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[Crónicas sabatinas] Más acá y por debajo del nacionalismo, soberanismo y secesionismo excluyente.

La Cataluña secesionista de Toni Albà y los suyos contra la oda obrera-popular a Barcelona de Javier Pérez Andújar

Fuentes: Rebelión

Para Mercedes Arnal Mur y Francisco López Campo, in memoriam. Porque J PA , con el puño levantado y con un bocadillo en el alma , habló también de ellos. Para Carlos Riba García, un querido compañero y resistente argentino que ayudó a construir la Barcelona de la que nos habló JPA.   Existe [la […]


Para Mercedes Arnal Mur y Francisco López Campo, in memoriam. Porque J PA , con el puño levantado y con un bocadillo en el alma , habló también de ellos.

Para Carlos Riba García, un querido compañero y resistente argentino que ayudó a construir la Barcelona de la que nos habló JPA.

 

Existe [la Barcelona que él mismo evocó en el pregón] porque más de una generación la lleva dentro y porque si no estaríamos muertos. Es como decir que no existe el Gordito Relleno, de ‘Pulgarcito’. Está vivo porque ha estado en mis lecturas. El problema de la Barcelona de hoy es que es una marca comercial, es como una calle llena de Mangos y Zaras. Los medios no escuchan a la Barcelona real. Lo que se transmite de la capital catalana es una falsedad disfrazada de teleserie.

Javier Pérez Andújar (23/09/2016)

 

  Tras la caída de Barcelona en enero de 1939, Matilde [Landa] no acompañó la retirada del ejército y buena parte de la población civil hacia el norte, que concluyó en monumental cataclismo. Por el contrario, tomó el camino de Madrid haciendo el viaje de forma clandestina por carretera. Es difícil imaginar cómo pudo llevar a cabo semejante aventura teniendo que moverse por territorio enemigo y en circunstancias penosas y de peligrosidad extrema. Da la impresión de que era inmune al aliento de derrota que emergía a sus espaldas, que sus convicciones, siempre tan profundas y asumidas, así como la tenacidad de que hizo gala en todos estos años, le conferían una especie de inviolabilidad. Lo cierto es que sólo este viaje, que no conozco en detalle, daría material valiosísimo para una obra de ficción de cualquier género.

Juan Antonio Hormigón (2016)

 

Para ser leída mientras escuchan «Prefiero amar» (https://www.youtube.com/watch?v=8twCQdOC69Q: 19 de febrero de 2016, en el Palau obrero-popular barcelonés, que también existe; no en el Palau de Millet y de su banda, que nunca debió existir).

Obra de ficción de cualquier género, comenta Juan Antonio Hormigón en su texto de presentación de la obra de teatro de Agustín Iglesias: «Matilde Landa no está en los cielos». ¿Alguien se apunta? ¿Se imaginan lo que pudo significar para Matilde Landa, nuestra Tussy Marx, ese viaje clandestino desde Barcelona a Madrid? ¿Nos hacemos cabal idea? ¿No nos unió para siempre e se compromiso heroico, ese viaje casi imposible hacia el corazón de la resistencia antifascista? ¿Quién, quiénes quiere n romper ese lazo fraternal, el legado de es a decisión de la camarada Landa? ¿Cuántas calles en nuestras ciudades llevan el nombre de esta mujer admirable e inolvidable?

Hoy toca hablar de pregones… Perdón, de un pregón y de un insulto. Dejo para otra ocasión la vuelta al pasado -a los Nacionalistes d’Esquerra de los ochenta- que significa el proyecto político de Colau and friends. Antes de entrar en materia, el mejor chiste del año: protagonista principal don Raül Romeva [RR], el ex de ICV, el político profesional que se decía de izquierdas de Debò, el que iba en las listas de IU, recogía nuestros votos, se pasaba al grupo de Los Verdes europeos al día siguiente y nos tildaba de sectarios incorregibles a los que protestábamos por su aléfica caradura (http://cronicaglobal.elespanol.com/en-voz-baja/romeva-dice-en-eeuu-que-el-proceso-no-va-de-separacion-ni-de-secesion-1_61283_102.html). Resumo la noticia:

