Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.
Los civiles sirios que viven en los pueblos que en la provincia de Idlib están bajo control rebelde han declarado que están siendo indiscriminadamente atacados por los bombardeos aéreos rusos y del gobierno sirio, y que entre los muertos y heridos graves hay bebés y niños.
Fuentes sobre el terreno describieron escenas de caos y devastación con hogares de zonas residenciales arrasados hasta los cimientos durante la intensa semana de bombardeos en la que han muerto al menos 150 civiles y resultado heridos varias docenas más, según responsables de la defensa civil.
«He sido testigo de un caos increíble, con los civiles atrapados bajo los escombros y la defensa civil intentando desesperadamente rescatarlos y recuperar cuerpos destrozados por todas partes», dijo a Middle East Eye Anas Alabdulla, periodista local de Mohambel, Idlib, tras correr al escenario del ataque aéreo que se produjo el pasado jueves a las 9,40 horas de la mañana, encontrándose con que tres de los muertos eran sus propios primos, todos ellos niños. Las víctimas del ataque, hasta un total de doce, eran mujeres y niños, según declaró.
«Es muy duro tener que contemplar un ser humano hecho en pedazos ante tus ojos, pero cuando encima se trata de tu propia familia… de los que tienes tantos recuerdos, con los que tenías tantos vínculos, resulta algo indescriptible.»
Según dijo, una de los asesinados era su prima Amani Mustafa, de diez años.
Civiles tratando de recuperar supervivientes y muertos (Foto: Abdelaziz Ketaz/MEE)
«Era una de las mejores estudiantes del colegio», dijo, «soñaba con convertirse en científica».
«Me gustaría poder preguntarle a Rusia, ¿en qué momento una niña se convierte en terrorista? ¿Y qué hay del silencio de la comunidad internacional? ¿De qué le han servido todas vuestras mentiras y promesas vacías a Amani y al resto de los niños muertos en esta masacre?
Rusia ha negado que esté atacando civiles y afirma que su objetivo son los militantes islamistas. Gran parte de la provincia de Idlib está controlada por Hayat Tahrir al-Sham, un antiguo afiliado de al-Qaida.
Niños y mujeres asesinados
Pero los vecinos del pueblo de Hwait al-Ess contaron a MEE que el día 26 de septiembre, a las 12,20 p.m., tres casas de civiles fueron destruidas por los bombardeos, matando a una madre y a su hijo de seis años.
Otras once personas resultaron heridas, de las cuales seis murieron posteriormente en hospitales de Turquía tras ser trasladadas al otro lado de la frontera.
Husain Ahmad, de 33 años, que trabaja en el consejo local, habló por teléfono con MEE y dijo: «La mujer de mi primo, de 27 años, y su niño de seis murieron en su casa. Mi primo, que estaba en la habitación de al lado, pudo sobrevivir. Su hijo de diez años está en ahora en estado crítico en un hospital de Antaquia».
«Todo el mundo está aquí en estado de shock. Esto es una masacre, en nuestro pueblo han resultado todos afectados. Nunca olvidaremos este día.»
«A mediodía, había aviones sirios y rusos sobrevolándonos. Todo el mundo estaba dentro de sus casas. Al oír el primer ataque, salimos fuera y vimos que algunas de las casas habían resultado alcanzadas. Son casas de civiles, esta es una zona residencial. Es un pueblo pequeño. No hay combates aquí. No tenemos extremistas, no tenemos a nadie del Daesh, ni de Nusra (el anterior nombre de los rebeldes de Hayat Tahrir al-Sham, ¡nadie está combatiendo aquí!»
Breve descanso de un voluntario de la defensa civil en medio de las intensas operaciones de rescate en Idlib (Foto: Abdelaziz Ketaz/MEE)
Otro pueblecito de la provincia de Alepo, de nombre Al Muhandisin Al Awal, resultó alcanzado por un misil ruso menos de dos horas después, a las 14,00, impactando sobre el hogar de una joven familia, matando al padre, Mohamad Al Isa, a su mujer y al bebé de ambos.
