– Al inicio de la COP la presidencia brasileña pospuso a los últimos días de la cumbre el debate los temas más conflictivos. Ante la falta de acuerdo de los países para implementar una transición que deje atrás los combustibles fósiles, esta decisión pone en riesgo la posibilidad de alcanzar consensos.
– La UE opta por distraer la atención con una nueva propuesta sobre una transición justa en lugar de sumarse al amplio acuerdo de la mayor parte de países, la sociedad civil y los sindicatos.
– La Cumbre de los Pueblos entrega al presidente de la COP la carta con las demandas de los pueblos del mundo.
Tras
la primera semana de negociaciones, la COP30 ha cerrado esta primera fase
técnica de las negociaciones en el tiempo previsto, algo que no ocurría desde
hace varios años. Sin embargo, de acuerdo con los observadores de la sociedad
civil, este aparente éxito esconde una realidad preocupante: la presidencia brasileña eliminó desde
el inicio la posibilidad de debatir los temas más conflictivos, posponiéndolos
deliberadamente a la segunda semana.
La presidencia ha agrupado los asuntos
más complejos en cuatro bloques que se abordarán en los últimos días de la
cumbre: la obligación de financiación del Norte global (artículo 9.1 del
Acuerdo de París), el fin de los combustibles fósiles y la aceleración de la
reducción de emisiones, la transparencia en los compromisos climáticos y las
medidas unilaterales de comercio.
Javier Andaluz Prieto, responsable de Clima y Energía de Ecologistas en Acción, advierte: “La presidencia opta por una estrategia demasiado arriesgada. Posponer los debates fundamentales a los últimos días de la cumbre pone en enorme riesgo alcanzar acuerdos. Cerramos una primera semana en falso”. Andaluz añade que “los cuatro elementos que la presidencia quiere abordar en la decisión final de la cumbre requieren en estos momentos un acuerdo muy complejo y ambicioso. Una generosidad internacional que aún no se ha dado, y que parece que nos dirigirá nuevamente a un acuerdo más declarativo que real, que difícilmente se materializará, como está pasando con esa decisión de Dubái de poner fin a los combustibles fósiles”.
El Mecanismo de Acción de Belém para la transición justa
Uno de los principales puntos de conflicto ha sido el Mecanismo de Acción de Belém para la Transición Justa (Belém Action Mechanism o BAM, en sus siglas en inglés), una propuesta exigida por la sociedad civil y los sindicatos de todo el mundo que, durante los primeros días de la cumbre, el G77 y China incluyeron en las negociaciones. Sin embargo, los países del Norte global bloquean el acuerdo. En lugar de aceptar la propuesta avalada por la mayoría del mundo, la UE ha presentado una alternativa: un ‘Plan de Acción para la Transición Justa’ que, para Javier Andaluz, solo responde a las necesidades del Norte, ignora la urgencia requerida y tergiversa la propuesta del mecanismo acusándola de ineficiente: “En lugar de abordar medidas definitivas a aprobar por la COP30, la Comisión Europea y los Estados miembros, optan por dilatar este importante paquete a través de nuevos diálogos que durarán años”.
Las discusiones sobre transición justa también han recibido el ataque de los países LMDC (Like-Minded Developing Countries), que impiden que los acuerdos recojan cualquier mención a la necesidad de poner fin a los combustibles fósiles, algo ya acordado en la cumbre de Dubái. Andaluz subraya: “Mantener estas menciones requiere también de una empatía del Norte global para paliar los efectos sociales y económicos de esas políticas, algo que no se ve en las salas de negociación. En su lugar, vemos nuevamente el reiterado empeño del Norte global, y particularmente los países del G7, de evadir sus responsabilidades históricas y actuales, y a los países petroleros instrumentalizando al G77 y China”.
Mitigación
En cuanto a mitigación, la cumbre comenzó sin que muchos los países, incluida la UE, presentaran sus nuevos compromisos de reducción. A ello, se suma la falta de un espacio formal en la COP30 para poder abordar la “brecha de ambición e implementación”, es decir, para responder a la siguiente pregunta: ¿qué se puede hacer para limitar el aumento de la temperatura mundial a 1,5ºC con respecto a niveles preindustriales (uno de los grandes objetivos del Acuerdo de París), teniendo en cuenta que los esfuerzos hechos hasta ahora son menores de lo que deberían?Esto ha causado que la presidencia vaya a incorporar la brecha como uno de los cuatro elementos a incluir en la decisión final. Sofía Fernández, activista del Área de Energía de Ecologistas en Acción, declara: “Observamos que no hay una ruta clara para llevar a cabo una transformación que deje atrás los combustibles fósiles. Nohay un espacio para discutir sobre transición energética, deforestación o relaciones de la crisis climática con la crisis de biodiversidad”. Asimismo, señala: “Peligra el alineamiento entre la política climática y la mejor ciencia disponible, los informes del IPCC de cara a los próximos años.
