Si la demanda no puede ser cubierta por la producción nacional debido a su falta de capacidad, entonces se produce una brecha entre la oferta y la demanda que, hipotéticamente, pudiera ser resuelta mediante una oferta generada en el exterior.

Asumiendo que hubiese posibilidad de pagar las importaciones, pudieran ocurrir dos cosas: la oferta procedente desde el exterior permite cubrir totalmente la brecha, o la oferta procedente desde el exterior solamente permite satisfacer parcialmente la brecha y entonces quedaría insatisfecha un porciento de la demanda.

A nivel de la macroeconomía, los conceptos relevantes para un análisis de ese tipo son: oferta, demanda, producto nacional, e importaciones.

Lo del mercado «ilegal» es otra cosa. La legalidad o la ilegalidad del contexto en que se cierra una brecha macroeconómica depende de las políticas económicas que se adoptan y del marco jurídico que las acompaña. Son un asunto de las políticas.

Un mercado interno con alta demanda de mercancías importadas no causa directamente un mercado ilegal. No conozco teoría económica alguna que explique esa presumible causalidad.

Si desde la política se adopta un enfoque estrecho de legalidad para cerrar la brecha entre oferta y demanda, entonces lo que indica la experiencia de miles de años de historia en la gestión de mercados es que los mercados «ilegales» (a veces tolerados y otras combatidos) van a tender a aparecer y funcionar, con independencia de lo que los políticos piensen sobre esos mercados.

La principal razón por la que se considera en Cuba que las importaciones «no comerciales» surten un mercado «ilegal» consiste en que previamente se le ha adjudicado la etiqueta de «ilegal» a una parte de los mercados gestionados por el sector privado.

Si las regulaciones ofrecieran cabida legal al sector privado en la satisfacción de la parte de la demanda que hoy no es cubierta por la producción nacional, o que de manera incompleta intenta ser satisfecha por las importaciones del sector estatal en un entorno de suministro incierto y con precios que no se corresponden con la calidad, entonces no serían «ilegales» los mercados en los que el sector privado trata de contribuir a establecer el equilibrio entre demanda y oferta.

Resumiendo, un mercado no es «ilegal» como resultado de un desbalance macroeconómico. Un mercado es «ilegal» como consecuencia de una decisión de la política con la que se intenta gestionar un desbalance macroeconómico.

En Cuba las personas no pueden satisfacer una serie de necesidades en los mercados formales

Si bien la presumible «ilegalidad» de un mercado tiende a reflejar un «sentir» político, la condición de mercados superfluos no es una cuestión de opinión sino de la manera en que un mercado contribuye a satisfacer una demanda en el plano real. Es decir, es un asunto perfectamente cuantificable. Hay datos que evidencian muy rápidamente cuando un mercado es superfluo y cuando es necesario.

Para explorar el tema, tomemos como muestra concreta dos productos que «viajan» con frecuencia en el equipaje que entra a Cuba: el jabón de tocador y la ropa interior. Son dos productos que satisfacen necesidades básicas.

Para empezar, se trata de productos cuyos datos más recientes indican una participación minoritaria de la producción nacional en el total de las ventas.

En 2017, la producción nacional de 20100 toneladas de jabón de tocador representaba aproximadamente el 27% de las toneladas de jabón vendidas en Cuba. (2)

En ese mismo año, la producción de 5,6 millones de artículos de ropa interior representó apenas el 21,5 del total de los artículos de ropa interior que fueron vendidos en el país. (3)

Pero no se trata solamente de que la producción nacional sea notablemente insuficiente para satisfacer las necesidades, sino que las ventas en el mercado formal minorista (incluyendo las importaciones) también son insuficientes respecto a lo que razonablemente pudiera considerarse como un nivel adecuado de satisfacción de la demanda.

Considerando la población masculina de 5,58 millones y la femenina de 5,63 millones registrada en 2017, las ventas de ropa interior masculina no llegaban a cubrir dos artículos per cápita cada año, y las ventas de ropa interior femenina no alcanzaban a cubrir tres artículos anuales por persona. (4)

¿Pueden ser consideradas esas cifras per cápita como un nivel adecuado de satisfacción de las necesidades de ropa interior de la población cubana?

Fuente: ONEI. Anuario Estadístico de Cuba 2017. Tabla 14.2 – Circulación mercantil mayorista total y la red minorista en unidades físicas. http://www.one.cu/aec2017/14%20Comercio%20Interno.pdf

De hecho, para estas dos categorías de productos (jabones y ropa interior) el problema no se limita a los insuficientes niveles actuales que se registran tanto en la producción nacional como en las ventas totales en los mercados formales. Otro problema importante es que la oferta minorista se ha reducido en los últimos años.