El periodista sirio Fawaz Juwad, que visitó ambos lugares tras los ataques, dijo a MEE: «Los ataques contra esos pueblos no tienen sentido alguno».
Fawaz fue uno de los primeros que llegó al lugar junto con el equipo de la defensa civil: «Conseguimos sacar de entre los escombros a una familia pero, por desgracia, estaban todos muertos. No sé qué edad podría tener el niño, pero llevaba aún pañales; estaba muerto cuando le sacamos, aferrado a su madre, que también había muerto».
Fuentes locales comunicaron a MEE que al menos 30.000 personas habían tenido que desplazarse tras una semana de duros bombardeos; la mayoría se dirigió a los campos de refugiados instalados en algunas zonas junto a la frontera turca, que están protegidos por un acuerdo de «zona segura» entre Rusia y Turquía.
Idlib ha sido una zona relativamente segura en estos últimos meses para los cientos de miles de refugiados que han huido de la guerra en otras zonas de Siria, incluyendo a muchos procedentes de la ciudad de Alepo, recuperada por el gobierno sirio el pasado diciembre.
Ali Obied, un voluntario de la defensa civil que se halla sobre el terreno en la provincia de Idlib, dijo a MEE que le sorprendió cuando le hubieran avisado para que se desplazara a una zona agrícola.
«El 23 de septiembre, a las 13,00 h., recibimos una llamada de socorro que decía que una granja de cría de animales en Kafr Halab había resultado alcanzada por lo que parecía ser un misil ruso.»
Civiles de Jisr al-Shughur, Idlib, tras un ataque aéreo ruso perpetrado el 25 de septiembre (AFP)
Los vecinos de Kafr Halab, una pequeña ciudad residencia situada en la zona rural del oeste de Alepo donde se han asentado muchas familias desplazadas de Aleppo, dijeron a MEE que la antigua granja servía ahora de hogar para familias que eran demasiado pobres para poder alquilar una casa.
Obied dijo a MEE que cuando llegaron al lugar se encontraron con cuatro heridos, uno de ellos un niño, y un adulto muerto.
«Cuando llegamos allí, familiares de los heridos vinieron para tratar de ayudarnos a recuperar los cuerpos, pero entonces fuimos atacados por un segundo bombardeo y tres de ellos resultaron también heridos. No teníamos espacio en la ambulancia para tantos heridos.»
Cuerpos destrozados
Asimismo, se ha informado que dos civiles fueron asesinados en otro ataque con misiles, al parecer rusos, sobre el pueblo de Kafr Karmin, al oeste de Alepo.
Obied, que estaba sobre el terreno minutos después del segundo ataque en Kafr Karmin, describe la escena: «Llegamos seis minutos después del ataque, que se produjo a mediodía. Había seis heridos graves entre las víctimas y también recuperamos dos cuerpos que se encontraban en la fábrica».
Dos trabajadores de una fábrica de azulejos murieron asesinados en el ataque, junto con vecinos de casas cercanas.
Abdelaziz Ketaz, periodista de Idlib, dijo que la defensa civil local y los voluntarios que se presentaron a ayudar habían declarado que la cifra de civiles asesinados era de nueve, entre ellos tres mujeres y seis niños, y que el número de heridos ascendía a quince.
Ketaz dijo que no había sido capaz de grabar los cuerpos de los muertos cuando llegó al escenario porque «estaban hechos pedazos». Las fotos eran demasiado perturbadoras para poder utilizarlas y dijo a MEE: ¿Ven ahora por qué ni siquiera podemos reflejar el alcance de estas atrocidades?».
Salwa Amor vive en Londres y trabaja como corresponsal de guerra y periodista especializada en temas de Oriente Medio. Ha cubierto acontecimientos en Turquía, Siria, Iraq, Kurdistán, Túnez, Líbano, Egipto, Jordania, Cisjordania e Israel para, entre otros, Al Jazeera, BBC, MBC, Current TV, Reuters Thomson, Sky y Euronews. Tiene un master en Medios Creativos por la Universidad de Bournemouth.
Fuente: http://www.middleeasteye.net/news/massacre-civilians-decry-aerial-campaign-idlib-1376827956
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