El proyecto de solidaridad internacional, emprendido por un grupo de activistas jóvenes de Madrid comprometidos con la causa kurda, se basará en el trabajo conjunto con la sociedad organizada del asentamiento para prestar labores de apoyo y realizar tareas de carácter institucional El pueblo kurdo está marcando la diferencia en Oriente Medio y suscitando el […]
El proyecto de solidaridad internacional, emprendido por un grupo de activistas jóvenes de Madrid comprometidos con la causa kurda, se basará en el trabajo conjunto con la sociedad organizada del asentamiento para prestar labores de apoyo y realizar tareas de carácter institucional
El pueblo kurdo está marcando la diferencia en Oriente Medio y suscitando el entusiasmo de miles de personas gracias a su esfuerzo colectivo en pos de una sociedad justa e igualitaria. Su propuesta es el confederalismo democrático, en el que se concatenan de manera inusitada dinámicas radicales de participación popular, propiedad colectiva, lucha por la liberación de las mujeres y prácticas ecológicas de protección ambiental. Rojava, el enclave sirio de la revolución kurda, es acechada y atacada por las tropas de Daesh y la aviación turca. Sin embargo, resiste frente a estas y otras adversidades mientras consolida su modelo y extiende su luz, que genera numerosas muestras de apoyo entre las corrientes emancipadoras del resto del mundo.
La Brigada 19 de Julio es una iniciativa de solidaridad con el movimiento de liberación kurdo promovida por un grupo de activistas sociales de Madrid que pretenden, de esta manera, mostrar su compromiso con la búsqueda de la paz y la justicia social en una de las regiones más codiciadas e intervenidas por las potencias occidentales. El próximo 9 de julio, parten con destino a Makhmur, la ciudad y campo de refugiados situado en la región de Bashur (parte de Kurdistán anexionada por Iraq). Una vez allí, el equipo se pondrá a trabajar codo con codo con la sociedad civil de la localidad en el desarrollo de tareas de apoyo en la organización del campamento y de carácter insititucional. «N uestro objetivo es crear puentes de cooperación internacional entre pueblos que luchan contra los intereses de un mismo orden mundial», expresan las participantes del proyecto.
Makhmur es una ciudad erigida en medio del desierto sobre la base de un asentamiento de acogida humanitaria. Su razón de ser fue la guerra y el hostigamiento y, actualmente, sigue siendo así. Cientos/Miles de personas llegan a la localidad para escapar de los conflictos armados y los genocidios que asolan Oriente Medio. Makhmur no es una población cualquiera, la soberanía reside en sus habitantes que participan en todos los aspectos de la vida pública. Poca gente sabe de su existencia, pese a que en esta comarca se desarrolla otra de las experiencias ligadas al proceso liberación kurda basado en el confederalismo democrático y el poder popular.
Detrás de las casas desvencijadas y de la precaria situación del campamento, hay una historia de enfrentamientos, huidas y persecuciones, un relato de supervivencia en condiciones extremas que ha marcado el devenir de este grupo de población kurda que tuvo que dejar su hogar y migrar de un sitio a otro en busca de seguridad. En 1993, el ejército de Turquía invadió las provincias del sudeste del país en su intento de exterminar la resistencia por el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) en la región de Bakur. Multitud de localidades fueron quemadas y la gente perseguida, reprimida y aniquilada. Como consecuencia de ello, decenas de miles de personas optaron por el exilio para evitar la muerte.
Su marcha les llevó a Bashur, la zona sur de Kurdistán en manos del Partido Democrático de Kurdistán (PDK) capitaneado por Masud Barzani, cuyo gobierno ha tejido importantes alianzas con Turquía, Estados Unidos o Inglaterra en la actualidad. Las tropas turcas atravesaron la frontera para atacar a los desterrados kurdos con la aquiescencia de la derecha kurda del PDK y los perseguidos tuvieron que recurrir a Naciones Unidas y solicitar el estatus de refugiados. No obstante, cuando la ONU reconoció dicha condición, las milicias del PDK (peshmerga) obstaculizaron el proceso y pasaron a la ofensiva, lo que provocó el desplazamiento de las víctimas al campo de Bersine. Una vez más, fueron asaltados por los peshmerga, pero el colectivo kurdo consiguió, tras varias revueltas y tensiones, asentarse en la zona.