Fuente: ONEI. Anuario Estadístico de Cuba 2017. Tabla 14.2 – Circulación mercantil mayorista total y la red minorista en unidades físicas. http://www.one.cu/aec2017/14%20Comercio%20Interno.pdf

Acudiendo a la prensa provincial, esta vez de hace cinco años atrás, es posible comprobar la notable insuficiencia que, de manera prolongada, han tenido los mercados formales para satisfacer la demanda de jabón de tocador.

En 2014 las ventas nacionales de jabón de tocador eran superiores al nivel de las ventas de 2017, pero entonces un artículo publicado en el periódico Escambray del 2 de abril de 2014 informaba que la demanda provincial estimada por el Grupo Empresarial de Comercio de Sancti Spíritus era de 12 millones de unidades de jabón de tocador para ese año, pero que solamente estaba en vías de asegurarse aproximadamente la mitad de esa demanda, lo cual representaba un per cápita de 13 jabones de tocador por habitante de la provincia en el año, es decir, aproximadamente una «pastilla» de jabón por persona al mes. (5)

Naturalmente, la situación no es homogénea en todas las provincias, pero esos datos ofrecen una idea clara de las limitaciones de los mercados formales para asegurar niveles adecuados de consumo per cápita de ese producto.

La notable reducción de las ventas minoristas de jabón de tocador en 2017 significa que hoy existe una situación peor que la que había en 2014.

¿De veras pueden las personas cubrir necesidades básicas como estas en el mercado interno formal?

Si alguien desea sostener ese argumento, entonces debería ofrecer datos distintos a los que informa la estadística oficial.

Si a lo que se aspira es a establecer mecanismos que contribuyan al bienestar mediante la satisfacción de necesidades, ¿por qué no se aplican políticas económicas que favorezcan la reducción de las brechas entre oferta y demanda en una amplia gama de productos básicos, de la manera más expedita posible y al menor costo para el consumidor?

¿Resulta tan difícil apreciar que las importaciones privadas de mercancías «no comerciales» son un factor positivo para cerrar brechas entre oferta y demanda que, en muchos casos, los mercados formales hoy no pueden resolver?

Serían un componente macroeconómico positivo, de la misma manera en que las remesas privadas también son hoy un factor conveniente para los ingresos de una parte de la población, complementando la insuficiencia de salarios y pensiones.

Cuando los economistas necesitan acudir a conceptos de la psicología

Un tema como este inevitablemente recuerda la manera en la que los economistas deben acudir ocasionalmente a otras ciencias para tomar «prestados» algunos conceptos que permitan comunicar sintéticamente algunas situaciones.

En ese sentido, no es infrecuente la utilización del término «pensamiento mágico» cuando tratan de explicarse situaciones de política económica en las que parecería que se asume que el mero hecho de pensar en ciertas cosas puede resultar en la ocurrencia de esos eventos.

¿Existen datos «duros» que hagan creíble la idea de que la oferta de «mercancías no comerciales» que se eliminaría mediante restricciones administrativas pudiera ser compensada con incrementos de producciones nacionales y de importaciones «comerciales»? ¿Dónde están los millones de dólares de inversión y de capacidad de importación estatal adicional que se necesitarían para que ello ocurriera?

Optimizar los beneficios macroeconómicos de las importaciones de mercancías «no comerciales» no requiere un esfuerzo particularmente difícil. El espacio político está contenido en el documento de la Conceptualización y la posibilidad de adoptar un nuevo marco legal favorable para comercializar esas mercancías ha sido facilitada por la reforma constitucional.

Conviene prestar atención a la evidencia y no al «pensamiento mágico».

Notas

1 Odette Elena Ramos Colás. «Salvador Valdés Mesa intercambió con trabajadores aduaneros en Santiago de Cuba». Periódico Sierra Maestra, 15 de marzo de 2019, http://www.sierramaestra.cu/index.php/titulares/24507-salvador-valdes-mesa-intercambio-con-trabajadores-aduaneros-en-santiago-de-cuba

2 ONEI. Anuario Estadístico de Cuba 2017. Tabla 11.4 – Producciones industriales seleccionadas y Tabla 14.2 – Circulación mercantil mayorista total y la red minorista en unidades físicas. http://www.one.cu/aec2017/11%20Industria%20Manufacturera.pdf http://www.one.cu/aec2017/14%20Comercio%20Interno.pdf

3 Ibidem.

4 ONEI. Anuario Estadístico de Cuba 2017. Tabla 14.2 – Circulación mercantil mayorista total y la red minorista en unidades físicas. http://www.one.cu/aec2017/14%20Comercio%20Interno.pdf

5 Dayamis Sotolongo. «El desabastecimiento de nunca acabar». Periódico Escambray, 2 de abril de 2014, http://www.escambray.cu/2014/el-desabastecimiento-de-nunca-acabar/

Fuente: http://elestadocomotal.com/2019/03/18/cuba-la-aduana-el-mercado-y-el-pensamiento-magico/?fbclid=IwAR1D5ZgIu4nqAL7ONtrhikqC9KHo5iXLj0uURx6nuvjzwfaj_ifjaJpwzFU