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La bancarrota de Izquierda Unida y sus responsables

Fuentes: A Luchar por el Socialismo n.º 21 (*)

«El estrepitoso fracaso electoral de IU y el vergonzoso papel jugado por sus dirigentes a la hora de explicarlo no son más que la crónica de un desastre anunciado. (…) Pero la bancarrota electoral no es más que el último capítulo de la bancarrota política a la que la actual dirección ha llevado a IU.(..) […]

«El estrepitoso fracaso electoral de IU y el vergonzoso papel jugado por sus dirigentes a la hora de explicarlo no son más que la crónica de un desastre anunciado. (…) Pero la bancarrota electoral no es más que el último capítulo de la bancarrota política a la que la actual dirección ha llevado a IU.(..) El pánico, en aras de una supuesta unidad interna, a debatir y tomar una postura de firme rechazo a la Constitución de la Europa del Capital y la Guerra, nos muestran una trayectoria que, indefectiblemente, lleva a la derrota electoral y a la realidad de una organización nada democrática e imposible de regenerar«.

Todas estas afirmaciones están escritas antes del 13 de Junio: corresponden a la Coordinadora estatal de Corriente Roja del pasado 4 de abril. El último batacazo de IU en las europeas no representa pues ninguna sorpresa.

IU ha perdido la mitad de los votos en apenas tres meses. Los 2.486.550 votantes de las europeas de 1994, pese al aumento del censo electoral, han quedado reducidos a poco más de 600.000. La dirección de IU no merece otro nombre que el de gran organizadora de derrotas. Llamazares, incapaz ya de explicar el enésimo batacazo por «los votos prestados» y de consolarse por ser «parte de la corriente del cambio» ha anunciado, a la desesperada, «un debate a fondo y sin límites» y una Asamblea extraordinaria a finales de año.

Pero que nadie se engañe sobre estas propuestas de la dirección de IU, empezando por la Asamblea extraordinaria: dirigida por los mismos responsables de la bancarrota y que se celebraría de aquí a seis meses, con los procesos ya enfriados y el pasteleo burocrático más o menos arreglado.

En cuanto al «debate a fondo y sin límites» tampoco hay que hacerse ninguna ilusión. Este debate no tiene otro objetivo que culminar el curso oportunista que ha llevado a liquidar la organización y reconvertir a IU en una confederación «ecosocialista», según el modelo de «Iniciativa per Catalunya-Verds». Es la vana esperanza de seguir ocupando un lugar al sol de las instituciones del régimen monárquico. Llamazares ya lo defendió en la VII Asamblea Federal. Nadie puede alegar ignorancia al respecto.

No habrá, sin embargo, «debate a fondo» alguno sobre el silencio cómplice de IU ante la ilegalización de la candidatura abertzale HZ. Ni tampoco sobre el vergonzoso papel del Gobierno tripartito catalán (del que forma parte IC-EUiA) firmando y avalando las deslocalizaciones de empresas. Ni, por supuesto, se hablará de la actitud canalla del Gobierno Zapatero y del Tripartito con los inmigrantes encerrados en la Catedral de Barcelona Y tampoco, por descontado, habrá lugar para cuestionar por qué IU no dedicó la campaña electoral a la denuncia de la Constitución europea del capital y de la guerra.

¿Y los límites del debate? ¿incluirá el de una IU realmente antimonárquica y defensora de la III República y del derecho de autodeterminación de los pueblos? ¿incluirá una IU que combata a la burocracia sindical que sostuvo al Gobierno del PP y que ahora quiere ejercer de portero de discoteca del nuevo Gobierno? ¿incluirá una IU que rompa con los Gobiernos de Catalunya y Euskadi y se postule como una auténtica oposición de izquierda al Gobierno Zapatero? Estamos más que convencidos que no va a haber lugar para esta discusión.

Para los militantes de IU que siguen creyendo en la lucha obrera, en la construcción de una verdadera izquierda transformadora, el camino no pasa por seguir dilapidando energías en intrigas y legitimando con nuestra presencia a una organización incorregible. Como dice uno de los textos preparatorios del II Encuentro estatal de Corriente Roja «Se hace vital contar con una izquierda consecuente, con una verdadera oposición de izquierdas, resuelta a impulsar la movilización y a construirse al calor de ella, enfrentando el fraude y los planes antipopulares del nuevo Gobierno. Se trata de poner todo nuestro empeño en construir una izquierda consecuente, alternativa al Gobierno, al régimen monárquico y al sistema capitalista, que sea una referencia política para los activistas.»

El llamamiento a romper con IU y conformar un Bloque de la Izquierda anticapitalista es la verdadera reflexión de fondo y la gran tarea de Corriente Roja. Que entre los Llamazares y los Frutos se repartan las migajas de su miseria.

(*) Publicación mensual del PRT-Izquierda Revolucionaria.