Más tarde, en 1995, Turquía regresó con su ejército a territorio iraquí para continuar su guerra contra el PKK y muchos refugiados acudieron a Bersine huyendo delas matanzas. Finalmente, las exigencias de Turquía y el PDK sobre el organismo de Naciones Unidas llevaron a éste a desmantelar el campamento y dispersar a la población por la región, pero varios miles de personas se rechazaron dicha imposición y se instalaron en la llanura de Niniveh, una zona minada cerca de Mosul. Muchas vidas se perdieron por el camino entre los explosivos, los bombardeos turcos y las emboscadas de las milicias de la derecha kurda.
Tras pasar cerca de dos años en Niniveh, la ONU designó el establecimiento de los refugiados en el desierto de Makhmur, un lugar inhóspito donde confluyen las temperaturas extremas con el acoso de todo tipo de insectos que causan diversas enfermedades entre los habitantes del enclave. Desde entonces, la comarca ha desarrollado su autonomía bajo la protección de las fuerzas militares y de seguridad ligadas al PKK, produciendo un clima revolucionario que ya forma parte de la vanguardia transformadora del movimiento kurdo de liberación.
Makhmur se encuentra a unos 100 kilómetros de Mosul, controlada por las tropas de ISIS, y de Erbil, que se encuentra bajo la tutela del Gobierno Regional de Kurdistán (KRG) liderado por Barzani. Por esta razón, es objetivo de las amenazas del Daesh (que, desde 2014, ha realizado diversas tentativas de invasión) y del asedio de las milicias del PDK. El pasado mes de marzo, dos periodistas alemanes informaron del acecho de los peshmergas, que rodearon la localidad por diferentes flancos equipados con armamento pesado. Mas el grupo de refugiados muestra una y otra vez su capacidad de resiliencia frente a las dificultades, por enormes que éstas pueden ser. La población del campamento está dispuesta a defenderse de los ataques de sus enemigos con el apoyo de las guerrillas de mujeres y hombres de Rojava (YPJ e YPG, respectivamente) y gracias a la valentía y el espíritu comunitario de superación que ha florecido durante el calvario que ha sufrido.
Ahora más que nunca, es necesaria la implicación de la comunidad internacional y de todos aquellos que compartimos la visión de un mundo mejor basado en la solidaridad, la sostenibilidad y la justicia social. La Brigada 19 de Julio desea aportar su conocimiento e ilusión al modelo alternativo de Makhmur p ero, sobre todo, tendrán la posibilidad «de conocer de primera mano los ensayos y avances del movimiento kurdo, aprender de ellos y volver con la mochila llena de experiencias que contar». El 19 de julio es una fecha tremendamente significativa. En primer lugar porque, en 2012, fue el día en que se declara la Autonomía Democrática en Rojava. También un 19 de julio, en este caso de 1936, el pueblo se levantó frente al golpe fascista en España. Para terminar, la Revolución Sandinista derrocó en 1979 la dictadura militar de Somoza en Nicaragua.
De igual forma, las activistas, que serán recibidos por el Congreso Nacional de Kurdistán (KNK), manifiestan su intención de continuar con el trabajo de cooperación con las gentes de Kurdistán y fomentar la construcción en sus respectivos territorios de una sociedad democrática basada en la igualdad y el apoyo mutuo. Para ello, se llevarán a cabo una serie de actividades, entre las que se encuentran:
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Confección de un documental con todos los materiales recopilados.
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Organización de exposiciones con las fotografías realizadas durante el viaje.
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Difusión de la situación del Kurdistán y de nuestra actividad como brigadistas en cualquier espacio que lo solicite.
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Tratar de que este proyecto y los lazos generados con la comunidad kurda tengan una continuidad en el tiempo , ayudando en la formación de nuevas brigadas solidarias.
Asimismo, se ha puesto en marcha una campaña de recolección de fondos para transporte, seguros de viaje, traductora, equipo de grabación y, en última instancia, para desarrollar mejor el proyecto y su incidencia. La página para este fin es https://www.firefund.net/kurdistan-solidarity-brigade.