El mensaje que traslada el consejero Exteriores de la Generalitat en sus viajes «añade más confusión al proceso independentista» y hace que la ‘hoja de ruta’ sea prácticamente incomprensible. Así ocurrió durante una entrevista que le hizo el pasado 14 de septiembre la CCN en español aprovechando un viaje del conseller a EEUU. R R evitó utilizar la palabra «independencia» a lo largo de toda la conversación, no la mencionó ni una sola vez en los 8 minutos que duró la entrevista. Rechazó que el proceso que promueve la Generalitat tuviera que ver con la «separación» o con la «secesión» de Cataluña. «Nosotros nunca hablamos de separación, en primer lugar, hablamos de normalización de una situación». Insistió: «Tarde o temprano la realidad se va a imponer y va a demostrar que ni hay una voluntad secesionista, sino al revés, se trata de buscar nuevos marcos de acuerdo; ni hay una voluntad rupturista, sino al revés, se trata de aumentar todavía mucho más la interconexión; ni hay una voluntad de conflicto, sino al revés, hay una voluntad de entendimiento y de diálogo, y con el primer actor con el que nos queremos entender es con el Estado español«. El conseller explicó que la gente que se ha manifestado en los últimos años en la Diada «ha estado pidiendo democrática, pacíficamente, poder decidir un poco lo que quieren ser». ¡Poder decidir un poco lo que quieren ser! ¡Ni Heidegger! R R no dudó en contradecir a miembros de su ejecutivo y de su coalición que chulean de lo contrario. «En estos momentos hay un bloqueo en la gobernabilidad de España pero que no tiene que ver con Cataluña; al revés, Cataluña podría ser también una solución a la gobernanza de España».

Hasta aquí RR; extraigan sus propias conclusiones si les parece oportuno. No les costará. El tema que hoy nos interesa.

No conozco ninguna aproximación mejor al pregón de JPA, aparte del propio pregón (https://www.youtube.com/watch?v=k3kDMmVKieo ¡no se lo pierdan!) que una nota de Francesc Valls de la semana pasada: «Humo de fabrica en el Saló de Cent». C asi a la altura del pregón:

«El pregón del de Sant Adrià no se olvidó de nadie en su prolífico recorrido por la cultura popular, marginal y obrera que solo puede conocer quien como él tiene carnet de oro de la internacional de los bloques, una distinción que no da derecho a descuentos pero sí a conocer con efectos retroactivos los antros en la gran Barcelona donde intercambiar las novelas de Mortimer Cody o de Curtis Garlanddonde, en la gran Barcelona, se podían intercambiar las novelas de Mortimer Cody o de Curtis Garland. Eso solo lo saben quienes pueden contar batallitas, como el abuelo Cebolleta. Esas obreras y obreros que cuando alzaban el puño levantaban el bocata, esos barceloneses que han convertido la capital catalana en una ciudad de tebeos y de fábricas, de diferentes tipos de bocadillos, como explicó Pérez Andújar.

La transición tuvo sus peajes. Durante años se puso sordina a nombres como el de Manuel Fernández Márquez, obrero de la térmica del Besòs asesinado por el franquismo, en 1973, como dos años antes lo había sido Antonio Ruiz Villalba, trabajador del taller 4 de Seat. Por eso es importante que el humo de fábrica se expanda y ponga nombre a las cosas.

JPA hizo anoche una oda a toda esa Barcelona olvidada, dedicada especialmente a los sin suerte o sin derecho a ella. Esos ciudadanos que llenan cárceles, duermen en la calle o en pisos de 40 m2, eso sí, con tresillo. Entre ellos ha habido entusiastas de Carpanta, admiradores de Nazario, viejos lectores de El Papus, adoradores de la Banda Trapera del Río o de ese Manolo Escobar que vivió el barrio de la Salut de Badalona. Todo ellos integraron esa cultura universal que rompe fronteras. Quizás por eso la alcaldesa de Badalona y el alcalde de Sant Adrià de Besòs no quisieron perderse el pregón de Pérez Andújar en el Saló de Cent. Eso sí, la homenajeada principal fue la Fiesta de la Mercè de esa ciudad que no quiere olvidar a ningún barrio, como el inmortal Gato Pérez que nació en Buenos Aires, pero eso no importa -dijo Pérez Andújar-, porque cuando lo hizo era muy pequeño».

Conviene hablar también del día después por boca del protagonista. De la entrevista de Albert Bertran al propio pregonero, viernes, 23 de septiembre del 2016:

«¿Cómo se siente el día después? Como si hubiera protagonizado una película de ciencia ficción. Entré en una puerta espacial y hoy el planeta es otro. Estos últimos días me han acusado de cosas que jamás he escrito. No quise explicarme por Twitter a quien no quiso escuchar. Prejuzgaban, preleían, prepensaban y, sobre todo, no se han parado a pensar. Me atribuyeron una ideología que no tengo. Decían que era españolista o unionista, lo decidieron ellos por su cuenta. Era una necesidad desesperada de ponerme en el papel de diablo, del enemigo que necesitan para existir.

