Durante casi una semana, miles de palestinos han podido cruzar la frontera con Egipto para aprovisionarse de alimentos y de productos de primera necesidad ante el férreo bloqueo de Israel a Gaza. Pero esta inusitada libertad de movimiento está llegando a su fin. Egipto, el presidente palestino, Mahmud Abbas y el Gobierno de Ehud Olmert […]
Durante casi una semana, miles de palestinos han podido cruzar la frontera con Egipto para aprovisionarse de alimentos y de productos de primera necesidad ante el férreo bloqueo de Israel a Gaza. Pero esta inusitada libertad de movimiento está llegando a su fin. Egipto, el presidente palestino, Mahmud Abbas y el Gobierno de Ehud Olmert están maniobrando para hacerse con el control de Rafah. El Cairo aseguró ayer que las fuerzas de Abbas serán las encargadas de gestionar este paso fronterizo, opción rechazada de manera categórica por Hamas.
El anuncio fue realizado primero por el ministro palestino de Exteriores, Riyad al Malki, y después por su homólogo egipcio, Ahmed Aboul Gheit. «Se ha acordado con Egipto que la manera de terminar con la crisis es implementando el acuerdo de 2005 y reinstaurando el control de la guardia presidencial, a las órdenes de Abbas, sobre Rafah», declaró Al Malki.
El movimiento islamista rechazó de inmediato tal declaración y aseguró que mantiene sus propias negociaciones con las autoridades egipcias.
«Nosotros tenemos nuestra propia visión sobre cómo debe ser administrado el cruce y presentaremos nuestra propuesta a los hermanos egipcios», subrayó Sami Abu Zuhri, uno de los portavoces de Hamas.
«Estamos interesados en ofrecer una alternativa que consiste en la apertura del paso de Rafah. Emplazamos a los líderes egipcios a tomar una rápida y urgente decisión», destacó.
Fuentes de Hamas indicaron a Al Jazeera que su líder político Khaled Meshaal encabezó una delegación que viajó a Riad. Esta visita coincide con la reunión de ministros de Exteriores árabes para abordar la cruda situación en este territorio palestino.
Reunidos en Jerusalén por primera vez desde la gira del presidente estadounidense George W. Bush, Abbas le dijo a Olmert que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) desea y puede retomar el control de Rafah, si bien no especificó de qué manera lo hará. Por su parte, Olmert dijo que «Israel impedirá que se produzca una crisis humanitaria». Una crisis que, desde hace mucho tiempo, conforma el trágico día a día de 1,5 millones de gazatíes. En las últimas semanas Tel Aviv ha lanzado de manera incesante operaciones militares, tanto terrestres como aéreas, bloqueado los pasos fronterizos e impedido el libre flujo de combustible y ayuda sanitaria.
Y aunque el presidente Hosni Murabak permitió la entrada de los palestinos, ayer las autoridades egipcias desplegaron un importante contingente de policías y ordenaron el cierre de todos los comercios de la ciudad de El Arich, muy cerca de la frontera con la Franja de Gaza.
Así, cientos de camiones seguían retenidos en el puente que lleva de Egipto a Gaza. Un camión con 40 toneladas de medicinas, comida y mantas -organizado por el sindicato de médicos de Egipto- fue obligado a regresar a El Cairo.
El presidente palestino se reunió durante dos horas con el primer ministro israelí. Mientras, el líder de Hamas en el exilio, Khaled Meshall, llegó a Riad para analizar con responsables saudíes la situación en Gaza y, en particular, el bloqueo impuesto por Tel Aviv.
Ante la orden de las autoridades egipcias de cerrar los comercios y la creciente escasez de productos, el flujo de palestinos fue menor que en días anteriores. Para obstaculizar el abastecimiento de los establecimientos, la Policía egipcia bloqueó a decenas de camiones que hacían de lanzadera entre Rafah y El Arich.
«Hemos venido para nada. Los almacenes están cerrados y los egipcios nos tratan mal», denunció con ira Najah Abou Nasser, madre de nueve niños que viajó desde Jabalia, al norte de la Franja de Gaza. «Seguiremos aquí hasta que no repongan los productos», añadió Said Kilani.