La orfandad moral y la ausencia de escrúpulos de los enemigos de la Revolución cubana han vuelto a demostrar que no conocen límites. El fallecimiento por enfermedad de un recluso común, que había sido condenado por actos de violencia contra una mujer, y que contó con todas las atenciones y garantías de los servicios de […]
La orfandad moral y la ausencia de escrúpulos de los enemigos de la Revolución cubana han vuelto a demostrar que no conocen límites. El fallecimiento por enfermedad de un recluso común, que había sido condenado por actos de violencia contra una mujer, y que contó con todas las atenciones y garantías de los servicios de salud cubanos, se ha intentado convertir en materia prima para una nueva campaña de descrédito contra Cuba.
Desde inicios de esta semana, medios de prensa asentados en Miami se frotaban las manos con la posibilidad de que Wilman Villar falleciera, y en coordinación con quienes aquí cuentan con las tecnologías suministradas por el gobierno norteamericano para construir constantemente noticias falsas y manipulaciones, lanzaban la matriz de opinión de que esta persona era un «disidente» en huelga de hambre. Como ha aclarado una información suministrada por el gobierno cubano ambas cosas distan de ser ciertas; se trata de una persona que luego de haber cometido un delito violento e indefendible y provocar lesiones en el rostro a su esposa, por lo cual fue procesado en libertad, fue inducido a creer por elementos a sueldo de Estados Unidos que incorporándose a una de las microorganizaciones que estos operan evitaría la acción de la justicia.
Ocurrido el deceso en el hospital clínico quirúrgico Juan Bruno Zayas, a donde fue trasladado Villar desde el puesto médico de la prisión, en un esfuerzo por salvar la vida que en Cuba no se detiene ante condición política ni legal, los buitres creyeron listo el escenario para su festín. Sin el menor intento de verificación, en un coro de mentiras y tergiversaciones, varios poderosos medios de comunicación lanzaron la «muerte de un disidente cubano en huelga de hambre». De inmediato, la vicepresidenta del gobierno español, el presidente de Estados Unidos y una alta representante de la Unión Europea, todos cómplices de barbaridades en la violación de Derechos Humanos en sus propios países y en lugares como el territorio que ocupa ilegalmente en EE.UU. en Guantánamo, se apresuraron a justificar sus acciones de agresión contra Cuba con base en la nueva mentira, mientras la portavoz del Departamento de Estado norteamericano premiaba la triste labor de sus lacayos asegurando que su gobierno continuaría la «ayuda humanitaria a los disidentes y sus familiares».
Entrevistados desde Cuba en medios como CNN, personajes convertidos en periodistas por obra y gracia de su subordinación a la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, dejaban escapar el verdadero objetivo: dañar las próximas visitas a Cuba de la presidenta de Brasil y el Papa Benedicto XVI.
Pero se trata realmente de la certificación de una derrota para quienes buscan crear en Cuba el escenario que propicie la aplicación de una receta como la empleada en Libia. Durante todo el año 2011, medios de prensa extranjeros cubrieron para el mundo el «levantamiento popular en Cuba» que nunca ocurrió, «golpizas» a «disidentes» que jamás pudieron probar, y hasta acusaron –como la agencia AFP– a la policía cubana de controlar los cielos de Miami para evitar que en La Habana se vieran fuegos artificiales lanzados por connotados terroristas residentes allí. Mientras tanto, lo cierto es que las cárceles cubanas continuaron vaciándose de prisioneros, las transformaciones económicas debatidas ampliamente por el pueblo comenzaron a ponerse en marcha y dar sus primeros resultados y los visitantes extranjeros al país se incrementaron de modo significativo.
Sin embargo, desde Miami, llegan noticias que pueden resultar aleccionadoras en relación con esta nueva campaña contra Cuba. Ayer el canal de televisión del Sur de la Florida América Tevé-41 entrevistaba a la madre de Orlando Zapata Tamayo, otro caso cuyo fallecimiento sirvió para insultar y mentir contra el gobierno cubano. La madre de Zapata llegó a los Estados Unidos entre vítores y abrazos pero ahora dice que el espíritu de su hijo «estará sufriendo lo que está pasando su madre». La señora afirmó sentirse manipulada por los mismos que prometieron ayudarla y relató cómo se gana la vida trabajando de criada, limpiando casas, cuidando ancianos y -junto a su esposo- cortando hierba en patios de Miami. «Vivimos nueve personas en una sola casa, pero no nos alcanza el dinero para pagar la renta de 2,300 dólares mensuales, más el resto de las cuentas (agua, luz, teléfono, y comida, entre otras)», declaró la anciana señora a quien ni sus apariciones junto al connotado terrorista Luis Posada Carriles le han reportado los dividendos prometidos allí donde muchos celebraron como una victoria la muerte de su hijo.
Y es que los políticos cínicos y los medios de comunicación manipuladores podrán mentir hasta el hartazgo pero la realidad sigue su curso y pone las cosas en su lugar. (Publicado en CubAhora)
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