Lo que sí escribió en una crónica en El País hace tres años es que la Diada le recordaba a un parque temático. Fue uno de los argumentos que algunos independentistas utilizaron para excluirme de la vida civil. Sí, hice una sátira y dije que parecía un parque temático. Cómo no iba a decirlo si iban todos en manada, haciendo todo lo que les mandaba la organización, y todos con la misma camiseta. Creo que Catalunya aspira a ser un país normal. La sátira es necesaria. En París veneran el ‘Charlie Hebdo‘ y en Barcelona hemos tenido ‘El Papus’ y ‘El Víbora’, referentes de que lo más sagrado es satirizable. Ironizo siempre sobre catalanes o sobre españoles. Me voy a reír igual.

¿Una caza de brujas? No, solo fueron a por mí. Fue un mazazo, un linchamiento como los de la película ‘Furia‘, de Fritz Lang. Reviví el minuto final de ‘Frankenstein’, cuando los campesinos suben con antorchas a quemar su guarida. Los que me insultaban eran pocos pero muy desesperados y persistentes. Me daban pena, como algunos personajes del tebeo.

¿Qué pensó cuando Toni Albà anunció su pregón carnavelesco en Pla de Palau? Ni me di cuenta de que era raro. Es un cómico de oficio en el sentido decente de la palabra. No me sorprendió que se disfrazara de Felipe V. Lo que me pareció extraño es que el grupo municipal de CiU enviara en su representación a dos concejales, dándole carácter institucional. Pensé que se les había ido la pinza, que iban a apoyar el ruido de carracas. Si yo hubiera podido elegir no habría ido ni a mi pregón. A esa misma hora mi amigo Jordi Canyissà presentaba su libro Raf. El gentleman de Bruguera. Allí es dónde debían de haber enviado a los ediles.

¿Qué opina de CiU? Los convergentes se han quedado solos, igual que el PP. Se han comportado con la misma mala baba y resentimiento. CiU se ha convertido en el PP de Catalunya. El día del pregón se me acercó Xavier Trias en tono dulce, amable y conciliador. El día anterior algo cambió, el viento cambió de sentido. Sopló hacia otro lado, crecieron los apoyos hacia mí.

 El gobierno de Ada Colau apuesta por dar voz a las reinvidicaciones vecinales en los barrios. Por eso me eligieron como pregonero, por todo lo que he explicado de los barrios, y porque este año tocaba un escritor con motivo del nombramiento por parte de la Unesco de Barcelona ciudad literaria. En mí se juntaban las dos condiciones. Estoy totalmente a favor de que el ayuntamiento favorezca a los barrios. Me crié en Sant Adrià del Besòs. Salía a jugar y veía cómo mis vecinos cortaban las calle para reclamar un ambulatorio o una guardería vecinal. En esos años, sabíamos lo que le pasaba al vecino de al lado, y la cultura era de otra manera porque se compartía».

Volvamos al pregón. Leído como hay que leerle, Francesc Valls tiene tazón: JPA no se olvidó de nada.

Hablo del humo de las fábricas, de fábricas en lucha y todos pensamos en la poesía de Miquel Martí i Pol.

Habló de los que leíamos el Víbora (no siempre) y de los que leíamos también Saida, Materiales, Transición, Por favor, El Viejo Topo y mientras tanto (siempre que podíamos).

  Habló de mujeres escritoras y todas pensamos en Mercè Rodoreda, por supuesto, y en Teresa Pàmies, en Montserrat Roig y en los campos de exterminio de los que esta última nos habló cuando apenas sabíamos nada.

Habló de Manuel Vázquez y todos pensamos también en Manuel Vázquez Montalbán, en su compromiso, en su poesía, en sus novelas, en su militancia antifascista y comunista.

Habló de los que defendieron la II República democrática, aquella que reunió a la guerra como método de política exterior, y todos pensamos en familiares nuestros, en exilios y en asesinatos.

Habló de doña Urraca y de mil personajes más y todos pensamos en Sisa y en «Qualsevol nit pot sortir el sol».

