El estudio del lenguaje mediático y político es importante. Sirve para comprobar que se pretende mostrar al público, aunque la realidad no tenga nada que ver con lo que se cuenta. Hemos escuchado a la ministra de medio ambiente, Cristina Carbona decir que el acuerdo de la conferencia de Bali sobre cambio climático es «histórico […]
El estudio del lenguaje mediático y político es importante. Sirve para comprobar que se pretende mostrar al público, aunque la realidad no tenga nada que ver con lo que se cuenta. Hemos escuchado a la ministra de medio ambiente, Cristina Carbona decir que el acuerdo de la conferencia de Bali sobre cambio climático es «histórico porque incluye por fin a Estados Unidos (1) en una hoja de ruta para negociar un acuerdo post-Kioto». Supongo que con ello ya podemos quedarnos en casa, ¡que bien! ya está todo solucionado.
Al comienzo de la cumbre, la UE quería que para 2020 se redujeran las emisiones de dióxido de carbono entre un 20 y un 40% con respecto a los niveles de 1990 (2). En el acuerdo final esto va a pie de página y no es obligatorio. En realidad habría que reducir nuestras emisiones un 100% según los cálculos realizados por George Monbiot para el 2050. (3) En cambio, lo que se adopta es una hoja de ruta para negociar dentro de dos años.
En nuestra opinión la reunión de Balí, ha sido otro fracaso. Ahora, hay que esperar dos años más para negociar, dos años de un tiempo precioso perdido y que además no garantiza un acuerdo real, medible y verificable de reducción de emisiones a partir de la expiración de Kyoto. Acuerdo que por cierto, no se ha cumplido en muchos países, entre ellos España.
Dichas reuniones se están convirtiendo en un acontecimiento mediático que no persiguen otra cosa que intentar hacernos creer que se están buscando soluciones, cuando la única solución que en realidad se busca es seguir con el modelo económico actual basado en el consumismo derrochador y en el continuo crecimiento económico. Además, habría que cuestionarse si estas cumbres son necesarias de una manera presencial o si se deberían hacer por medio de videoconferencias ya que para lo que se ha acordado hubiese sido mejor que los 10.000 delegados que han asistido a dicha cumbre se hubiesen quedado en sus casas, ahorrado unas cuantas toneladas de CO2. (4,3 toneladas por persona volando desde Madrid a Bali) (4)
Ni la UE ni las ONG’s presentes en Balí han conseguido sus propósitos, el que si los ha conseguido es EE.UU., esto es, retrasar aún más las medidas ineludibles que deben ser afrontadas. No nos dejemos engañar, sea la ministra o los titulares informativos de los medios de comunicación de masas, la reunión es un fracaso. Deberían haber dicho:»Señores, sabemos que hay un problema con el clima, pero no podemos parar la máquina, hay muchos intereses económicos en juego y si la atmósfera se calienta y hay desastres ya haremos lo que podamos». Al menos no nos sentiríamos estafados.
Globalizate anuncia que se sumará a toda convocatoria nacional o internacional que intente movilizar a la sociedad para presionar a los políticos para que alcancen acuerdos efectivos y cuantificables de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Referencias:
(1) Cadena SER
(2) El Mundo