Finalmente, hay que destacar la mención a los mal llamados “combustibles de transición para conseguir transiciones justas”. Dentro de los “combustibles de transición”, está el gas fósil, cuyo uso continúa generando crisis climática e injusticia.
Adaptación: negociaciones estancadas
En materia de adaptación, otro de los acuerdos cruciales esperados en esta cumbre, las negociaciones avanzan peligrosamente lentas frente a una crisis que se acelera. El objetivo de esta COP30 es ambicioso pero urgente: adoptar aproximadamente 100 indicadores para medir los avances concretos hacia el Objetivo Global de Adaptación (GGA), evaluando tanto la conservación de ecosistemas como el cumplimiento real de los compromisos de financiación internacional. Paralelamente, esta COP debe abordar la brecha de financiación, es imperativo aprobar un nuevo compromiso que triplique la financiación pública para adaptación desde los niveles de 2022 hasta 2030, junto con una estrategia clara que establezca vías de implementación post-2025.
La Opinión Consultiva de la Corte Internacional de Justicia: claridad jurídica incómoda
La Opinión Consultiva de la Corte Internacional de Justicia, publicada en julio de 2025 a instancias de Vanuatu y una coalición de Estados insulares y movimientos del Sur global, establece que los Estados tienen obligaciones jurídicas vinculantes para proteger el sistema climático. La CIJ subraya tres obligaciones clave: mantener el límite de 1,5°C como compromiso legal; proporcionar financiación a escala de las necesidades reales de Pérdidas y Daños mediante recursos públicos basados en subvenciones y el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas; y garantizar el derecho a reparación integral de las comunidades afectadas. Esta opinión llega en un momento clave, coincidiendo con la revisión del Mecanismo de Varsovia sobre Pérdidas y Daños en la COP30, y sería de esperar que influya significativamente en las negociaciones sobre financiación climática.
Para Irene Rubiera, activista del Área Jurídica de Ecologistas en Acción, esta opinión marca un antes y un después en el derecho climático internacional: “La CIJ no ha podido ser más clara en su dictamen: ignorar estas obligaciones no las hace desaparecer. Los Estados deben elegir entre cumplir con el derecho internacional o admitir abiertamente que priorizan intereses económicos sobre vidas humanas”.
La Cumbre de los Pueblos: la voz de la sociedad civil
El domingo finalizó la Cumbre de los Pueblos, un encuentro de pueblos originarios, indígenas, afrodescendientes, campesinos, pescadores, sindicatos y ecologistas, que se reunieron en la Universidad de Pará para mostrar al mundo la “fortaleza y unidad de la sociedad civil frente a un sistema depredador que devora territorios y vidas”. Como resultado, la Cumbre de los Pueblos elaboró una carta muy completa que proporciona un análisis detallado y crítico de la crisis global. Este documento es fruto de dos años de trabajo con el interés de englobar las voces de las poblaciones más vulnerables, diversas y afectadas por la desigualdad y la degradación ambiental. Para Sara Facchinelli, activista de Ecologistas en Acción de Almería presente en la COP30: “La Cumbre de los Pueblos ha puesto de nuevo en evidencia la interconexión entre los conflictos sociales y climáticos, cuyo origen es el mismo sistema económico depredador de la vida. Las comunidades presentes nos han recordado la responsabilidad histórica de un Norte global que sigue con tácticas neocoloniales maquilladas de verde”.
Entre los contenidos de la carta se critica que la transición energética se está desarrollando bajo la lógica capitalista y, por lo tanto, perpetúa la injusticia, la desigualdad y el extractivismo en el Sur global. También exige el fin de los combustibles fósiles por medio de una transición justa en la que se considere la energía como un bien común. Entre los elementos de esta declaración se rechaza la Tropical Forest Forever Facility propuesta por el gobierno, al considerarla una iniciativa que incrementa enormemente la presión en los territorios, además de ser una forma más de comercializar la naturaleza. Fachinelli subraya: “Se hace evidente cómo los pueblos y personas reunidas en esta cumbre de los pueblos están dispuestos a abordar con solidaridad la complejidad de la crisis climática”. Y añade: “Esa solidaridad va más allá de la crisis climática, denuncia el genocidio en Palestina y la violencia en Sudán, la República del Congo, Nigeria… Son muchas las razones que nos hacen sumarnos a todas las propuestas de la Cumbre de los Pueblos, que reclamaremos dentro y fuera de las negociaciones”.