Habló de la Via Laietana, de los maderos, y todos pensamos en torturas, en sufrimiento s , en muertes, en aquel gran fascista llamado Creix que hablaba catalán en la intimidad y en la Jefatura Superior de Barcelona donde ninguna placa indica lo que fue, un centro fascista de tortura.

Habló del Estado de bienestar y todos pensamos en aquel Estado de fascismo y malestar que fue causa de luchas y movilizaciones que no «oblidarem mai». Ni las de aquí, desde luego, pero tampoco las de allí.

Habló de trabajadoras y trabajadores que sacaban fuerza de su propia pobreza para convertir la vida en democracia y todos entendimos que esa democracia era eso, poder del demos, no esto, poder de las corporaciones y sus representantes serviles, y que era también mucho más que eso, que aspirábamos a una democracia republicana federalista y socialista .

Habló de los que teníamos amistades en Zaragoza, Madrid o Bilbao, amigas y amigos que estaban encantados de visitar la Barcelona antifascista que solían mitificar, la Rosa de Fuego, la ciudad hermanada con las luchas de todos los pueblos de España, no del Estado español, ni del Reino de España .

Habló de Manolo Escolar, al que los jóvenes no solíamos oír (nos parecía muy carca; mi madre, en cambio, lloraba escuchándolo) y habló a un tiempo, sin citarlos explícitamente, del gran Miguel Poveda y de un catalán-filipino-madrileño, Luis Eduardo Aute (¡ponte bien maestro, que te echamos mucho en falta!).

Habló, generosamente, de la Barcelona de todos pero estaba claro que no incluía a los que no están ni han estado con todos: los Millets, los Pujols y unos cuantos, muchos más. La lista es densa y poblada y in crescendo.

Habló de luchas democráticas, del PSUC, de CCOO, de otras organizaciones comunistas, de los caídos, de los asesinados, de Márquez, Ruiz Villalba, de Salvador Puig Antich y de muchos otros. Y de otras, de muchas otras.

Habló de las luchas antimilitaristas, de las luchas antiotánicas, del profesor de estética y de ética, José María Valverde, cogiéndose de la mano con tantos otros.

Habló de la mesura, del equilibrio, de la irracionalidad de las apuestas alocadas, de las luchas antinucleares, del CANC, de Eduard Rodríguez Farré, que nació en Argelès.

Habló de los perseguidos, de los torturados, de obreros como Paco Téllez, esos mismos que levantaban el puño, el alma y el bocadillo, los tres a un tiempo y en este caso sin contradicción, luchadores imprescindibles que siguen levantado su alma comunista en el puño que siguen levantando.

Habló de los republicanos apátridas catalanes y españoles, sin ninguna línea de demarcación o escisión.

Habló de Machado, por supuesto. Y de Lorca, de Hernández, de Espriu, de Bartomeu Rosselló-Pòrcel, de Gil de Biedma, de los Goytisolo, de los poetas de todos.

Habló del carrer de la Llibreteria, del Mesón del Café. Y también, sin citarlos, de Giulia Adinolfi, de Manuel Sacristán, de Francisco Fernández Buey, de Pere de la Fuente, de Maria Rosa Borràs, de Neus Porta, de Pilar Fibla. Y de Ocaña por supuesto.

Habló de los kioskos, de cómics y de libros de bolsillo, de aquellos centros de cultura popular que fueron tanto para tantos de nosotros.

Habló de refugiados y de un Arnal oscense, que a mí me recordó a mi madre y a mi abuelo.

Habló de tebeos y del TBO, que tanto nos gustaron y nos formaron. Y de Víctor Mora y del Capitán Trueno. Y de Nazario, y de Florita.

Habló de los Encants, del mercado de Sant Antoni, de editoriales que nunca mueren, de los rayos que no cesan, de la Barcelona de los libros clandestinos, de ensayos que tanto nos mascaron a pesar de no leerlos siempre (no teníamos tiempo). ¡Aún esperan en nuestras estanterías!

Habló del Barrio Chino donde muchos, yo mismo, empezamos a trabajar.

Habló de Cervantes, de Martí de Riquer, del Quijote, del «aquí se imprimen libros», de la piratería, de fotocopias, de prólogos que fueron clásicos para nosotros.

Habló de Montse Clavé que «era una de les dibuixants (dibujantes) per a contes (cuentos) de nenes, que era del partit i en actiu, durant molts anys, a «La negra y criminal» amb el seu company», como ha recordado Antoni Montserrat.

