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La apropiación de los recursos hídricos por parte de Israel, un importante obstáculo para la paz

Fuentes: L Orient Le Jour/Mondialisation.ca

Traducido del francés por Beatriz Morales Bastos

Cuando los territorios palestinos cayeron en sus manos en junio de 1967 los israelíes dieron gran importancia al hecho de que en Gaza o Cisjordania no se hubiera creado ningún Estado Palestino, aunque fuera para servir de base a un posible liberación de Palestina. En especial Cisjordania no habría estado antes «bajo la soberanía legítima de ningún Estado» porque su anexión del 24 de abril de 1950 por parte de Jordania sólo fue reconocida por Gran Bretaña y Pakistán. Por lo tanto, para los israelíes estos son territorios «en disputa» y no «ocupados», y su estatuto «sólo se puede determinar por medio de negociaciones». Israel se apresura, pues, a mejorar su «posición sobre el terreno», con lo que demuestra que la política, como la guerra, es «una cuestión de expedientes».

En seguida la estrategia israelí se hace sentir en Cisjordania, densamente poblada y con unos importantes recursos hídricos subterráneos.

Así, en junio de 1967 el 80% de la cuenca del río Jordán cae bajo el control del Estado de Israel, que duplica entonces sus reservas hídricas en relación a 1948. Los combates siguen haciendo estragos cuando el 7 de junio el ejército israelí publica su ordenanza militar n°92 que transfiere [a Israel] todos los recursos hídricos de Cisjordania y Gaza bajo control militar. Más tarde, el 9 de noviembre de 1967, la ordenanza militar n°158 impone la obligatoriedad de la obtención de permisos para todas las obras hidráulicas. El 19 de diciembre de 1968 la ordenanza militar n°291 declara que en adelante todos los recursos hídricos son propiedad del Estado y completa de este modo la confiscación de los pozos privados.

En aplicación de cerca de 2.000 «ordenanzas» y «proclamas» militares la administración de los recursos hídricos de Cisjordania permanece hoy bajo control israelí. El esquema general administrativo se concibe en función de las necesidades militares, pero también hídricas, de Israel. Como declaró el ex-primer ministro Ariel Sharon, las colonias y zonas de exclusión «no se han situado ahí por accidente».

Por una parte, el estudio Schwarz-Zohar definió unas zonas de «máxima retirada» en función de los terrenos hídricos que había que controlar (véase L’Orient-Le Jour del 2 de junio 2007). En efecto, los estudios hidrológicos permitieron delimitar las zonas acuíferas de Cisjordania en tres sectores clasificados según su » potencial de bombeo».

En los sectores A, el bombeo es o bien impracticable o bien muy caro. Estos sectores se extienden en los alrededores de la ciudad de Hebrón y en la zona que va del Ramala al monte Gilboa. Los sectores B son zonas de «bajo potencial de bombeo», donde la profundidad media de las zonas acuíferas es de menos de 200 metros y donde la permeabilidad de los suelos es muy baja. En el sector C es donde se encuentran las zonas de alto potencial de bombeo. Son sectores donde el espesor medio de las zonas acuíferas puede llegar a los 600 metros y donde es más alta la permeabilidad de los suelos. Por lo tanto, los pozos horadados en estos sectores serían los más productivos.

Por otro lado, el «plan Allon» definió unas zonas militares. Este plan demuestra básicamente de un esquema de movilización. En caso de guerra este plan permitiría que las unidades en activo se desplegaran rápidamente, contuvieran un ataque procedente del este, y diera también tiempo de movilizar a los reservistas para un eventual contraataque. Es en esta óptica donde se inscribe la construcción del llamado «muro de seguridad» que viene a reforzar este esquema general de una frontera «mínima» de hecho.

Así, en 2005 los mejores pozos se encontraban bajo control israelí. Israel se apropió de cerca del 55% del territorio de Cisjordania, en particular de las zonas C, con lo que se garantizaba más del 25 % de sus necesidades de agua.

Pero, al hacerlo, el Estado de Israel ha reducido el posible Estado palestino a un confetti de Bantustanes secos. Los imperativos hidroestratégicos de Israel suponen, pues, un importante obstáculo para la paz con los palestinos.

Enlace con el original: http://www.mondialisation.ca/index.php?context=va&aid=6151