Habló de radios críticas, de radios cañeras, de radios resistentes. Y también de Constantino Romero al que quizás, algunos, no supimos valorar del todo. ¡Le cogimos manía al escuchar su voz en aquel nefasto y fascista «Harry el sucio»!

Habló de la Barcelona desesperada del 27S, de la muerte, del asesinato de Txiki en Cerdanyola, de las manifestaciones en Barcelona, de nuestro llanto, de nuestra impotencia.

No habló, desde luego que no habló, de Miquel Mateu i Pla, el alma de hierro franquista, el del imperio de los casinos en Cataluña, el origen de la familia que ha controlado el negocio de las salas de juego privadas en Cataluña, el representante prototípico de la burguesía catalana más conservadora, amigo leal del ‘Caudillo’ y primer alcalde de la Barcelona franquista. A propósito: ¿Alguien habló de una guerra contra Cataluña y los catalanes?

No habló, por supuesto que no habló, de Antonio López, del doctor Robert, de los Güell y su acumulación de capital.

Habló, eso sí, de esta Barcelona de la que también hablaba Manuel Sacristán en una carta familiar escrita en México en 1983:

«Me parece muy bien que hayáis encontrado piso, y que lo pintéis, y que esté en un sitio tan agradablemente barcelonés como esa manzana, en la que estuvo la escuela de Comercio, y en la que una vez estuve a punto de matar a un señor (a un cerdo, para ser más exacto) o de que me matara él a mí, y que es la manzana de al lado de la de la Pensión Cisneros, donde yo he vivido dos veces cuando, antes de llegar a no tener nada, me encontraba en la más absoluta miseria. Muy divertido todo […] Por lo que dices, las aberturas están orientadas a Poniente, es decir, a Enrique Granados, o hacia la Plaza Letamendi. En la Plaza Letamendi hay un estanquito donde una vez me metí para despistar a gentuza y, para no despertar sospechas del estanquero, salí, casi media hora después sin una peseta, pero con mucho tabaco y con una pitillera de piel de testículo de toro que le regalé a Anna, la cual quizá se acuerde todavía. Pero la plaza, que era muy agradable en los años 40, quedó hecha una birria al cubrirse la zanja del tren de la calle Aragón y al instalarse un garaje monstruoso de SEAT en el chaflán NO. En el chaflán SE hay, o había, una ferretería, de la que proceden nuestros cubiertos de acero inoxidable. Giulia, que era tan europea, sólo quería acero inoxidable cuando en España no se fabricaba apenas. Y una tarde, esperando por allí una rebuznión, vi descargar una caja que llevaba una gran etiqueta: «Cubertería de acero inoxidable». De modo que al día siguiente fuimos a comprar los cubiertos. Item más: en la acera de Enrique Granados entre Consejo de Ciento y Aragón hay o había una parroquia en una especie de garaje, regentada durante años por uno de los curas más fascistas de Barcelona. En el chaflán SO de Balmes y Aragón hay una pastelera, más patriota catalanista que buena. Y un poquito más lejos, en el tramo de Consejo de Ciento, entre Enrique Granados y Aribau, hay tiendas y talleres muy atractivos: carpinterías, papelerías, una granja a la antigua con cosas muy buenas. Un poco más lejos, en el tramo de Aribau, acera de los pares, entre Consejo de Ciento y Aragón, hay un restaurante muy camp que, salvo que esté en temporada de moscas, resulta muy agradable. Además, en el cine que está en Aragón, acera montaña, entre Aribau y Muntaner, se consumen tantas pipas como el La Bordeta o en el Besós. En suma, es un microbarrio muy divertido».

Habló también de las gentes de barrios, de túneles, de calles, de gentes que construyeron casi todo, de obreros y obreras, de gentes que transformaron eriales en dispensarios, de la política clandestina, y también de hijos de obreros enganchados y caídos. La muerte levantó muy pronto el vuelo también para ellos.

Habló de la Barcelona de mala suerte y de las gentes de mala suerte a las que gobiernos que se las dan de demócratas y humanistas les llegaron a recortar incluso la merienda. La pela, definitivamente, és la pela para muchos constructores de patrias.

Habló de la calle Manuel Fernández Márquez, habló de Manuel (que se llamaba Manuel y pensamos en Amanda, en Víctor Jara y en Raimon) y de las gentes de abajo que perdieron la vida.

Habló de la industria criminal del amianto -e hizo referencia a dos amigos andaluces: Paco Báez y Paco Puche- y de los trabajadores y ciudadanos fallecidos -y de los que fallecerán en un futuro próximo o más lejano- por una ansia compulsiva e inhumana de beneficios. En Castelldefels, en Cerdanyola,…

Habló del derecho a ser de Barcelona, cada cual a su manera, aunque hay maneras y maneras y algunas son excluyentes y tan sólo para unos cuantos privilegiados. A los demás, que les den, como dijo su colega valenciana en el Congreso de Diputados.

Habló de los que no tienen casa ni habitación y duermen en las calles. O viven en casas de 40 metros cuadrados.

Nos habló de bocadillos y de gentes que levantaban el bocata y el puño, y nos recordó los bocadillos que hacían nuestras madres -¡no nosotros!- cuando íbamos a trabajar a los 13, a los 14 años, o incluso antes, como mi hermana, y con un tamborete, para llegar bien a la cafetera de la cadena de producción.

Habló de los CIE y todos pensamos en las gentes que malviven allí y en uno de los colectivos solidarios con ellos que obtuvo el Premio PACO FERNÁNDEZ BUEY el año pasado.

Habló de gentes explotadas, de gentes desesperadas, de gentes que no encuentran, porque no existe, un trabajo digno, pero que siguen allí, ahí, como le gusta decir a Jorge Riechmann, dignas e indignadas.

Habló de Triunfo y de una Barcelona con Chile en el corazón (y con Neruda y Allende), con Nicaragua (la del primer sandinismo) en el corazón, con el Portugal de los claveles en el alma (¡25 de avril sempre!, ¡25 de avril sempre!), una Barcelona abierta al mundo, solidaria con todas las causas nobles.

Y siguió hablando… Y sigue hablando.

Pero fuera de allí no habló él. Hablaron otros.

Habló Toni Albà, un cómico sectario de ese programa nacional-secesionista llamado «Polònia» que hace mucha gracia: ja, ja, ja, bajo la dirección de Toni Soler, el «gran historiador», el bien remunerado intelectual orgánico del tricentenario de la estafa, la mentira y la confrontación (véase Henry Kamen, España y Cataluña. Historia de una pasión).

Así se ha explicado la intervención de Albà: «El actor, ataviado como Felipe V, protagonizó el pregón alternativo de las fiestas de la Mercè. A solo unos kilómetros del Ayuntamiento de Barcelona, se organizó un ‘contrapregón’ en el que no solo se reclamó la independencia de Cataluña sino que se criticó con dureza la gestión de Ada Colau al frente de la Ciudad Condal y que congregó a un millar de personas… «Es miembro de la ‘prudente y moderada’ Asamblea Nacional Catalana. Albà es muy crítico con los españoles: los  calificó en una entrevista de «pobres». La alcaldesa ha sido abucheada y «las críticas se han centrado en ella, a la que ha reprobado por sus medidas ‘chapuzas’ contra los pisos turísticos y los manteros y de haber sido una ‘aprovecha’ por acusar de ‘mangonear’ al ex alcalde Xavier Trias durante la campaña electoral de las municipales del pasado». También se consideró, entre fuertes aplausos, «que Colau gobierna contra los negocios catalanes y que será la culpable de que el Mobile World Congress termine en Madrid». Remarco: ¡contra los negocios catalanes! ¿Alguna duda sobre el punto de vista y las clases implicadas?

Entre los asistentes, el presidente del JxSí en el Parlament, Jordi Turull; el eurodiputado Ramon Tremosa; el diputado de JxSí Eduardo Reyes (Súmate… ¿a qué?); los concejales Francina Vila, Jordi Marti (CDC) y Gerard Ardanuy (Demòcrates). ¡Dios los creó y ellos se han juntado!

Y por si faltara algo,  tomo pie en una nota del profesor y helenista gramsciano Miguel Candel, «van y lo montan delante de la Escuela Superior de Náutica (que, por cierto, al comienzo de la Guerra Civil fue sede del Comité de Milicias Antifascistas). Pues de ‘náuticos’ van, ‘bon vent i barca nova’ (pero con muchas vías de agua)». Eso, bon vent.

Me olvidaba. J P A, a su manera , sin apenas decir, también habló de Matilde Landa. ¿Cómo no iba a hacerlo?

Nota:

1) http://ccaa.elpais.com/ccaa/2016/09/22/catalunya/1474572912_186188.html

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